El encuentro fue organizado por la Federación Luterana Mundial (FLM) reunió a más de 25 representantes de América Latina y el Caribe, África y Oceanía.
Entre los días 7 y 11 de abril de 2025, se llevó a cabo una capacitación regional para liderazgos de iglesias luteranas comprometidas con la justicia climática en Lima, Perú.
Durante cinco jornadas, las personas participantes abordaron temas clave vinculados a la reducción de emisiones globales, estrategias de adaptación y mitigación, financiamiento climático y tratamiento de pérdidas y daños. También se ofrecieron herramientas para el análisis de políticas climáticas como las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y los Planes Nacionales de Adaptación (NAP), con el objetivo de fortalecer la incidencia de las iglesias en estos espacios.
En representación de la Fundación Protestante Hora de Obrar, Romario Dohmann, responsable de proyectos ambientales presentó los avances del Foro de Justicia Climática de América Latina y el Caribe, y expuso sobre los bloques de negociación y dinámicas de las Conferencias de las Partes (COP), coordinó simulaciones de entrevistas para fortalecer la incidencia pública y compartió el trabajo que Hora de Obrar impulsa en materia de justicia ambiental.
El evento también contó con la participación de referentes internacionales destacados como Ramón Pichs-Madruga, miembro del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), quien ofreció una ponencia sobre tendencias globales y transiciones energéticas justas.
La capacitación combinó instancias técnicas con momentos de espiritualidad y reflexión teológica. Se compartieron buenas prácticas de acción climática desde diferentes regiones y se generaron espacios de intercambio entre generaciones, promoviendo el protagonismo juvenil en la defensa de la casa común.
El encuentro culminó con un taller abierto a la comunidad local, en el que se presentó el Índice de Desempeño de Género en la Acción Climática y se debatió sobre el rol de las organizaciones basadas en la fe en la construcción de una justicia climática con equidad de género.
Esta experiencia representó una oportunidad para consolidar redes ecuménicas, profundizar el compromiso institucional con la defensa de la creación y proyectar acciones conjuntas hacia la COP30, que se celebrará en Brasil en 2025. En ese camino, Hora de Obrar se suma al llamado regional a los gobiernos parte de la Convención, expresado en el documento Llamado a la Acción rumbo a la COP30, disponible para su consulta.
El mayor festival de sustentabilidad de América Latina convocó a cientos de organizaciones, emprendedores y familias en la ciudad de Buenos Aires para compartir conciencia ecológica, creatividad y compromiso.
La Fundación Protestante Hora de Obrar participó de una nueva edición de Bioferia en el Hipódromo de Palermo y compartió sus propuestas para el cuidado de la creación.
Durante las tres jornadas del evento, se ofrecieron actividades lúdicas para invitar a personas de todas las edades a reflexionar y aprender. Hora de Obrar presentó “Crece Selva Misionera”, el programa de reforestación con especies nativas, en articulación con pequeños productores yerbateros que cultivan bajo sombra, respetando el monte y fortaleciendo la biodiversidad.
Esta forma de producción agroecológica permite intercalar el árbol de yerba mate con especies autóctonas, generando un entorno saludable que mejora el crecimiento de la planta, preserva el suelo, regula la temperatura y crea refugios para la fauna local. La propuesta, impulsada desde una perspectiva de justicia climática, demuestra que es posible producir cuidando la vida y el entorno.
Hora de Obrar agradece especialmente a la Cooperativa Agrícola de Monte Carlo por acompañar esta iniciativa con su yerba mate orgánica certificada. El producto fue entregado como obsequio a quienes realizaron donaciones para apoyar el proyecto de reforestación, visibilizando así una forma de producción sustentable que pone en valor el trabajo colectivo y el respeto por la naturaleza.
