Fe, poder y política: cómo el fundamentalismo religioso está impulsando el extremismo político

Las fronteras entre fe y poder político se vuelven difusas cuando el fundamentalismo gana terreno. Este artículo de ACT Alliance invita a reflexionar sobre los riesgos que implica el uso de la religión para justificar discursos de odio y políticas regresivas.

Fecha: 29 de septiembre de 2025
Fuente: Faith, Power and Politics: How Religious Fundamentalism is Fueling Political Extremism

A lo largo del mundo, en los pasillos de los parlamentos y en las mesas de negociación internacionales, el fundamentalismo cristiano está ganando terreno, no solo como movimientos religiosos, sino como fuerzas políticas influyentes.

Enraizados en doctrinas teológicas rígidas y a menudo alineados con tendencias autoritarias, estos movimientos están remodelando el debate público, influyendo en las políticas domésticas y exteriores, y frenando o revirtiendo los avances sociales arduamente logrados, mientras se presentan como guardianes de la fe, la moral y la tradición.

Su ascenso ha alimentado la erosión de los valores democráticos y la marginación de comunidades ya vulnerables, mediante la justificación de la violencia en nombre de una lectura ultraconservadora y selectiva de las escrituras.

Este artículo se basa en dos potentes documentales:

  • Praying for Armageddon — que examina la influencia de líderes religiosos ultraconservadores en la decisión de Estados Unidos de apoyar las acciones de Israel contra los palestinos en Jerusalén.
  • Apocalypse in the Tropics (disponible en Netflix) que investiga el papel de las iglesias evangélicas conservadoras en la política brasileña durante las elecciones de 2023.

Para explorar los peligros políticos y sociales del fundamentalismo religioso, ambas películas muestran cómo las narrativas apocalípticas y el literalismo religioso se despliegan de forma estratégica para movilizar masas, consolidar el poder político y acallar la disidencia.

Como coalición mundial basada en la fe y comprometida con la justicia, la dignidad y la paz, ACT Alliance considera esencial exponer y contrarrestar estas dinámicas. Las voces de nuestros miembros, que atestiguan y desafían estas amenazas en sus propios contextos, muestran que existe otro camino: uno en el que la fe esté del lado de los derechos humanos, la inclusión y el bien común.

¿Qué es el fundamentalismo?

En mayo de 2024, ACT Alliance organizó diálogos regionales y nacionales en América Latina y el Caribe para comprender mejor cómo los fundamentalismos impactan las violaciones de derechos humanos en la región. Durante el evento de cierre, “Guatemala+5”, los participantes acordaron una definición de fundamentalismo:

“El fundamentalismo es una adhesión estricta, literal e intransigente a principios doctrinales que consideran los roles sociales de clase, género y etnia como naturales, sagrados e inamovibles. Debido a sus diversas fuentes (religiosas, económicas, políticas y culturales), es pertinente hablar de una convergencia de fundamentalismos.

Los fundamentalismos están asociados con una visión dogmática y absolutista de la realidad que promueve la exclusión, la discriminación y la negación de derechos a diversos grupos sociales.

Los fundamentalismos representan una amenaza para las democracias porque se traducen en discriminación y violación de los derechos de mujeres, pueblos indígenas, minorías sexuales y posiciones progresistas.

Los fundamentalismos obstaculizan la diaconía ecuménica orientada a abordar desafíos humanitarios, ambientales, de justicia de género y de seguridad humana.

Lejos de ser un efecto espontáneo, la convergencia de fundamentalismos obedece a una agenda planificada impulsada por la extrema derecha global que instrumentaliza la religión para justificar acciones exclusivas y discriminatorias, apoyándose en su poder económico y político.”

Informe Guatemala+5

«El fundamentalismo se manifiesta en diferentes dimensiones. La dimensión religiosa asume la existencia de una única interpretación literal válida de los textos sagrados. El literalismo religioso afecta especialmente los derechos sexuales y reproductivos, la igualdad de género y
la diversidad.

La segunda dimensión que se menciona con más frecuencia en los Diálogos es la política, que se manifiesta como una ideología autoritaria que promueve el nacionalismo, la exclusión de minorías y la erosión de normas democráticas. Se asocia con la represión de derechos y el control del aparato estatal.

La dimensión cultural, que también aparece con frecuencia en la narrativa de los Diálogos, se reduce a una visión monolítica de valores y
normas sociales, justificando la exclusión de quienes no adhieren a esos valores, lo que conduce a la discriminación contra minorías raciales, étnicas y sexuales.

El fundamentalismo, según los Diálogos, también tiene una dimensión económica, es decir, la creencia de que el único modelo económico válido es el neoliberal y más recientemente el anarcocapitalista.”

Informe Guatemala+5

El fundamentalismo se caracteriza por su literalismo bíblico, su doctrina cerrada y a menudo por su visión única de la historia. Con el paso de las décadas, los grupos fundamentalistas en EE. UU. y más allá concentraron gran parte de su energía en construir instituciones, como iglesias y colegios separatistas, que les permitieran evitar la influencia corruptora de la sociedad y formas competidoras de cristianismo. Estas instituciones también permitieron que los fundamentalistas se convirtieran en organizadores políticos eficaces para la reforma moral conservadora, como lo demostró la “Moral Majority” de Jerry Falwell en la década de 1970. (Harvard University – The Pluralism Project)

Esta ideología frecuentemente se fusiona con retórica nacionalista, valores patriarcales y pensamiento anticientífico. Prosperan en la polarización cultural y con frecuencia presentan la diferencia religiosa, la igualdad de género, los derechos LGBTQI+ y la protección ambiental como amenazas a lo que creen que son “verdades bíblicas”. En muchos países, esta fusión de teología fundamentalista y ambición política ha llevado a retrocesos en derechos humanos y restricciones del espacio cívico.

En contraste, el enfoque ecuménico y diaconal de ACT Alliance considera que nuestro llamado es expresar el amor de Dios mediante la compasión, la justicia y la solidaridad. El fundamentalismo, en comparación, se caracteriza por el exclusivismo, el absolutismo moral y las reclamaciones de autoridad divina para remodelar instituciones sociales y políticas.

