La formación permitió profundizar la reflexión colectiva en torno a las desigualdades de género y fortalecer el compromiso institucional con la construcción de espacios más justos y equitativos.
Durante el mes de julio, el equipo de la Fundación Protestante Hora de Obrar se certificó en Micaela Organizaciones, una capacitación brindada por la Escuela de Gobierno de Género, Gobierno y Comunidad del Ministerio de Mujeres y Diversidad de la Provincia de Buenos Aires. La Ley Micaela (Ley 27.499), sancionada en 2018, establece la capacitación obligatoria en perspectiva de género para todas las personas que se desempeñan en los tres poderes del Estado. Su implementación también se ha extendido a organizaciones sociales y comunitarias que, como Hora de Obrar, trabajan en articulación con políticas públicas orientadas a la igualdad de derechos.
“Participar de esta formación fue una oportunidad valiosa para seguir revisando prácticas, reconociendo desigualdades estructurales y asumiendo la responsabilidad que tenemos como organización cristiana que promueve derechos”, expresó Nicolás Rosenthal, director ejecutivo de Hora de Obrar: “Seguimos apostando a la construcción de espacios laborales, comunitarios y territoriales más igualitarios, diversos y libres de violencias”.
Desde Hora de Obrar celebramos la existencia de esta ley y valoramos la posibilidad de acceder a instancias de capacitación abiertas, gratuitas y accesibles que nos permiten seguir aprendiendo y creciendo como institución. Agradecemos especialmente a la Provincia de Buenos Aires y al Ministerio de Mujeres por facilitar esta propuesta formativa.
Más de 240 personas reunidas en Katueté para compartir la alegría de volver a encontrarse como comunidad viva. Hora de Obrar dijo presente en esta jornada marcada por la alegría y esperanza.
Bajo el lema «Por eso, el más insignificante entre todos ustedes, ése es el más importante» (Lucas 9:48b), las doce congregaciones que integran la Federación de Iglesias del Paraguay (FEDIPA) se reunieron el pasado 20 de julio en la Congregación Evangélica de Katueté, anfitriona del evento, para celebrar juntas su fe y su caminar comunitario.
La jornada comenzó con un culto con Santa Cena presidido por el cuerpo ministerial del distrito. Martín Elsesser, referente de diaconía comunitaria de la Fundación Protestante Hora de Obrar, coordinó la dinámica central, en la que los lazos entre las comunidades fueron representados con cintas que convergían en una cruz, como signo de unidad y misión compartida. Así, se tejió una red que recordó que la Iglesia es un cuerpo diverso, sostenido por la solidaridad y la colaboración.
Durante la colecta se recaudó el equivalente a 30 kilos de alimentos para la campaña de emergencia alimentaria de la Fundación. El director de Hora de Obrar, Nicolás Rosenthal agradeció el gesto y expresó: “Es testimonio de la gran solidaridad de circula en estas comunidades comprometidas”.
Tras el culto, la comunidad se trasladó en procesión al salón de actos, donde cada congregación y organización invitada presentó su propio stand: espacios llenos de historia, fotos, símbolos, comidas típicas y actividades que muestran la vida activa y comprometida de las iglesias.
El almuerzo ofreció un delicioso cerdo con mandioca, que fue compartido con entusiasmo por todas las personas presentes. La tarde continuó con juegos, dinámicas grupales y un espacio de reflexión sobre los ejes fundamentales de la IERP: ser una iglesia evangélica, profética, diacónica e inclusiva.
Esta celebración fue especialmente significativa, ya que se trató del primer gran encuentro distrital desde la conmemoración de los 500 años de la Reforma. Un reencuentro esperado, necesario y profundamente emotivo.
La Fundación Hora de Obrar finalizó una nueva etapa del acompañamiento a las familias afectadas por las inundaciones ocurridas en marzo. Muchas aún cocinan a leña, no cuentan con acceso a agua potable y enfrentan condiciones habitacionales precarias.
Durante los días 18 y 19 de julio se entregaron 230 frazadas de una y dos plazas , beneficiando directamente a 115 familias, gracias a las donaciones recibidas para la campaña de emergencia impulsada por Hora de Obrar y la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
Nicolás Rosenthal, director de Hora de Obrar reiteró el agradecimiento a todas las personas y organizaciones involucradas en esta acción solidaria: “Desde los voluntarios y voluntarias de las iglesias locales en Bahía, que hicieron un trabajo fundamental con la logística y la comunicación, las personas en la iglesia que hicieron su donación y difundieron la campaña, hasta el equipo técnico liderado por el experto en gestión de riesgos y desastres, Lic Jorge Fernández, vaya nuestro más sentido agradecimiento”.