1500 personas afectadas recibirán kits de higiene antes de Semana Santa, gracias a la articulación de las organizaciones argentinas de ACT Alianza, en colaboración con voluntarios y voluntarias de iglesias locales. También se brindará apoyo psicosocial. La campaña de donaciones de empresas e individuos continúa activa.
Voluntarios y voluntarias acopian y clasifican donaciones en las iglesias de Bahía Blanca para entregar a las familias damnificadas. Foto: Jorge Fernández / CREAS
El temporal del 7 de marzo en Bahía Blanca provocó una catástrofe sin precedentes con 16 fallecidos y miles de evacuados. En un solo día, la región recibió más lluvia de la que se espera en seis meses, un récord histórico para el mes de marzo. Este desastre, comparable a las inundaciones de La Plata (2013) y Santa Fe (2003), conmocionó a toda la sociedad argentina, que se movilizó rápidamente para brindar asistencia.
La Iglesia Evangélica del Río de la Plata y la Fundación Hora de Obrar pusieron en marcha una campaña de donación online, que continúa activa, para colaborar con este esfuerzo solidario,
Esta campaña refuerza la iniciativa del Foro ACT Argentina* que rápidamente movilizó un Fondo de Respuesta Rápida de la Alianza ACT, la coalición global basada en la fe de ayuda humanitaria, para atender la emergencia. CREAS está coordinando la respuesta con un oficial de emergencias que articula a referentes de la IERP y otras iglesias evangélicas de FAIE en Bahía durante los próximos dos meses.
Acciones concretas:
Entrega de kits de higiene: En los primeros días de abril, se distribuirán kits de higiene y limpieza para el hogar a 300 familias afectadas.
Capacitación en primeros auxilios psicológicos: Voluntarios y voluntarias serán formados para brindar apoyo psicosocial tanto a los afectados como a quienes están en la primera línea de atención, cuidando a quienes cuidan.
Tecnología al servicio de la emergencia: CREAS logró la donación de un software para relevar información y operativizar el proceso, de Monday Foundation.
Agua segura para las familias: Hora de Obrar viabilizó una donación del Laboratorio Pyam de pastillas potabilizadoras que proporcionarán 50.000 litros de agua potable segura y 12.000 litros adicionales para la limpieza de hogares y espacios comunitarios.
*El Foro ACT Argentina, integrado por la Fundación Hora de Obrar, CREAS, el Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi), la Comisión Argentina para los Refugiados y Migrantes (CAREF), la Junta Unida de Misiones (JUM) y la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), sigue trabajando de manera articulada para ofrecer una respuesta efectiva y solidaria.
Todas integran ACT Alianza, la coalición global basada en la fe, organizada en foros nacionales y regionales, que opera en más de 120 países. A través de más de 140 miembros, trabaja en ayuda humanitaria, justicia de género y climática, migración y desplazamiento, y paz y seguridad para apoyar a las comunidades locales.
Referentes de la Congregación Evangélica Misiones Centro y parroquias Jardín América, Salto Encantado y de Campo Viera participaron de un taller práctico organizado por el equipo de Hora de Obrar. Planean acompañar a más de 60 niños, niñas y adolescentes a lo largo del año. Los recursos están disponibles para su descarga gratuita.
Foto: Andy Wedekamper
El domingo 16 de marzo catequistas del distrito Misiones de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y el pastor Darío Dorsch recibieron al equipo de la Pastoral de Promoción para el Cuidado de la Creación de la Fundación Hora de Obrar para capacitarse en estrategias para abordar la temática del cuidado de la creación y cosmovisión indígena en las escuelitas bíblicas durante este 2025.
Con el lema “El ángel me mostró un río limpio, de agua de vida. Era claro como el cristal, y salía del trono de Dios y del Cordero.” (Ap 22,1) el equipo de la Fundación compartió propuestas lúdicas, elementos pedagógicos y recursos para el culto infantil, que pueden consultarse en este enlace.
