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Entre enero y agosto de 2025 hubo 150 feminicidios, 1 trans/travesticidio y 1 lesbicidio, 12 de ellos en contexto de narcocriminalidad, según datos de la Casa del Encuentro
Fotografía: Ámbito

En los medios vemos cómo se cuestiona y culpabiliza a las jóvenes asesinadas en lugar de los agresores. Poco se dice de la responsabilidad del Estado en todo esto: del recorte en programas elementales para la prevención y protección a víctimas, como el Acompañar y la línea 144, de lo frágil de las medidas de protección, del silencio y desprecio… Un estado que debería proteger la vida de todas las personas, que debería cuidar de las más vulnerables, como son las jóvenes en situación de pobreza.

Poco se habla de las condiciones que nos traen hasta acá. Las violencias basadas en género no son un asunto privado sino un asunto público, donde el Estado, las iglesias y la sociedad deben asumir sus responsabilidades, porque las violencias son un delito, son pecado y son un problema social.

La justificación de la desigualdad social como voluntad de Dios y la negación de la condición humana a mujeres y personas de identidad de género diverso son herejías teológicas. El mensaje del evangelio anuncia vida plena sin violencias para todo el mundo (Juan 10:10).

Por eso iglesias, organizaciones de fe y creyentes debemos asumir esta responsabilidad de no callar, no mirar para un costado, de acompañar a las mujeres de anuncio y de denuncia que claman paz y justicia, y son sistemáticamente silenciadas y denigradas.

Y también tenemos la responsabilidad de hacer más. De tener el coraje de cuestionar los privilegios, de abrir los espacios para dar conversaciones dolorosas, de abrir las iglesias y comunidades para que sean espacios seguros y dignificantes para todas las personas.

Este sábado a las 16 hs invitamos a acompañar la movilización desde Plaza de Mayo hasta el Congreso de la Nación para reclamar: BASTA DE FEMICIDIOS. JUSTICIA POR BRENDA, MORENA Y LARA.

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