La acción tuvo lugar en el Centro Comunitario Villa Talleres, un espacio que fue central en el acompañamiento de las familias desde el inicio de la emergencia. Allí se concentró la entrega de frazadas y el encuentro con vecinas y vecinos, en una jornada marcada por la escucha. Es que la situación en el barrio sigue siendo crítica: muchas familias aún cocinan a leña, no cuentan con acceso a agua potable y enfrentan condiciones habitacionales precarias que se agravaron tras las inundaciones. En ese contexto, el abrigo entregado no fue solo un recurso material, sino también un gesto de cuidado y contención en medio de una realidad que todavía duele y exige respuestas integrales.
Con esta acción termina la etapa de distribución de elementos básicos iniciada en abril, cuando, con el apoyo del Foro ACT Alianza Argentina, la Fundación Hora de Obrar y CREAS entregaron 300 kits de limpieza, materiales eléctricos y de purificación de agua, alcanzando a 946 personas en cuatro barrios bahienses. También se realizaron talleres psicosociales para voluntarios y voluntarias durante la Semana Santa.
Pero el acompañamiento no concluye aún: en los próximos meses se llevarán a cabo nuevos encuentros de apoyo psicosocial con las familias del barrio Villa Talleres, para seguir fortaleciendo desde la escucha, la fe y el cuidado emocional.
Este trabajo sigue siendo posible gracias a una red articulada de iglesias locales, organizaciones aliadas y personas que sostienen este compromiso con sus donaciones.
Más de un centenar de mujeres de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata se reunieron en Misiones. Bajo el lema “Caminos de ayer que hoy nos convocan”, recogieron el legado de quienes abrieron sendas y afirmaron nuevos desafíos de las mujeres en la iglesia y la sociedad.
Más de 125 mujeres de la iglesia se reunieron durante cuatro jornadas en el Instituto Línea Cuchilla de la localidad de Ruiz de Montoya, Misiones. El programa incluyó devocionales, estudios bíblicos, talleres sobre temas de actualidad y espacios creativos.
Estela Andersen, pastora y parte del equipo organizador, explicó que el encuentro buscó mirar hacia atrás para valorar los logros de las mujeres y hacia adelante para definir nuevos desafíos, utilizando estudios bíblicos con perspectiva de género.
Un gesto central consistió en traer a la memoria a las mujeres que allanaron el camino. Así las participantes construyeron una gran línea de tiempo que rodeó de imágenes e historias el salón central.
“Caminos de ayer que hoy nos convocan para pensarnos a nosotras desde mujeres de la iglesia, si se quiere también desde un feminismo propiamente ierpino”, comentó la pastora Andersen.
En la misma línea, Annedore Held, pastora con 40 años de experiencia, señaló que si bien se escucha más a las mujeres hoy, aún hay desafíos como profundizar la inclusión.”Hay que seguir trabajando”, señaló.
Iris Reckziegel, vicepresidenta de la IERP, definió el encuentro como un espacio de contención: “Es un refugio que invita a autoanalizarnos, ver qué qué hacemos, qué huellas dejamos nosotros en en la vida de las demás personas, en nuestras congregaciones, en las comunidades y en la iglesia toda”
Durante la asamblea las participantes votaron el nuevo nombre del equipo coordinador, «Mujeres Ierpinas», un logo representativo y se designaron a Gabriela Koch del distrito Entre Ríos, como nueva coordinadora para los próximos tres años.”Mi meta es trabajar para que todas las mujeres sean reconocidas, visualizadas y valoradas dentro de la Iglesia, con voz y voto en la toma de decisiones”, comentó Gabriela, sucesora de la misionera, histórica referente de la antigua Comisión de Promoción de la Mujer (Co.Pro.Mu), Eduviges Schebela.
La actual vicepresidenta de la IERP invitó a acompañar del próximo encuentro que será en 2028: “Tomémonos el tiempo y la valentía, el coraje, de vivir una experiencia nueva, de compartir, a conocer gente nueva, a caminar juntas como hermanas” y concluyó: “Estamos todos invitados a construir lo que nosotros soñamos como iglesia”.