Además se entregaron ejemplares de Planificación de clases para el cuidado de la creación, una publicación elaborada junto a catequistas de la IERP para trabajar temáticas relacionadas a la tierra, la alimentación y el agua potable, en cada contexto local. El material tiene ejemplos prácticos y está ilustrado por Isabel Graff y está disponible para leer en línea.
Las y los participantes agradecieron el encuentro y destacaron que las herramientas son múy útiles a la hora de preparar las clases para enriquecer la educación cristiana de unos 60 niños, niñas en sus congregaciones.
Con iniciativas como esta Hora de Obrar busca impulsar un cambio de conciencia y acción en las comunidades hacia una cultura del cuidado de la creación.
Cincuenta líderes y lideresas religiosas y representantes de organizaciones basadas en la fe de América Latina y el Caribe piden a los gobiernos aumentar el financiamiento y escuchar las voces de las comunidades más afectadas por el cambio climático.
Fundación Hora de Obrar y la Iglesia Evangélica del Río de la Plata participaron del evento en la capital de Brasil del 18 al 20 de marzo para coordinar esfuerzos con el fin de lograr un compromiso en el camino hacia la COP30, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025.
Entre los principales resultados del encuentro, el llamado a los gobiernos pide “que demuestren liderazgo” en 5 áreas clave:
Cumplir con las promesas de financiamiento
Garantizar la integralidad del Fondo de Pérdidas y Daños,
Acelerar una transición justa para dejar de depender de los combustibles fósiles,
Incrementar el financiamiento para las necesidades de adaptación incluyendo la salud integral,
Priorizar la participación y el reconocimiento de las poblaciones más afectadas y excluidas.
También destaca que “la COP30 en Belém es un momento crucial para reafirmar nuestro compromiso en nuestra lucha por la justicia climática. Marca el décimo aniversario del Acuerdo de París, un compromiso histórico para limitar el aumento de la temperatura global. Además, coincide con la necesidad de que cada país presente Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (las NDC, por sus siglas en inglés) actualizadas, y ambiciosas, demostrando sus compromisos para acelerar la acción climática.»
Durante el encuentro la obispa Marinez Bassotto, primada de la Iglesia Episcopal Anglicana de Brasil, enfatizó el papel de la esperanza en la movilización de las comunidades de fe para combatir las causas y consecuencias de la crisis climática. “Esta esperanza está viva, nos mantiene en movimiento y nos impulsa a actuar hoy. Esperar el mañana nos lleva a luchar ahora. Para quienes creen, la esperanza es un verbo: se convierte en acción”, expresó. “Debe despertarnos una conciencia de la profunda interconexión de toda la creación, una interdependencia recíproca. Esto, a su vez, debe inspirarnos a adoptar una actitud de solidaridad y cuidado, una postura que nos revele como hijos de Dios”.
Los y las participantes representan comunidades de fe de toda América Latina y el Caribe, incluidos Brasil, Colombia, Argentina, Perú, Panamá, Bolivia, Honduras, El Salvador y la República Dominicana de iglesias católicas, anglicanas, luteranas, metodistas, menonitas, anabaptistas y reformadas, así como organizaciones religiosas nacionales y regionales y redes indígenas.
Con la próxima cumbre climática mundial programada para realizarse en la región amazónica, el impacto de la emergencia climática sobre los pueblos indígenas fue un punto central de las discusiones en Brasilia. “Reconocemos especialmente el papel de los pueblos indígenas, quienes han vivido en la Amazonía durante milenios, cuidando el ecosistema y transmitiendo conocimientos de generación en generación para preservar su hogar”, afirmó Jocabed Solano, de Panamá, directora de Memoria Indígena.
“La iglesia, en su compromiso con la justicia ambiental y social, debe apoyar firmemente a estas comunidades en su lucha por defender sus territorios y reconocer su invaluable contribución al planeta”, agregó Solano, quien también forma parte de la Comisión del Consejo Mundial de Iglesias sobre Justicia Climática y Sostenibilidad.