Con más del 80 % de la población mundial identificándose con una religión, no es ni sabio ni realista descartar estos movimientos como marginales. Como personas de fe comprometidas con los derechos humanos, la construcción de paz, el cuidado ecológico y la justicia
económica, tenemos la responsabilidad de contrarrestar narrativas oscurantistas y promover una visión de transformación social arraigada en la dignidad, la convivencia pacífica y la inclusión.

“Los fundamentalismos representan una amenaza para las democracias porque se traducen en discriminación y violación de los derechos de mujeres, pueblos indígenas, minorías sexuales y posiciones progresistas.”

Informe Guatemala+5

“Praying for Armageddon”: fe militarizada y política del Apocalipsis

Praying for Armageddon (Tonje Hessen Schei & Michael Rowley, 2023) es un documental de investigación que expone cómo segmentos del movimiento ultraconservador de EE. UU. trabajan activamente para moldear la política nacional y exterior según su cosmovisión apocalíptica. La película adentra al espectador en el mundo de pastores, lobistas políticos y líderes militares que interpretan los acontecimientos actuales a través del lente de la profecía bíblica —especialmente del Libro del Apocalipsis.

El documental sostiene que esta cosmovisión no es un fenómeno marginal, sino una fuerza política bien organizada y bien financiada que ha penetrado espacios clave de toma de decisiones.

La película muestra cómo los líderes fundamentalistas han desarrollado una alianza estratégica con actores políticos, particularmente dentro del Partido Republicano, para impulsar una agenda de nacionalismo religioso. Central a esta estrategia está el Mandato de las Siete Montañas, que llama a tomar el control del gobierno, los medios, la educación, las fuerzas armadas, los negocios, las artes y la religión para establecer una sociedad basada en su interpretación bíblica.

Los líderes ultraconservadores movilizan a sus congregaciones como un bloque de votación, influyen en nombramientos judiciales y aseguran acceso directo a legisladores, difuminando la línea entre iglesia y Estado. Esta alianza se presenta no como una influencia pasiva, sino como un plan intencional y de largo plazo para rehacer el paisaje político de EE. UU. a imagen de una teología específica.

La película destaca el impacto del fundamentalismo en la política exterior estadounidense en Oriente Medio. Algunos líderes creen abiertamente que fortalecer la posición geopolítica de Israel, incluso mediante apoyo militar y expansión de asentamientos, acelerará el cumplimiento de la profecía y desencadenará el fin de los tiempos. Este marco escatológico demuestra tener consecuencias reales, desde la decisión de EE. UU. de mover su embajada a Jerusalén hasta el respaldo incondicional a las acciones militares israelíes, incluidas las de
Gaza hoy.

El documental argumenta que tales políticas están motivadas menos por intereses estratégicos o consideraciones de derechos humanos y más por convicciones religiosas, generando efectos potencialmente desestabilizadores para la región y para el derecho internacional.

El uso político del marco escatológico es evidente en una reciente declaración del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien describió los acontecimientos actuales en Gaza como una “misión histórica y espiritual” destinada a lograr el establecimiento de un “Gran Israel”.

“Como seguidores de Cristo, ahora más que nunca, los cristianos están llamados a desafiar cualquier interpretación fundamentalista de la religión que esté al servicio del ‘imperio’ con la actual convergencia impía de poder militar, económico, social y político y preguntarnos: ¿De qué maneras realmente estamos viviendo el mandamiento de Jesús de ‘amarse los unos a los otros como yo los he amado’?”

Wendy Gichuru, Iglesia Unida de Canadá

“Apocalypse in the Tropics”: del púlpito al Congreso

La ola religiosa ultraconservadora motivada políticamente no se limita a EE. UU. Apocalypse in the Tropics (Petra Costa, 2024) explora el ascenso del fundamentalismo religioso en Brasil y su profundo entrelazamiento con la transformación política del país bajo el expresidente
Jair Bolsonaro.

Mediante extensas entrevistas y material de archivo, el documental revela cómo líderes religiosos, especialmente el pastor Silas Malafaia, han actuado como “formadores de reyes políticos”, utilizando púlpitos, televisión y redes sociales para influir en elecciones, moldear políticas y movilizar apoyo masivo hacia un gobierno con tendencias autoritarias. El tema central es claro: cuando la religión se convierte en una máquina política, la democracia misma está en riesgo.

Aunque la película se centra en Brasil, su historia forma parte de una tendencia regional más amplia. En toda América Latina, estos movimientos han adquirido una influencia política significativa, posicionándose como defensores de los “valores familiares” frente a lo que
describen como las amenazas de la “ideología de género” y el secularismo.

En países como Guatemala, Costa Rica y Colombia, líderes religiosos ultraconservadores han movilizado votantes para bloquear reformas progresistas en temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo, los derechos al aborto y la educación integral en sexualidad. En El Salvador y Nicaragua, el conservadurismo con inspiración religiosa se ha entretejido en la política gubernamental, a veces en alianza con regímenes autoritarios.

Estos movimientos también han convertido la educación en un campo de batalla clave. En Brasil, políticos ultraconservadores se han opuesto a planes de estudio inclusivos y promovido enseñanzas creacionistas. En Colombia, actores religiosos han luchado contra campañas de prevención del acoso escolar que protegen a estudiantes LGBTQI+, presentándolas como intentos de “sexualizar” a los niños. El objetivo estratégico es moldear no solo leyes y políticas, sino también las normas culturales de la próxima generación.

“Lo que estamos presenciando en Brasil y en toda América Latina no es una expresión de fe en su sentido liberador y transformador, sino la instrumentalización de la religión como arma política. Cuando los líderes religiosos convierten púlpitos en plataformas para el poder partidista, distorsionan la vocación espiritual de la iglesia y ponen en riesgo la democracia. Esta tendencia ya ha resultado en la erosión de derechos para mujeres, pueblos indígenas y comunidades LGBTQI+, mientras legitima tendencias autoritarias.»

Rudelmar Bueno de Faria, Secretario General de ACT Alliance

En su documental, Costa presta especial atención a cómo esta fusión de fe y política perjudica de manera desproporcionada a mujeres, pueblos indígenas y otros grupos marginados. Legisladores ultraconservadores en Brasil han apoyado leyes restrictivas contra el aborto,
resistido protecciones para sobrevivientes de violencia de género y socavado los derechos territoriales indígenas en la Amazonía, a menudo enmarcando tales posiciones como parte de un mandato divino.