El encuentro recibió los saludos del pastor presidente de la IERP, Leonardo Schindler, de la Iglesia Evangélica Luterana Unida, el grupo de mujeres de la Obra Gustavo Adolfo, la Federación Luterana Mundial y Maria Laura Tolu, representante por América Latina en el Comité Internacional del Día Mundial de Oración.
Jueves de negro: con una mariposa en el corazón
El Segundo Encuentro Sinodal de Mujeres comenzó el jueves con el devocional de «Jueves de Negro», un movimiento global para visibilizar la violencia contra las mujeres. Este momento incluyó una reflexión sobre el silencio impuesto históricamente a las mujeres y un llamado a la acción, con las participantes vistiendo de negro y reflexionando sobre un texto bíblico que ilustraba situaciones de abuso y la importancia de romper el silencio. Las mujeres dejaron en un capullo de mariposa el dolor que habían callado, transformándolo en vida y vuelo.
“Adonde tú vayas, yo iré”: un tiempo de encuentro, camino y memoria compartida
El devocional del sábado por la mañana abrió la jornada del Segundo Encuentro Sinodal de Mujeres de la IERP convocando a caminar juntas, reconociendo las huellas de quienes no pudieron estar físicamente, pero acompañaron “en espíritu y corazón”. En la oración de apertura se invocó al Dios que es luz en la oscuridad, al Jesús que une y ofrece vida nueva, y a la Ruaj, Espíritu que da fuerza y permite compartir la fe.
El relato de una caminata bajo la lluvia —protagonizada por mujeres de pueblos originarios y afrodescendientes de América Latina— dio paso a la Palabra que narra el andar de Rut junto a Noemí: “No insistas en que te abandone y me separe de ti, porque adonde tú vayas, yo iré”. Así, la historia bíblica iluminó la fuerza del acompañamiento silencioso, fiel, sororal.
La dinámica propuso dejar en el camino las huellas de mujeres de las comunidades, reconociendo a aquellas que marcaron el andar propio en la fe. Se invitó también a recordar momentos en que esa llama se encendió con más intensidad y a dar gracias por quienes estuvieron allí, acompañando.
“El camino de la fe junto a otras mujeres nos hermana”, se expresó durante la reflexión. El gesto de caminar, mirar, reconocerse, sonreír y dejar huellas comunes permitió sentir que, a pesar de las diferencias, hay una fe que une, sostiene y transforma.
La oración final agradeció por los aprendizajes y por el regalo de compartir el sendero con otras mujeres: “Podemos ser las huellas que otras necesitan para seguir adelante”.
Estudio, diálogo y creatividad que entrelazaron la fe con la vida cotidiana
Los estudios bíblicos con perspectiva de género ofrecieron una lectura crítica de las Escrituras, centrada en las voces y experiencias de las mujeres. “Buscamos analizar los textos desde la narrativa femenina, para reconocer presencias, ausencias y silencios”, señaló la pastora Estela Andersen. Sarah, Agar, Miriam, Ruth y Noemí, María, Prisca y las lideresas en la Iglesia primitiva fueron algunas de las figuras abordadas.
En los talleres temáticos permitieron reflexionar sobre el rol de las mujeres en la iglesia y en la sociedad actual, reconociendo los pasos dados y los desafíos por venir. Marina Rodríguez, del Uruguay, dio un taller sobre individualismo: “Nadie se salva solo, ni sola y que necesitamos recuperar lo común, la comunidad.” También se ofrecieron espacios sobre salud integral, mujeres que seguían a Jesús, feminismo, maternidad, derecho, gestión de las dificultades, espiritualidad, viejos mandatos y nuevacs exigencias.
A través del arte, en los ocho talleres creativos, las vivencias personales se transformaron en memoria colectiva, con gestos que invitan a seguir caminando juntas, sembrando justicia y esperanza. Porque al dejar huellas, también abrimos sendas para las que vienen detrás.
La participación de la juventud fue muy valorada: guiaron espacios de recreación con juegos y fogón, y así se fortaleció el diálogo intergeneracional, uno de los objetivos del encuentro.