El obispo católico Jerry Ruiz, de Honduras, reflexionó sobre el significado de trabajar
ecuménicamente hacia la COP30. “Independientemente de nuestras creencias religiosas, creo que lo que nos une es el mismo espíritu. Nos une el clamor de la tierra, el clamor de los pobres, la necesidad de justicia, las comunidades criminalizadas, desplazadas y asesinadas”, expresó. “Y esto debe ayudarnos a superar nuestras diferencias, porque es el Reino de Dios lo que nos une en el mismo propósito y el mismo objetivo”, añadió Ruiz.
El evento fue organizado por el Consejo Mundial de Iglesias, ACT Alliance, Christian Aid, Anglican Alliance, la Oficina de la Comunión Anglicana ante la ONU, la Federación Luterana Mundial y Caritas Internationalis, reuniendo a diversas voces de fe comprometidas con la justicia climática.
La participación de la Fundación Hora de Obrar en este espacio reafirma su compromiso con el cuidado de la creación y la promoción de políticas y acciones que prioricen el bienestar de las comunidades más vulnerables ante el cambio climático.
A orillas del Río Uruguay se celebró la octava edición del encuentro en defensa del agua y la vida. Más de 200 personas de Argentina y Brasil, reafirmaron el compromiso de las comunidades de fe y los movimientos sociales con el cuidado de la creación.
Photo: LWF/E. Albrecht.
Convocada por la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), la Igreja Evangélica de Confissão Luterana no Brasil (IECLB), la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU) y la Diócesis de Santo Ángelo (Iglesia Católica), el pasado 15 de marzo se llevó adelante una nueva Celebración por los Ríos Libres en la localidad de Colonia Aurora, Misiones
El texto bíblico de Ezequiel 47:6-12 sirvió como inspiración para reflexionar sobre los ríos como fuentes de vida y justicia. El sermón estuvo a cargo del pastor Jorge Weishein y miembro del equipo de la Fundación Hora de obrar: “Si los ríos están contaminados, enfermos y secos, es porque nosotros también lo estamos. Cuando nos alejamos de Dios, nos secamos, y con nosotros, se secan los ríos”. Además, alertó sobre las amenazas que enfrenta la Cuenca del Plata, uno de los sistemas hidrológicos más importantes del mundo, afectado por la contaminación, la deforestación y la construcción de represas.
El encuentro no solo fue un espacio de espiritualidad, sino de acción. Es por eso que se realizó la primera plantación de árboles de la campaña «Sembrando el Camino hacia la COP30», impulsada por el Foro de Justicia Climática de América Latina y el Caribe de la Federación Luterana Mundial (FLM). Esta iniciativa busca plantar más de 11 mil árboles en la región hasta noviembre de 2025, cuando se celebre la COP30 en Belém do Pará, Brasil.
El culto concluyó con un almuerzo comunitario y expresiones artísticas que reflejaron la conexión espiritual y cultural con los ríos. La participación de jóvenes y comunidades locales mostró que el compromiso con la justicia ambiental trasciende generaciones y fronteras.
La Fundación Protestante Hora de Obrar, reafirma su llamado a proteger los ríos y promover una ecoteología que vincule la fe con el cuidado del medioambiente. Como expresó el pastor Weishein: “Dios nos invita a trabajar juntos, a restaurar la vida que fluye en nuestros ríos”.