El documental también conecta esta alianza religiosa-política con la erosión de instituciones democráticas, mostrando cómo el populismo basado en la fe contribuyó al asalto del 8 de enero de 2023 a los edificios gubernamentales de Brasil. Para Costa, el peligro no reside en la
fe personal, sino en la manipulación política de la religión para consolidar el poder, suprimir la disidencia y revertir derechos arduamente conseguidos.

“Las redes regresivas, bien financiadas, se han convertido rápidamente en poderosas, revestidas de fundamentalismos, patriarcado y neoliberalismo —en religión— para erosionar derechos humanos, silenciar la diversidad y desmantelar la democracia”

Rachel Tavernor, Gerente Global de Incidencia y Desarrollo en ACT Alliance.

De Washington a Brasilia: un manual global de erosión de derechos

Aunque Praying for Armageddon y Apocalypse in the Tropics se centran en Estados Unidos y Brasil, las fuerzas que exponen forman parte de un movimiento transnacional más amplio. Los métodos que entretejen el moralismo religioso conservador con la movilización política se exportan, adaptan y legitiman más allá de fronteras.

En EE. UU., la fusión de la teología fundamentalista con el poder político se ha convertido en una fórmula estratégica: movilizar congregaciones como bloques de votación, insertar actores leales en instituciones claves, enmarcar las luchas políticas como batallas divinas y
utilizar redes mediáticas bien financiadas e influencers para controlar la narrativa.

En Brasil, este manual se ha adaptado a realidades locales, con megaciudades e iglesias actuando como centros de poder político, influyendo en políticas educativas, nombramientos judiciales y movilización de votantes hacia una agenda que socava la igualdad de género, los
derechos indígenas y las salvaguardas democráticas.

En América Latina, dinámicas similares están transformando la política. En Guatemala, legisladores ultraconservadores han promovido leyes reproductivas restrictivas y se han opuesto a derechos LGBTQI+ bajo la bandera de proteger los “valores familiares”. En Colombia, líderes religiosos han movilizado para bloquear medidas contra el acoso escolar que protegen estudiantes LGBTQI+, presentándolas como intentos de “sexualización” infantil.

En Costa Rica, coaliciones cristianas conservadoras han convertido elecciones en referendos sobre el matrimonio igualitario. En Perú, alianzas entre conservadores religiosos han resistido protecciones territoriales indígenas, a menudo en nombre del crecimiento económico. En El Salvador y Nicaragua, la retórica religiosa ha sido incorporada en la gobernanza autoritaria, reforzando políticas represivas y limitando el espacio democrático.

Estos movimientos comparten un enfoque estratégico en la educación y la política cultural, con el propósito de moldear las creencias y normas de la próxima generación. Las fuerzas ultraconservadoras apoyan el capitalismo mientras desconfían de la globalización. Por un lado, respaldan políticas proteccionistas para proteger a ciertos trabajadores; por otro, se alinean con intereses corporativos poderosos para socavar los derechos indígenas y las protecciones ambientales.

Por ejemplo, en Brasil, el agronegocio y legisladores conservadores impulsaron la controvertida ley del Marco Temporal, con el fin de restringir los reclamos territoriales indígenas y abrir paso a la producción masiva de soja y ganado. En Guatemala, el gobierno declaró un estado de sitio en El Estor para quebrar la resistencia q’eqchi’ frente a una mina de níquel de propiedad extranjera, desplegando fuerza policial y militar para asegurar operaciones corporativas. Estos ejemplos ilustran cómo la retórica religiosa, las narrativas nacionalistas y el poder estatal se movilizan al servicio de proyectos extractivos que enriquecen a las élites mientras profundizan el desplazamiento y la violencia contra comunidades indígenas.

“Existe una complicidad clara entre actores fundamentalistas y corporaciones que buscan apropiarse de los vastos recursos de la región, disfrazando el extractivismo como programas de desarrollo. Todo esto tiene un costo directo en vidas humanas —particularmente de mujeres y defensoras de derechos humanos en los territorios— y genera migración forzada de comunidades campesinas e indígenas, cuyas leyes de protección son derogadas o simplemente ignoradas.

Pilar Cancelo, SEDi, Argentina

Pero estas dinámicas no se limitan a las Américas. En el Reino Unido, The Guardian reportó que bibliotecarios están siendo presionados cada vez más para eliminar o restringir el acceso a ciertos libros, a menudo aquellos con temáticas LGBTQI+, contenido de justicia racial o
narrativas de género progresistas. Muchas de estas campañas tienen raíces o inspiración en grupos de presión con base en EE. UU. Esta importación cultural refleja tácticas usadas en EE.UU. para remodelar planes de estudio escolares y el discurso público, señalando cómo ideas
nacidas en un contexto político-religioso pueden cruzar rápidamente el Atlántico.

En Europa del Este, la retórica nacionalista cristiana ha sido usada como arma para retroceder derechos reproductivos y protecciones LGBTQI+ en Hungría y Polonia, con líderes políticos posicionándose como defensores de la “civilización cristiana”. En el África subsahariana, redes
religiosas ultraconservadoras de EE. UU. han proporcionado tanto financiación como apoyo ideológico para legislaciones anti-LGBTQI+, recientemente en la Ley contra la Homosexualidad de Uganda.

Incluso en las islas del Pacífico, la acción climática ha sido socavada por el cabildeo basado en la fe que niega o minimiza la crisis climática, a menudo invocando teología del dominio para justificar la explotación ambiental.

Estos ejemplos revelan un ecosistema coordinado:

  • Exportación de ideología: redes religiosas fundamentalistas de EE. UU. envían no solo predicadores, sino estrategias políticas, materiales de capacitación y discursos al extranjero.
  • Flujos de financiación: iglesias, ONG y grupos de incidencia canalizan recursos financieros hacia movimientos alineados en el exterior.
  • Legitimación mediante historias de éxito: victorias en un país se exhiben globalmente para inspirar campañas similares en otros

“Estamos presenciando una oposición persistente y generalizada a los derechos humanos y la justicia de género en los foros multilaterales, junto con un aumento de agendas fundamentalistas y el encogimiento del espacio cívico. Las fuerzas religiosas conservadoras han desarrollado métodos y estrategias sofisticadas para influir en gobiernos y negociaciones en instituciones multilaterales: esto incluye
manuales de cabildeo, estrategias comunicacionales poderosas e incluso el objetivo directo contra opositores.”