Azul Knetch, coordinadora juvenil, resaltó la energía positiva y las ganas de aprender de la juventud, considerando el encuentro como una fuente de fortalecimiento y motivación. “La energía que transmiten todas las mujeres estando juntas es increíble”.
Siguiendo las huellas del Buen Pastor
El encuentro culminó con un culto guiado por todas las ministras Karin Krug, Annedore Venhaus, Karla Steilmann, Rufina Rapp, Estela Andersen, Cristina La Motte, Patricia Roggensack (vicaria), Cristina Kilian (diácona) y Mónica Hillmann, con un espíritu de profunda comunión.
El altar, adornado con flores naturales, velas y la mesa de la Santa Cena, simbolizó la belleza y lo compartido durante los días intensos. Bajo el lema “Siguiendo las huellas del Buen Pastor”, la liturgia destacó el llamado a una vida de fe encarnada en la justicia, la ternura y el servicio.
La oración de invocación recordó la presencia de Dios en la historia de mujeres bíblicas como Sara, Agar, Ruth, María y Priscila, y animó a seguir sus huellas, “crecer en la fe y entender tus enseñanzas”. En un acto colectivo de confesión y perdón, se reconocieron errores y se renovó el compromiso de ser luz en medio de la oscuridad, como el Buen Pastor que cuida a cada oveja sin excepción.
La pastora Annedore Held tuvo a su cargo la predicación con una reflexión sobre Jesús como el buen pastor que conoce nuestros nombres y nuestras historias, y una invitación a poder compartirlas y conocerlas entre nosotros y nosotras..
Salmo 118 fue proclamado con alegría : “Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno”. Y la comunión compartida en la mesa fue signo de esperanza, fortaleza y unidad entre hermanas de todos los distritos. El “Credo de las mujeres”, reafirmó una fe que camina con Jesús y honra las huellas de tantas que allanaron el camino.
El culto concluyó con palabras de envío y bendición: “Vayan en la paz de Dios, dejen huellas que marquen el camino”. Un cierre que no fue despedida, sino impulso a seguir construyendo comunidades vivas, seguras y comprometidas con la justicia de Dios.
En la apertura del Segundo Encuentro Sinodal, más de 120 mujeres de Argentina, Uruguay y Paraguay alzaron su voz contra las violencias que persisten en la sociedad y también dentro de las comunidades de fe. Un llamado a sanar, transformar y no callar.
El Instituto Línea Cuchilla en Ruiz de Montoya, se llenó de voces y abrazos al ritmo del reencuentro. Desde los siete distritos de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, más de 120 mujeres de Argentina, Uruguay y Paraguay comenzaron a llegar desde temprano para dar inicio al Segundo Encuentro Sinodal de Mujeres de la IERP, un espacio de espiritualidad y compromiso con la justicia de género.
Laprimera jornada cerró con un devocional en el que se conmemoró el Jueves de Negro, una campaña global del Consejo Mundial de Iglesias que denuncia la violencia sexual y de género y convoca a resistir desde la fe, la memoria y el compromiso activo.
La coordinadora de la CoProMu, Eduvigen Schebela, abrió el devocional con palabras de aliento: “Nos reunimos como hijas de Dios para reafirmar nuestro compromiso y esperanza en la construcción de un mundo más justo, seguro y libre de violencia”.
El Salmo 65 fue proclamado como una afirmación de fe en un Dios que responde “con prodigios de justicia”. Así, la pastora Cristina La Motte compartió la reflexión sobre un Dios que no se desentiende del clamor del pueblo, que escucha la oración y riega la tierra con abundancia: “Las colinas se adornan de alegría; las praderas se visten de rebaños y los valles se cubren de trigales entre gritos de júbilo, y canciones”.
A continuación, la pastora Estela Andersen compartió la reflexión central del devocional: la historia de Tamar, narrada en 2 Samuel 13. El relato crudo de la violación de Tamar por parte de su hermano Amnón abrió un espacio de silencio denso, de esos que hablan por sí mismos. “La violencia contra la mujer ha permanecido en silencio por siglos”. Pero en el relato bíblico, como en la vida, el silencio no es sinónimo de olvido. “Ella se fue gritando”, se remarcó. Tamar rompe el vestido y se cubre con ceniza.