La Esperanza en las Aguas de la Creación.Un Llamado Ecuménico e Interreligioso al Cuidado de la Cuenca del Plata
Texto central: Ezequiel 47:6-12
«6 Entonces me dijo: «Fíjate bien en lo que has visto.» Después me hizo volver por la orilla del río, 7 y vi que en las dos orillas había muchos árboles. 8 Entonces me dijo: «Esta agua corre hacia la región oriental y llega hasta la cuenca del Jordán, de donde desembocará en el Mar Muerto. Cuando llegue allá, el agua del mar se volverá dulce. 9 En cualquier parte a donde llegue esta corriente, podrán vivir animales de todas clases y muchísimos peces. Porque el agua de este río convertirá el agua amarga en agua dulce, y habrá todo género de vida. 10 Desde En-gadi hasta En-eglaim habrá pescadores, y ahí pondrán a secar sus redes. Y habrá allí tanta abundancia y variedad de peces como en el mar Mediterráneo. 11 Pero en las ciénagas y pantanos no habrá agua dulce; allí quedará agua salada, que servirá para sacar sal. 12 En las dos orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales. Sus hojas no se caerán nunca, ni dejarán de dar fruto jamás. Cada mes tendrán fruto, porque estarán regados con el agua que sale del templo. Los frutos servirán de alimento y las hojas de medicina.»
Introducción:
Queridas hermanas y Queridos hermanos en Cristo,
La palabra de Dios nos anima con un mensaje de esperanza que recibió el pueblo de Israel de boca del profeta Ezequiel. Estas palabras resuenan en los oídos del pueblo porque la imagen de los ríos es muy fuerte en su cultura. Históricamente las religiones en Israel siempre enfatizaron en la importancia de las vertientes, los arroyos y los ríos porque el agua corre y en medio de una región mayormente desértica donde pasa un río se rodea de vida.
Esto lo podemos ver en nuestros campos y en toda nuestra región. Si digo: Paranaiba Grand, Tieté, Paranapanema Iguazú, Canoas, Pelotas, Ibicui, Negro, ¿qué es todo esto? Y si digo: Paraguay, Pilcomayo, Bermejo Salado, Paraná, Salado, ¿qué es todo esto? ¿Qué tienen en común todos estos ríos? ¿Dónde confluyen todos estos ríos? En el Río de la Plata. En particular los Ríos Paraguay, Paraná y Uruguay son los tres sistemas acuáticos más grandes de nuestra Cuenca hidrográfica. Esta Cuenca se llama la Cuenca del Plata.
Nosotros escuchamos este texto y quizá podemos ver al Río Uruguay formándose y abriéndose paso a través de la tierra, poco a poco, y generando toda esta biodiversidad de vida a su alrededor. La Cuenca del Plata ocupaba al principio un área de unos tres millones cien mil km² (3.100.000 de km²). Esta cuenca es una de las más grandes junto con las cuencas de los ríos Amazonas, Congo, Nilo y Misisipi. En esta Cuenca del Plata se organizaron cinco países: Bolivia, Paraguay, Brasil, Uruguay y Argentina.
La cuenca se divide en tres ecosistemas: la Pampa al sureste, el Pantanal al noroeste y el Gran Chaco al noreste. Esta cuenca es un sistema hidrológico con una gran variedad de vida, y tiene el corredor de humedales más grande de América del Sur. Además, es una de las cuencas más importantes del mundo por la cantidad y diversidad de peces, muchos de los cuales solamente se encuentran en esta región. En la cuenca del plata hay ocho (8) ecosistemas: manglares, humedales, selva paranaense o mata atlántica, pantanal, bosques de araucaria y chaco o cerrado, campos y sabanas, y bosques ribereños.
Cuando leía y releía el texto de esta visión de Ezequiel me preguntaba si acaso su profecía no hablaba de algo tan bello y tan diverso como esta cuenca maravillosa que Dios ha creado aquí en este lugar del mundo.
¿Qué hemos hecho con toda esta biodiversidad en esta cuenca en los últimos 100 o 200 años? ¿Qué pasó con esta profecía hecha realidad en la que vivimos por siglos en Abya Yala?
La selva paranaense tenía originalmente unos 1.290.692 km² pero actualmente queda entre el 5% y el 7%. En Brasil, queda menos del 12%, y es el bioma más amenazado del país. En Paraguay, queda un 13% de la selva original en pie. Argentina, por su parte, ha logrado conservar cerca del 50% de su superficie original de la Selva Paranaense, especialmente en la provincia de Misiones.