Caterina Tino, Representante de ACT Alliance ante la ONU

Las consecuencias globales son profundas. Ya sea en Washington, Brasilia, Londres, Budapest, Kampala o Suva, estas alianzas amenazan el pluralismo al intentar consagrar una cosmovisión religiosa en la ley y en la vida pública. Los derechos de las mujeres, la inclusión LGBTQI+ y la
soberanía indígena son tratados como obstáculos para un orden social “bíblico”. La acción climática es presentada como “noticias falsas” o incluso contraria a la voluntad de Dios.

Vistos en conjunto, los dos documentales son más que retratos nacionales: son advertencias proféticas. Muestran que el fundamentalismo cristiano, cuando se aprovecha para manipular el poder político, se convierte en una fuerza bien financiada, estratégicamente astuta y con
redes globales, capaz de desmantelar derechos y remodelar democracias.

Una respuesta basada en la fe

Mientras estos documentales exponen los peligros de un cristianismo politizado y excluyente, es vital recordar que la fe no es enemiga de la democracia, la igualdad ni la dignidad humana. En el mundo, las tradiciones de fe —cristianas y de otras religiones— son profundamente
diversas, con diferentes historias, culturas y comprensiones teológicas. Muchas comunidades de fe están comprometidas con los principios que los movimientos fundamentalistas buscan erosionar: justicia, compasión, inclusión y cuidado de la creación.

Nuestro desafío colectivo es visibilizar estos valores, de modo que la teología no sea monopolizada por voces que la distorsionan para obtener poder. Dentro de ACT Alliance, somos testigos diariamente de cómo teologías liberadoras y la diaconía pueden inspirar la
defensa de los derechos humanos y la protección del planeta. Iglesias miembros en América Latina han acompañado comunidades indígenas que resisten despojos territoriales y destrucción ambiental. Líderes de fe en África han hablado con valentía contra la violencia de género, por la autonomía corporal y han llamado a la plena inclusión de personas LGBTQI+ en la iglesia y la sociedad.

En Europa y Norteamérica, miembros de ACT han movilizado congregaciones para apoyar a refugiados, abogar por la justicia climática y confrontar el racismo. Estas voces teológicas alternativas —arraigadas en la escritura, pero abiertas al diálogo y al pluralismo— demuestran que la fe puede y debe ser fuente de liberación más que de opresión, de puentes más que de división.

Recuperando nuestra fe del extremismo

Como personas de fe comprometidas con la justicia, no podemos permanecer en silencio frente a esta ola global de agendas regresivas. Las mismas redes que erosiona los derechos de las mujeres en un país, censura libros en otro y socaba acción climática en un tercero están
interconectadas: comparten estrategias, flujos de financiación y retórica.

Nuestra responsabilidad moral es conectar estos puntos, nombrar las fuerzas en juego y hablar claramente sobre cómo contradicen los valores centrales de dignidad, igualdad y cuidado por la creación que muchas de nuestras tradiciones de fe sostienen.

El silencio o la neutralidad en este momento corre el riesgo de permitir que las voces más fuertes y excluyentes definan lo que significa ser persona de fe. Al confrontar directamente las narrativas fundamentalistas —en nuestros púlpitos, declaraciones públicas, incidencia y
trabajo comunitario— no solo defendemos los derechos en ataque, sino que recuperamos el espacio para una visión de la fe inclusiva, afirmadora de la vida y comprometida con el bien común. Esto no es un lujo político; es un imperativo espiritual y ético.

Para los miembros y socios de ACT Alliance, este es un momento para pasar de la convicción silenciosa a la acción visible y coordinada. Debemos equipar a nuestras comunidades para reconocer las señales de advertencia de agendas regresivas y anti-derechos —y responder
con incidencia, solidaridad y testimonio público. Esto implica comprometerse con los tomadores de decisiones, desafiar la desinformación, apoyar a los más afectados por leyes discriminatorias y fortalecer alianzas entre comunidades de fe y la sociedad civil.

“No podemos contrarrestar un movimiento transnacional poderoso con una respuesta fragmentada. La fuerza de ACT Alliance radica en su alcance global, su enfoque interreligioso y su arraigo en comunidades locales. Al amplificar voces teológicas diversas dentro de nuestra membresía, y al estar hombro con hombro entre regiones y tradiciones, podemos asegurar que la fe no sea usada como arma para dividir y excluir, sino movilizada para proteger derechos, defender la democracia y cuidar la creación.”

Rudelmar Bueno de Faria, Secretario General de ACT Alliance

Líderes de derechos humanos, incluyendo gobiernos, deben trabajar de la mano con organizaciones basadas en la fe, como ACT Alliance, para contrarrestar narrativas que marginan y erosionan el debate democrático, y proteger aquellas voces valientes que arriesgan sus vidas para promover una idea de fe basada en el amor más que en la sospecha y el odio.

“Este es el desafío de nuestro tiempo —y enfrentarlo requerirá nada menos que coraje y resolución colectiva.”

En Argentina siguen matando mujeres

Entre enero y agosto de 2025 hubo 150 feminicidios, 1 trans/travesticidio y 1 lesbicidio, 12 de ellos en contexto de narcocriminalidad, según datos de la Casa del Encuentro
Fotografía: Ámbito

En los medios vemos cómo se cuestiona y culpabiliza a las jóvenes asesinadas en lugar de los agresores. Poco se dice de la responsabilidad del Estado en todo esto: del recorte en programas elementales para la prevención y protección a víctimas, como el Acompañar y la línea 144, de lo frágil de las medidas de protección, del silencio y desprecio… Un estado que debería proteger la vida de todas las personas, que debería cuidar de las más vulnerables, como son las jóvenes en situación de pobreza.

Poco se habla de las condiciones que nos traen hasta acá. Las violencias basadas en género no son un asunto privado sino un asunto público, donde el Estado, las iglesias y la sociedad deben asumir sus responsabilidades, porque las violencias son un delito, son pecado y son un problema social.