Su dolor hizo público lo que se pretendía encerrar con llaves. A lo largo del análisis, surgieron preguntas inquietantes: ¿cuántas mujeres, como Tamar, son obligadas al silencio? ¿Cuántas veces el sistema, la familia o incluso nuestras iglesias han cerrado la puerta tras ellas? “No digas nada”, le dijo Absalón a su hermana. David, el rey, “a pesar de enojarse mucho, no actuó”. La indiferencia de los poderosos también es violencia.
Loriane Pereyra fue la encargada de guiar la oración comunitaria y sus palabras resonaron con fuerza en el corazón del auditorio: “Clamamos por la erradicación de todo tipo de violencia contra las mujeres en nuestras iglesias y en nuestra sociedad”, y también: “Danos la valentía para alzar nuestras voces contra la injusticia y para trabajar incansablemente por un mundo donde todas las personas, sin importar su género, puedan vivir con dignidad, respeto y oportunidades iguales.”
La campaña Jueves de Negro, impulsada por el Consejo Mundial de Iglesias, bebe de múltiples fuentes de resistencia: las Madres de Plaza de Mayo en Argentina, las Mujeres de Negro en Medio Oriente, las luchas de mujeres en Bosnia, Ruanda y Sudáfrica. Y ahora también, de las mariposas que volaron este jueves en Ruiz de Montoya.
El gesto litúrgico fue tan sencillo como poderoso: cada mujer fue invitada a depositar simbólicamente en un capullo sus dolores, experiencias o duelos, y a prenderse una mariposa negra, símbolo de resiliencia, libertad y transformación. En este acto, el dolor no quedó encerrado: se transformó en memoria visible, en fuerza compartida.
La bendición franciscana, leída por Deborah Cirigliano Heffel, cerró el devocional con palabras que conmueven y empujan a actuar: “Que Dios te bendiga con la ira frente a la injusticia, la opresión y la explotación de la gente, para que puedas trabajar por la justicia, la libertad y la paz (…) Y que Dios te bendiga con suficiente locura, para creer que tú puedes hacer una diferencia en este mundo, para que tú puedas hacer lo que otros proclaman que es imposible.”
Así terminó la primera noche del encuentro: con las mariposas revoloteando en el pecho, la Palabra latiendo en el cuerpo y el compromiso renovado en cada paso. La jornada siguiente traería talleres, más devocionales y aprendizajes colectivos. El espíritu está encendido y como decía el canto que acompañó el final: “Yo soy quien te manda: no temas, camina conmigo.”
Más de 80 personas se sumaron a plantar árboles nativos junto a la Fundación Protestante Hora de Obrar en una zona fuertemente degradada por incendios y el avance de especies exóticas. La actividad fue impulsada en articulación con la Municipalidad de Puerto Rico, el grupo scout Stella Maris, bomberos voluntarios y la comunidad mbya Yvyrá Poty.
Hora de Obrar impulsó una nueva plantación masiva en la provincia de Misiones. En esta oportunidad, se introdujeron 1000 árboles en un sector de 23 hectáreas en la Reserva Municipal Monte Seguín que había sido fuertemente afectada por incendios forestales entre 2020 y 2022. Además del daño por el fuego, la zona sufrió el avance de especies exóticas invasoras, pérdida de suelo, compactación por uso ganadero e incluso fue utilizada como basural.
“Cuando el monte sufre tanto, le cuesta mucho volver. Por eso estamos acá, dando una mano a la naturaleza para que vuelva a su curso. Pero también dejamos una enseñanza, un legado, especialmente a los más jóvenes: que un pequeño grupo de personas unidas puede cambiar una parte del mundo y hacerla mejor”, comentó el guardaparque Lautaro Sersewicz.
“Este es un lugar muy frecuentado por aves y mamíferos. Así que buscamos que este monte en recuperación también les brinde alimento y refugio con la plantación de especies de gran porte y frutales”, explicó Romario Dohmann de la Fundación Hora de Obrar.
La acción también fue una oportunidad para sembrar conciencia ambiental. “Queremos generar un cambio real y duradero para las generaciones futuras”, expresó Ana Sofía Urfer, joven scout del grupo Stella Maris. La actividad se realizó en el marco del proyecto “Reforestando el camino hacia la COP30”, impulsado por las iglesias luteranas de América Latina y el Caribe a través de la Federación Luterana Mundial. “Además de restaurar, esta propuesta busca visibilizar los efectos del cambio climático en el sur global y exigir políticas públicas que enfrenten esta crisis con justicia y equidad”, agregó Dohmann.