En la cuenca del Río de la Plata hay 11800 especies de animales y plantas, de las cuales el 24% está en riesgo de extinción, esto es más de 3000 especies. Uno de los problemas es la contaminación microbiológica, los químicos y los metales pesados. ¿Por qué? El Río Paraná recibe aguas cloacales de los ríos Tieté, Iguazú y Paraguay con toda la contaminación que viene de San Pablo, Curitiba, Asunción, Rosario, Posadas y Encarnación. Estas aguas llegan hasta las costas de Buenos Aires y Uruguay y se van al encuentro del Océano Atlántico. En los ríos Iguazú y Uruguay se encontraron todo tipo de plaguicidas de la agricultura. En el Río Pilcomayo se encontraron todo tipo de metales pesados de la minería. Estos ríos suelen ser dragados para facilitar la navegación pero esto aumenta la contaminación al remover los sedimentos químicos.
Las más de 150 represas en la Cuenca del Plata afectan el flujo natural de los ríos, lo que altera la cantidad de agua disponible y puede dificultar la migración de peces. Además, las represas destruyen hábitats acuáticos y terrestres, retienen sedimentos que normalmente nutrirían otras áreas, y afectan la navegación fluvial, lo que impacta la economía. También pueden generar conflictos entre los países que comparten estos recursos hídricos. Es importante gestionar adecuadamente estas represas para reducir sus efectos negativos en el medio ambiente y las comunidades.
De las 191 especies de peces evaluadas, 11 están catalogadas en estado de amenaza. Entre ellas se encuentran especies migratorias afectadas por la construcción de represas que interrumpen sus rutas de reproducción
Los principales desafíos en la Cuenca del Plata son:
Los enormes daños a personas e infraestructura que producen las frecuentes inundaciones.
La interrupción de la navegación de los ríos por la erosión y la acumulación de sedimentos.
La pérdida de biodiversidad por la deforestación y la sobreexplotación de los ecosistemas, como pasa en el Pantanal en Mato Grosso.
La mala gestión del agua por la falta de coordinación entre los países para un buen uso.
La falta de organización por la inexistencia de una instancia de gestión que se encargue de abordar los problemas en la cuenca de forma integral.
En nuestro caso, siguiendo la idea del profeta Ezequiel, pareciera que estamos camino a un enorme desierto, es como si estuviéramos viviendo un tiempo de juicio de Dios. Dios nos dio la vida en esta cuenca maravillosa, una de las más hermosas del mundo, pero nos fuimos alejando de Dios, y al alejarnos de Dios estamos convirtiendo este vergel en un desierto. La contaminación, la deforestación, el cambio climático y la sobreexplotación de los recursos están amenazando toda la vida de todos los ecosistemas de esta cuenca. Hemos llegado a un punto en que la vida de toda la cuenca está en peligro. En este momento, nadie de nosotros puede pensar su vida de forma individual si es que realmente quiere conservar su vida. Si los ríos se mueren se muere toda la cuenca junto con nosotros. Nosotros estamos hechos de esta cuenca.
Ezequiel 40-47 está en relación opuesta con 4-24 y en esos capítulos cuenta los pecados de Israel y cual es la enseñanza de Dios para que el pueblo pueda cambiar. El capítulo 18 es especialmente claro sobre lo que Dios espera de su pueblo para volver a restaurar el desierto en un paraíso: volver a fortalecer su espiritualidad y su vida de fe, volver a poner en práctica su fe y respetar la vida que le rodea, volver a escuchar a Dios y atender a su prójimo. El pueblo se deja llevar ideas de otros pueblos de otros lugares del mundo y tiene adoración por esos dioses. Encima explota y se aprovecha de su pueblo arruinando la vida a la gente de su propio pueblo. Dios avisa a Israel y a Judá que ningún pueblo va a progresar y va a salir adelante de esta manera. Este es el desierto que Dios riega con el Río que sale del templo de norte a sur para bendición de todos los pueblos.