La justificación de la desigualdad social como voluntad de Dios y la negación de la condición humana a mujeres y personas de identidad de género diverso son herejías teológicas. El mensaje del evangelio anuncia vida plena sin violencias para todo el mundo (Juan 10:10).

Por eso iglesias, organizaciones de fe y creyentes debemos asumir esta responsabilidad de no callar, no mirar para un costado, de acompañar a las mujeres de anuncio y de denuncia que claman paz y justicia, y son sistemáticamente silenciadas y denigradas.

Y también tenemos la responsabilidad de hacer más. De tener el coraje de cuestionar los privilegios, de abrir los espacios para dar conversaciones dolorosas, de abrir las iglesias y comunidades para que sean espacios seguros y dignificantes para todas las personas.

Este sábado a las 16 hs invitamos a acompañar la movilización desde Plaza de Mayo hasta el Congreso de la Nación para reclamar: BASTA DE FEMICIDIOS. JUSTICIA POR BRENDA, MORENA Y LARA.

Se celebró la quinta edición de la Mesa de Colegios Evangélicos por la ESI

La jornada para promover la educación sexual integral reunió a representantes del sector público, académico, educativo y comunitario en Buenos Aires.

La Parroquia Belgrano de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, recibió a representantes de más de una decena de instituciones y organizaciones en una nueva Mesa de Colegios Evangélicos por la ESI el viernes 5 de septiembre, en Buenos Aires. El encuentro celebró así su quinta edición y se consolidó como un espacio clave para intercambiar experiencias y reflexionar sobre la educación sexual integral en contextos escolares evangélicos.

El director de Hora de Obrar, Nicolás Rosenthal, destacó: “Estamos muy contentos. Este espacio ha crecido en riqueza a lo largo de sus cinco ediciones, abarcando muchos temas que hoy en día preocupan a la comunidad educativa y que hacen a la formación en ciudadanía responsable.”

La jornada abrió temprano con una bendición: “Nadie se salva solo, nos salvamos en compañía”, compartió Norma Nuñez, coordinadora de Casa San Pablo. “En un contexto de mucha hostilidad y amedrentamiento contra los derechos, nos encontramos para seguir formándonos y construyendo una alternativa”, expresó el Pastor presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, Leonardo Schindler.  “En tiempos de goce en la crueldad hay que construir espacios diferentes de cuidado”, propuso en la misma línea el Pastor presidente de la Fundación Hora de Obrar, Javier Gross.

Política pública, fe y comunidad educativa: voces que impulsan la ESI

El primer panel abordó el aporte desde la política pública y el diálogo con organizaciones basadas en la fe, con la participación de Mirta Marina, Directora Provincial del Área de ESI de la provincia de Buenos Aires. “La ESI llego para quedarse, va a ser muy difícil correrla del lugar que tiene. Se tiene que escuchar más fuerte que la voz de quienes gritan y denigran y se oponen a la diversidad”, invitó.

Pilar Cancelo, Directora Ejecutiva del Servicio Evangélico de Diaconía (SEDI), presentó el argumentario teológico “¿Será de Dios?” y sus aportes para la justicia de género: “Las iglesias nos hacemos cargo de las violencias que se reproducen en nuestros espacios y proponiendo alternativas en esta relectura.” 

“La escuela se construye todos los días y no lo hacen solamente los docentes, y las autoridades, los alumnos y alumnas son parte fundamental de la institución y son quienes dieron impulso a la ESI”, contó Andrea Fogel, del Instituto Evangélico Luis Siegel, compartió experiencias sobre participación democrática en la comunidad educativa.

Masculinidades, violencias y desafíos pedagógicos en la implementación de la ESI

Durante el segundo panel se profundizó en masculinidades adolescentes y dinámicas violentas, con el autor del libro “De chicos a hombres”, Marcelo Gutiérrez. “Los mandatos de la masculinidad son imposibles de cumplir en su totalidad: cuando no se cumplen se es castigado en los entornos sociales, pero si se cumplen, también. Todo tiene costo.”

Nadia Polanco abordó la detección y acompañamiento frente a violencia sexual contra niñeces y adolescencias y develó que “La escuela es una lugar donde se develan 1 de cada 4 de estas situaciones. Pero se estima que los números son muchísimo mayores”.

Graciela Morgade, vicerrectora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, propuso una discusión sobre los proyectos pedagógicos en tensión entre ESI y educación emocional. “La ESI aborda las emociones, pero no desde una perspectiva individual, sino comunitaria”.

Taller sobre subjetividad y entornos digitales: construir pactos comunitarios

Finalmente por la tarde los y las participantes se sumaron a un taller sobre subjetividad y dispositivos digitales, con la especialista Carolina Di Palma, quien trajo la propuesta de construir pactos digitales comunitarios: “El espacio áulico presencial, sin vigilancia, sin conectividad y de contacto corporal es una posibilidad de resistencia respecto de cómo se arman los lazos sociales”.

Desde su creación en 2019, la mesa ha permitido consolidar redes, fortalecer aprendizajes y promover debates que conectan fe, educación y derechos, acompañando a los colegios evangélicos en la construcción de comunidades más inclusivas y comprometidas con la justicia social.

“Esta es una manera de promover relaciones más sanas, afectivas, relaciones que construyan un mundo mejor”, cerró Rosenthal.

La jornada fue conducida por Pamela Peñin y Fabián Dinamarca del equipo de proyectos de la Fundación Hora de Obrar. Hora de Obrar agradece por cocinar para todos y todas las participantes de Aurora Weiss de la parroquia Castelar.

345 personas recibieron abrigo en Bahía Blanca

La Fundación Hora de Obrar finalizó una nueva etapa del acompañamiento a las familias afectadas por las inundaciones ocurridas en marzo. Muchas aún cocinan a leña, no cuentan con acceso a agua potable y enfrentan condiciones habitacionales precarias.

Durante los días 18 y 19 de julio se entregaron 230 frazadas de una y dos plazas , beneficiando directamente a 115 familias, gracias a las donaciones recibidas para la campaña de emergencia impulsada por Hora de Obrar y la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.

