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La Congregación Evangélica de Nueva Helvecia fue sede de un encuentro distrital marcado por la reflexión, el servicio y la esperanza. Hora de Obrar y SEDi acompañaron la jornada.

El pasado 1 de septiembre, la Congregación Nueva Helvecia de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata reunió a comunidades de fe y obras diacónicas para reafirmar el compromiso con el cuidado de la creación y un mundo más justo bajo el lema «Los escuchamos hablar en nuestra propia lengua de las maravillas de Dios» (Hechos 2:11).

La jornada, que se desarrolló en el marco de la fiesta de la diaconía, incluyó momentos de culto, talleres artísticos y actividades comunitarias que llenaron a todas las personas presentes de esperanza y energía para continuar sus labores comunitarias.

“Me sirvió para volver a entender por qué soy protestante, por qué soy evangélica”, comentó Marina Rodríguez, de la Obra Ecuménica Barrio Borro: “La fe se materializa en hechos y acciones y un mundo mejor es posible. No podemos quedarnos quietos y decir: ‘Bueno, ya está’. Hay que seguir adelante y mostrar que hay otra forma de relacionarse desde el amor y la esperanza”.

Entre las actividades destacadas, se organizó una feria de stands donde diversas obras diacónicas compartieron sus experiencias y proyectos. Los y las jóvenes del distrito fueron claves en la organización: desde la logística del evento hasta la preparación del buffet comunitario. En palabras del pastor Jhonatan Schubert, de Paysandú: «La gente se llevó un poco de conocimiento de lo que hacemos, el reconocimiento de que lo que hacemos es diaconía, es servicio, tiene un sentido. Le dimos un sentido».

Uno de los momentos más emotivos fue el taller artístico inspirado en los ejes del próximo sínodo de la IERP, en el que las personas presentes reflexionaron sobre la interrelación de todos los seres en la naturaleza. Andrea, del Centro Emmanuel, compartió: “La idea que traíamos era que la gente entendiera a la naturaleza como sujeto y no como un objeto, y entendernos desde la interrelación con la creación que somos todos y construimos entre todos y de formas diversas”.

El día concluyó con un acto de agradecimiento y entrega de piezas artísticas creadas por las propias obras diacónicas, como símbolo de comunión en la fe y el servicio diacónico en el Distrito Uruguay. A pesar del clima nublado, el encuentro brilló por la participación activa y el sentido de comunidad que se vivió en cada momento, recordándonos que, aunque a veces parezca que somos pocos, cada mano y cada acción suma en la construcción de un mundo más justo y en el cuidado de nuestra casa común.

Mira memoria completa realizada por el equipo:

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