La Biblia nos enseña que el ser humano está hecho de la tierra y que somos parte de la creación. Esto es una verdad absoluta. Los cuerpos de las personas comparten elementos físicos, químicos y biológicos con el ambiente. Los elementos físicos que nos condicionan a todos son la temperatura, la luz, la presión, la gravedad, la energía, el aire, el agua, el suelo, el relieve, los cuerpos de agua. Los elementos químicos que compartimos son el carbono (C); el hidrógeno (H); el oxígeno (O); el nitrógeno (N); el fósforo (P); el azufre (S). Los seres vivos con los que convivimos son los animales, las plantas, los microorganismos, los hongos, las bacterias, la tierra misma. Los seres humanos nos creemos especiales y mejores que todos los demás seres en la cuenca pero la realidad en la que vivimos nos tendría que permitir dudar de que esto sea cierto.
El río de agua viva que brota del templo, una imagen que usa también Jesús en sus enseñanzas, transforma todo lo que toca a su paso. Estas aguas, símbolo de Dios mismo, curan y dan vida, restauran y fructifican. El mensaje de esta visión profética de Ezequiel nos llama la atención sobre la relación entre nuestra fe y la naturaleza.
Dios nos muestra la importancia vital de los ríos para la restauración de los ecosistemas. Si los ríos están contaminados, enfermos y secos, es porque nosotros también estamos contaminados, enfermos y secos. Cuando nos alejamos de Dios nos contaminamos, nos enfermamos y nos secamos. Cuando nuestra fe se seca nuestros ríos se secan porque nos olvidamos de Dios. En ese momento nos confundimos y pensamos que somos dueños de la creación y de la vida de nuestros prójimos y que podemos hacer cualquier cosa.
La situación en la que se encuentra la cuenca del Plata muestra el deterioro de nuestra fe y de nuestra vida de fe. La contaminación de los ríos por residuos industriales, el vertido de aguas residuales y la deforestación de las cuencas de las cuales se alimentan los arroyos y los ríos condujo a que los ríos pierdan su capacidad de dar vida.
Sin embargo, estas palabras del profeta que llegan a nosotros como palabra de Dios son una oportunidad para volver a ser testigos de la restauración de nuestra cuenca del Plata por parte de Dios. Dios nos anima a una tarea sagrada: el cuidado y la restauración de las aguas. Esta es una tarea que no se limita solo a nuestras iglesias sino que Dios convoca a toda la cuenca, así como renueva toda la cuenca del Río Jordán. Actualmente Israel, Cisjordania, Líbano, Siria y Jordania tienen el mismo desafío que nosotros con el Río Jordán. El Río Jordán está contaminado y se está secando con toda la vida a su alrededor.
Por eso, esta tarea de restaurar la salud y la vida de los ríos no es una tarea de una sola comunidad religiosa sino que es un esfuerzo común para todos los pueblos que dependen de estas aguas. Dios nos invita a todos para colaborar, para trabajar juntos, para restaurar la salud de los ríos y asegurar que las generaciones futuras puedan ser testigos de la gloria y de la gracia de Dios en sus vidas y en sus hábitats. La mayoría de las religiones enseñan que no somos dueños ni tenemos derecho a aprovecharnos de la tierra y la naturaleza. Aprender a convivir con la naturaleza y con las demás personas es el acto más profundo de sabiduría y de amor. Este es el desafío ecuménico e interreligioso al que Dios nos llama trabajar entre todos juntos: trabajar juntos por un futuro más limpio y más justo para que las aguas del río fluyan libres y saludables, llevando vida a todos los seres vivientes.