Nicolás Rosenthal, director de Hora de Obrar reiteró el agradecimiento a todas las personas y organizaciones involucradas en esta acción solidaria: “Desde los voluntarios y voluntarias de las iglesias locales en Bahía, que hicieron un trabajo fundamental con la logística y la comunicación, las personas en la iglesia que hicieron su donación y difundieron la campaña, hasta el equipo técnico liderado por el experto en gestión de riesgos y desastres, Lic Jorge Fernández, vaya nuestro más sentido agradecimiento”.

La acción tuvo lugar en el Centro Comunitario Villa Talleres, un espacio que fue central en el acompañamiento de las familias desde el inicio de la emergencia. Allí se concentró la entrega de frazadas y el encuentro con vecinas y vecinos, en una jornada marcada por la escucha. Es que la situación en el barrio sigue siendo crítica: muchas familias aún cocinan a leña, no cuentan con acceso a agua potable y enfrentan condiciones habitacionales precarias que se agravaron tras las inundaciones. En ese contexto, el abrigo entregado no fue solo un recurso material, sino también un gesto de cuidado y contención en medio de una realidad que todavía duele y exige respuestas integrales.

Con esta acción termina la etapa de distribución de elementos básicos iniciada en abril, cuando, con el apoyo del Foro ACT Alianza Argentina, la Fundación Hora de Obrar y CREAS entregaron 300 kits de limpieza, materiales eléctricos y de purificación de agua, alcanzando a 946 personas en cuatro barrios bahienses. También se realizaron talleres psicosociales para voluntarios y voluntarias durante la Semana Santa.

Pero el acompañamiento no concluye aún: en los próximos meses se llevarán a cabo nuevos encuentros de apoyo psicosocial con las familias del barrio Villa Talleres, para seguir fortaleciendo desde la escucha, la fe y el cuidado emocional.

Este trabajo sigue siendo posible gracias a una red articulada de iglesias locales, organizaciones aliadas y personas que sostienen este compromiso con sus donaciones.

“Que falte el pan en las mesas es un pecado”

Leonardo Schindler, pastor presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, llama a sumarse a la campaña de emergencia alimentaria.

Durante su reciente visita al Centro de Día Arcángel Gabriel, de la Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires (CEABA), el pastor presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), Leonardo Schindler, invitó a los hermanos y hermanas de la iglesia a ser parte de una acción concreta: la campaña de emergencia alimentaria impulsada por la Fundación Hora de Obrar.

“´Cristo dijo ´yo soy el pan que da vida´”, expresó el pastor Schindler y agregó: “Que esté faltando el pan en las mesas de los hogares es una señal del pecado de este mundo.” 

En este sentido se refirió a las causas estructurales de esta injusticia: “Necesitamos de una transformación a nivel espiritual, pero también transformaciones sociales: justicia social, otras condiciones económicas, más trabajo y una mayor redistribución de la riqueza” .

Con estas palabras, el pastor presidente recordó que la fe se vive también en el compromiso con la justicia. Por eso, hizo un llamado urgente: “Hay una realidad que no puede esperar, que es el hambre”.

Sumate a la campaña de emergencia alimentaria

Con esta acción la Fundación Hora de Obrar busca brindar alimentación a más de 1000 personas de 14 centros de día. “Damos de las muchas cosas que el Señor nos da cada día a cada uno de nosotros y de nosotras”, invitó Schindler.

📦 Montos sugeridos:

🥕 10 kilos de alimentos — $32.000

🍎 5 kilos de alimentos — $16.000

🍞 2 kilos de alimentos — $6.500

Donar es un acto de fe y justicia.

Con vestiduras de fe y el cuerpo en la calle: pastores y pastoras fueron reprimidos

La Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) expresó su enérgico repudio a la represión ocurrida el pasado miércoles 14 de mayo frente al Congreso de la Nación. 

La marcha semanal por los derechos de los jubilados y jubiladas, que se realizó pacíficamente y contó con la presencia de referentes religiosos de distintas confesiones, fue reprimida una vez más por las fuerzas de seguridad bajo las órdenes del Ministerio de Seguridad de la Nación. 

La Mesa Ecuménica por la Democracia, la Vida y el Bien Común*, de la cual hace parte la FAIE, había convocado a acompañar el reclamo con vestimentas y símbolos identificatorios bajo el lema: “Desde la fe abrazamos y bendecimos a las jubiladas y jubilados”, en un gesto colectivo y profético que reclama una vejez digna para todas las personas.

En su comunicado, la FAIE indica que la represión ocurrida confirma que el protocolo para el mantenimiento del orden público ante cortes de vías de circulación se utiliza sistemáticamente para amedrentar y criminalizar la protesta social, sobre todo la de quienes, como las personas mayores, sufren con mayor crudeza los efectos de un modelo económico de ajuste, y exige al Gobierno Nacional «el cese inmediato de las políticas represivas y la derogación del protocolo de orden público».

Desde la Fundación Protestante Hora de Obrar adherimos a este repudio y expresamos nuestra solidaridad con todas las personas que fueron víctimas de la represión. Como parte de la Mesa Ecuménica, reafirmamos nuestro compromiso con una democracia plena, la convivencia pacífica y el diálogo desde el amor. Jesús nos llama a la solidaridad desde cada persona excluida, desde cada persona descartada, desde cada persona violentada.  “Todo lo que hicieron a uno de estos hermanos míos más humildes, a mí mismo me lo hicieron.” (Mt 25:40)


*La Mesa Ecuménica por la Democracia, la Vida y el Bien Común está integrada por el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), Curas en Opción por los Pobres (OPP), Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ), Pastoral Social Evangélica (PSE), Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes (CAREF), Fundación Hora de Obrar, Red Nacional de Mujeres Argentinas Construyendo Comunidad, Sororidad & Fe, Curas Villeros e Iglesia Anabautista Menonita de Buenos Aires (IAMBA).

Eliminación de la moratoria: ajuste con violencia y represión

El próximo 23 de marzo, el gobierno de Javier Milei eliminará la moratoria previsional, una medida que deja a miles de adultos y adultas mayores sin posibilidad de acceder a una jubilación. Esta decisión no solo afecta a quienes se vieron obligados a trabajar toda su vida en condiciones de informalidad, sino que también desmantela un mecanismo de inclusión previsional que garantizaba un ingreso y cobertura médica a quienes no lograron completar los 30 años de aportes requeridos por el sistema.