Crece Selva Misionera: un modelo colaborativo
El programa Crece Selva Misionera, de la Fundación Hora de Obrar promueve técnicas agroforestales y restauración en ecosistemas clave de la provincia de Misiones. Hasta la fecha:
Se han asesorado a más de 1.100 familias productoras yerbateras para incorporar árboles nativos a sus cultivos.
Se han reforestado áreas protegidas, cursos de agua y comunidades indígenas con el aporte de viveros comunitarios y redes de voluntariado.
Se articulan esfuerzos con entidades estatales, organizaciones sociales y empresas que compensan voluntariamente su huella de carbono.
La jornada en Monte Seguín fue posible gracias al compromiso de una comunidad diversa que decidió actuar, sembrar árboles y también sembrar futuro. El monte, lentamente, vuelve a respirar.
Leonardo Schindler, pastor presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, llama a sumarse a la campaña de emergencia alimentaria.
Durante su reciente visita al Centro de Día Arcángel Gabriel, de la Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires (CEABA), el pastor presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), Leonardo Schindler, invitó a los hermanos y hermanas de la iglesia a ser parte de una acción concreta: la campaña de emergencia alimentaria impulsada por la Fundación Hora de Obrar.
“´Cristo dijo ´yo soy el pan que da vida´”, expresó el pastor Schindler y agregó: “Que esté faltando el pan en las mesas de los hogares es una señal del pecado de este mundo.”
En este sentido se refirió a las causas estructurales de esta injusticia: “Necesitamos de una transformación a nivel espiritual, pero también transformaciones sociales: justicia social, otras condiciones económicas, más trabajo y una mayor redistribución de la riqueza” .
Con estas palabras, el pastor presidente recordó que la fe se vive también en el compromiso con la justicia. Por eso, hizo un llamado urgente: “Hay una realidad que no puede esperar, que es el hambre”.
Con esta acción la Fundación Hora de Obrar busca brindar alimentación a más de 1000 personas de 14 centros de día. “Damos de las muchas cosas que el Señor nos da cada día a cada uno de nosotros y de nosotras”, invitó Schindler.
La Fundación Hora de Obrar brindó una capacitación al equipo provincial de Educación Sexual Integral de Buenos Aires desde una mirada espiritual comprometida con la realidad.
Más de 70 integrantes del equipo territorial de Educación Sexual Integral (ESI) de la provincia de Buenos Aires participaron de una jornada de formación para acompañar procesos pedagógicos en clave de derechos, inclusión y justicia. El pastor y trabajador social Jorge Weishein y la Lic. Pamela Peñin del equipo de Hora de Obrar participaron de uno de los paneles con una lectura teológica liberadora.
En un escenario donde la ESI es objeto de discursos que buscan deslegitimarla y restringirla, en ocasiones con argumentos religiosos, esta capacitación aportó una voz distinta: la de una fe comprometida con los derechos, que reconoce en la ESI una herramienta vital para el cuidado, la igualdad y el acompañamiento integral de las infancias y adolescencias. Frente al avance de propuestas regresivas, se reafirmó que educar en sexualidad también es una forma de defender la vida.
“La teología no es neutra: parte de un posicionamiento. Entendemos que Dios no hace diferencias, y esa convicción nos guía a interpretar los textos sagrados desde la igualdad”, explicó Weishein, señalando que la Biblia no es un único libro, sino una biblioteca plural construida durante siglos y atravesada por la cultura patriarcal.
La capacitación invitó a repensar conceptos como familia, género y autoridad religiosa a partir del mensaje inclusivo de Jesús. Se enfatizó que la iglesia está compuesta por personas reales, que viven en contextos concretos, y que la espiritualidad no puede desentenderse de las desigualdades sociales. En el taller se trabajó sobre la comprensión de las familias en la Biblia a partir de la charla de Jesús en Mc 10 y Mt 19.
Desde una perspectiva que integra fe y derechos, la propuesta reivindica el rol transformador de la ESI y la necesidad de una mirada bíblica que favorezca vínculos más justos, afectivos y libres. La actividad formó parte de un camino de articulación entre organizaciones sociales, comunidades de fe y el Estado, en defensa de una educación integral que abrace la diversidad.