Por: Yamila Annacondia

La brutal represión de la marcha de jubilados y jubiladas frente al Congreso el 12 de marzo es una muestra de cómo se busca silenciar el descontento mediante el uso de la fuerza. Las imágenes de golpizas a adultos y adultas mayores, agresiones a periodistas y cientos de detenciones irregulares, reflejan el carácter represivo de un modelo que impone el ajuste con violencia.

El impacto del fin de la moratoria previsional

El Plan de Pago de Deuda Previsional permitía regularizar los aportes faltantes mediante un esquema de cuotas, brindando acceso a una jubilación y evitando que los y las adultas mayores quedaran en la indigencia. Con su eliminación, la única opción para quienes no alcancen los aportes será la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), una alternativa insuficiente, que representa solo el 80% de la jubilación mínima y que excluye a muchas personas por sus requisitos socioeconómicos.

Esta decisión profundiza la crisis del sistema previsional en un contexto de ajuste brutal. Actualmente, las jubilaciones mínimas con bonos apenas superan la línea de pobreza, y la falta de actualización acorde a la inflación deja a millones de jubilados y jubiladas en la precariedad. Sin la moratoria, solo 3 de cada 10 hombres y 1 de cada 10 mujeres podrán jubilarse, lo que implica una exclusión masiva del derecho a una vejez digna.

El impacto es particularmente grave para las mujeres, quienes históricamente han enfrentado mayores dificultades para acceder a trabajos registrados debido a las desigualdades en el mercado laboral y la sobrecarga de tareas de cuidado no remuneradas. Según datos oficiales, el 73% de las mujeres jubiladas accedieron a su beneficio a través de moratorias. Sin esta herramienta, muchas deberán esperar hasta los 65 años para acceder a la PUAM, retrasando de facto su edad jubilatoria.

Pero el daño no se limita solo a los y las jubiladas. La decisión de desfinanciar el sistema previsional actual y promover el retiro privado responde a una lógica de mercantilización de la seguridad social, en la que solo quienes puedan pagar una jubilación privada tendrán garantizado un ingreso en la vejez. Esto afecta a toda la sociedad, consolidando un modelo de desigualdad que excluye a quienes más lo necesitan.

Una sociedad justa se construye garantizando derechos, no arrebatándolos. La eliminación de la moratoria previsional es una medida que condena a la pobreza a miles de adultos mayores y sienta un peligroso precedente para el futuro del país. “Como organización basada en la fe, creemos en la dignidad de cada persona como reflejo de la imagen de Dios. Despojar a los más vulnerables de sus derechos contradice nuestros valores de justicia y solidaridad” concluyó Nicolás Rosenthal, director ejecutivo de la Fundación Protestante Hora de Obrar.

8M: vida en abundancia es vida digna

Tener qué comer, acceder a medicamentos y cuidados de salud, recibir educación, contar con autonomía o poder soñar y proyectar un futuro. Estos son derechos fundamentales que deben garantizarse para todas las personas.

En Argentina, las mujeres asumen el 75% de las tareas de cuidados. Por eso ganan menos, tienen mayores niveles de informalidad y enfrentan más dificultades para acceder a la jubilación. Hoy en Argentina casi 1 de cada 5 mujeres asalariadas son trabajadoras de servicio doméstico, la rama de actividad que peor paga, y sólo 1 de cada 10 mujeres en edad de jubilarse está en condiciones de hacerlo sin moratoria.

Las mujeres aportan a nuestras sociedades y también generan riqueza, pero ese trabajo está orientado al servicio de la vida y no se limita a una expresión monetaria. Ellas dedican el doble de tiempo que los varones a tareas domésticas, a criar y cuidar a personas adultas o dependientes. Pero este trabajo no cuenta.

Los espacios comunitarios también se sostienen con el trabajo militante de mujeres a cargo de tareas de cuidado. De hecho, en las iglesias el trabajo diacónico usualmente está mayoritariamente a su cargo.

Estamos enfrentando fuertes retrocesos: ajustes en salud y educación, eliminación de las políticas que buscan cerrar las brechas de género y prevenir las violencias. Estamos viendo también cómo crecen los privilegios de unos pocos. 

Sabemos que a través de la fe, todas las personas tienen el mismo estatus, el mismo derecho y las mismas oportunidades. ¡Por una espiritualidad, una diaconía y una economía que ponga el cuidado y la vida en el centro!

Fuentes

Sin justicia social no hay transiciones justas

La crisis climática exige transformaciones profundas en el modelo productivo y energético global. Sin embargo, estos cambios no pueden darse a costa de los derechos de las y los trabajadores ni de las comunidades que dependen de economías intensivas en carbono. Es aquí donde la transición justa se presenta como un principio clave para garantizar que la descarbonización sea socialmente equitativa y ambientalmente sostenible.

Hablar de una transición justa es hablar de empleo y justicia social. No basta con impulsar energías renovables o promover una economía baja en carbono si no se contemplan medidas que aseguren que quienes trabajan en sectores contaminantes puedan acceder a empleos dignos en nuevas áreas productivas. Este enfoque requiere políticas públicas que incluyan:

  • Formación y reconversión laboral para quienes hoy dependen de industrias extractivas o de alto impacto ambiental.
  • Inversión en empleos verdes, garantizando derechos laborales y condiciones justas.
  • Participación de los trabajadores y comunidades en la planificación de los procesos de cambio.
  • Enfoque de género y justicia territorial, asegurando oportunidades equitativas para mujeres y poblaciones vulnerables.

Además, las transiciones deben ir acompañadas de financiamiento internacional. Los países con mayores emisiones históricas de gases de efecto invernadero tienen la responsabilidad de proveer los recursos necesarios para que las naciones en desarrollo puedan mitigar el impacto del cambio climático y avanzar en su adaptación sin comprometer el bienestar de sus poblaciones.

La experiencia de Hora de Obrar

Con el apoyo de Hora de Obrar productores y productoras yerbateras de Misiones están incorporando árboles nativos a sus cultivos para el cultivo bajo sombra. Esta técnica no solo reduce la exposición de los cultivos a las olas de calor y mejora la calidad del suelo, sino que también genera beneficios ecosistémicos y económicos para las familias productoras.

Construir una transición justa requiere de voluntad política, articulación intersectorial y el compromiso de toda la sociedad. Hora de Obrar continúa trabajando para que las comunidades tengan oportunidades reales de adaptación y desarrollo sostenible.

Si querés conocer más sobre nuestras iniciativas o sumarte a este trabajo, escribinos a desarrollo@horadeobrar.org.ar

Hegemonía, discurso y poder: la verdadera disputa detrás de “la batalla cultural”

La batalla cultural no es un simple choque de ideas, sino una estrategia política para conservar el poder. A través de la desinformación y la ridiculización, los sectores más conservadores buscan frenar avances en derechos y perpetuar un status quo desigual. Mientras los debates se centran en temas ya saldados, problemas urgentes como la crisis ambiental y social quedan relegados.
Recuperada de: https://elreporte.pe/

Por: Yamila Annacondia

No es casualidad que, en tiempos de crisis, se revivan debates que creíamos superados. Como advirtió Simone de Beauvoir: «Bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Esos derechos nunca se dan por adquiridos». En este escenario social y político, viejas discusiones vuelven a surgir y copan la agenda mediática, distrayendo la atención de cuestiones centrales para la calidad de vida de los y las argentinas.

Se propone quitar la figura penal del agravante por femicidio, cuando en Argentina una mujer es asesinada cada 27 horas por razones de género*. Observamos cómo se deslegitima la Educación Sexual Integral, exigiendo que la misma sea abordada por la familia, cuando el 80% de los abusos infantiles ocurren dentro del círculo familiar**. Desconociendo que entre el 70 y el 80 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que denunciaron haber sufrido algún delito contra la integridad sexual, lo hicieron luego de haber recibido clases de Educación Sexual Integral (ESI) en la escuela, según el Ministerio Público Tutelar***. Esto solo por mencionar algunas de las tantas cuestiones que circulan a diario.

Antonio Gramsci explicó claramente que el poder se ejerce, principalmente, a través de la hegemonía cultural. Las derechas en el mundo entienden bien que quien domine las narrativas y los discursos sociales será capaz de controlar cómo entendemos el mundo y puede, por lo tanto, transformarlo.

Anuncios de alto impacto y confusión

Eliminar los cupos laborales, salir de la Organización Mundial de la Salud, asociar la homosexualidad con el abuso sexual infantil, amenzar con prohibir los tratamientos de hormonización para jóvenes transgénero. Estas fueron las principales declaraciones de tan solo la última semana. 

El objetivo de los anuncios de alto impacto social y político que vivimos desde hace un tiempo en voz del oficialismo y sus voceros en los medios de comunicación, es introducir ideas controversiales de forma ambigua y medir el impacto social que generan. De esta manera, prueban y corren los límites de lo socialmente aceptable. Si la respuesta no es tan fuerte o la controversia disminuye en el tiempo, estas ideas comienzan a afianzarse y se genera una nueva avanzada contra los derechos de las poblaciones más vulneradas. Si en algún caso la controversia es demasiado grande, apelan a la ambigüedad del primer comunicado para desdecirse, aunque no siempre lo hagan de forma coherente.

De esta forma también logran manejar la agenda mediática y monopolizarla, evitando que se hable de temas que no les sean favorables o que la oposición y los distintos sectores sociales logren instalar una agenda propia.

Mientras se prende fuego El Bolsón y es la propia sociedad, por medio de donaciones y apoyos de distinto tipo, la que se hace presente ante la emergencia, el gobierno se luce por su inacción y aprovecha las instancias públicas para reinstalar debates ampliamente saldados, generando aún más división y tensión social.

¿Qué hay detrás de la “batalla cultural”?

La llamada batalla cultural busca recuperar un status quo que perpetúe una sociedad clasista, racista, machista y heteropatriarcal. En esta disputa, las derechas utilizan términos como «woke»**** como un arma para ridiculizar y deslegitimar los avances en materia de derechos humanos. En Estados Unidos, hay universidades donde se queman libros sobre diversidad y género, y en Argentina se intenta prohibir canciones como «Hay secretos» de Canticuénticos, que fomenta espacios de confianza para que las infancias puedan hablar sobre abusos. No es la palabra en sí lo que incomoda, sino lo que representa: una conciencia crítica que desafía los privilegios y exige cambios estructurales.

Controlar la forma en la que nombramos el mundo es controlar la forma en la que lo entendemos y lo performamos. Por eso, lo que aparenta ser una batalla discursiva es, en realidad, una ofensiva estructural que busca echar por tierra los avances en términos de derechos que, con mucho esfuerzo, logramos conseguir.

Estar despiertos

Frente a esto, la respuesta no puede ser solo defensiva; debemos reafirmar nuestras conquistas y seguir ampliando los horizontes de justicia e igualdad. Mantenerse «woke» no es una exageración, es resistencia.

Si permitimos que instalen sus términos, que definan las características del debate público y colmen la agenda con sus propias intenciones, habremos perdido la batalla. No se trata solo de responder a cada provocación, sino de sostener nuestra propia agenda y defender, sin concesiones, el derecho a un futuro más justo e igualitario. En lugar de limitarnos a reaccionar, debemos seguir construyendo nuevas narrativas que nos permitan avanzar, sin perder de vista que la verdadera batalla es por transformar la realidad, construyendo un presente justo, equitativo y solidario para todas las personas. 


* :  En Argentina en el año 2024, 318 víctimas de violencia de género. Una cada 27 horas. Según datos de La Casa del Encuentro. https://www.lacasadelencuentro.org/ 
** :  Según datos del Ministerio Público Tutelar.https://mptutelar.gob.ar/el-80-de-los-casos-de-maltrato-y-abuso-ni-os-es-intrafamiliar
*** :  Fuente: https://mptutelar.gob.ar/casi-80-de-los-ni%C3%B1os-v%C3%ADctimas-de-abuso-sexual-denunciaron-ra%C3%ADz-de-las-clases-de-esi
**** :  El término «woke» nació del activismo afroamericano como un llamado a estar despiertos frente a las estructuras de opresión.