La fe cristiana vive su fe en una historia que empieza con una creación que Dios saca del agua y en la cual existen varios ríos y que termina con una promesa de que Dios va a hacer fluir un río desde el trono en el que está Jesús para transformar a toda la creación.
Estimadas hermanas y estimados hermanos que esta esperanza y este llamado de Dios a trabajar con amor y sabiduría en comunión con la naturaleza y con todas las demás personas sea de bendición para todo el mundo.
Que el río de la vida fluya en nosotros y nos inspire a cuidar la creación con gratitud y con amor. Que todos, como hijos de Dios, nos unamos en esta misión de restauración y esperanza, confiando en que Dios, al igual que en el principio y el fin de la historia, siempre está con nosotros en este camino. Amén.
Ya se plantaron 4000 árboles en la Reserva Guaraní de Usos Múltiples en coordinación con la Universidad Nacional de Misiones. La zona había sido afectada gravemente por incendios en el año 2022.
En un esfuerzo compartido, la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones y la Fundación Hora de Obrar realizaron una serie de plantaciones en la Reserva Guaraní de Usos Múltiples en la localidad de Fracrán para recuperar áreas arrasadas por incendios ocurridos en 2022.
Con la participación de estudiantes y el uso de técnicas avanzadas de conservación, las jornadas de reforestación no solo devuelven vida a la Reserva Guaraní, sino que forman profesionales comprometidos y comprometidas con el cuidado del bosque nativo.
En el verano de 2022, un devastador incendio afectó unas 270 hectáreas de la Reserva Guaraní, un territorio protegido que forma parte de la Reserva de Biosfera Yabotí y preserva parte de la Selva Misionera que la provincia comparte con otras áreas naturales de Sudamérica llamada Mata Atlántica.
“Este bosque continuo es uno de los más grandes después del Amazonas, y la recuperación es esencial para mantener su biodiversidad y resiliencia frente al cambio climático”, explicó Romario Dohmann, responsable de proyectos ambientales de la Fundación Hora de Obrar.
Abordaje integrador: reforestación y educación
Con el apoyo de estudiantes de la carrera de Ingeniería Forestal y del profesorado de Biología de la UNaM, recientemente se plantaron 250 ejemplares nativos nuevos en la Reserva, sumando más de 4,000 árboles en esta área, que se monitorean periódicamente. La colaboración entre la UNaM y la Fundación Hora de Obrar comenzó en 2022, impulsada por un interés común en la restauración ecológica y la conservación de la Selva Paranaense. Desde entonces, el trabajo conjunto ha permitido aprovechar el conocimiento académico y trasladarlo al campo, aplicando teorías de restauración en escenarios reales y ajustando estrategias según los resultados obtenidos.
“Este trabajo no solo restaura áreas dañadas, sino que también genera conocimiento, investigación y sensibilización sobre los efectos del cambio climático”, destacó Dohmann.
Más allá de la plantación de árboles, este proyecto ha consolidado un modelo de restauración basado en la ciencia y la participación activa de la comunidad universitaria y la sociedad civil. Uno de los mayores logros ha sido la implementación de un espacio de investigación aplicada, donde se prueban diferentes enfoques para regenerar el ecosistema, evaluar la efectividad de las especies utilizadas y medir el impacto sobre la biodiversidad y la calidad del suelo.
De esta manera se enriquece la formación académica y práctica en conservación y manejo de bosques de futuros profesionales como Anabela López. “La restauración de bosques nativos es una oportunidad para aplicar lo aprendido y comprender en la práctica lo que significa recuperar áreas degradadas por incendios y el cambio climático”, comentó la estudiante.
Enfoque práctico con metodologías científicas
Árboles como el camboatá, la cañafístola y pitanga se plantaron en fajas de 100 metros paralelas a un arroyo con tutores y aplicación de hidrogel para asegurar la retención de humedad, una estrategia que favorece la supervivencia en condiciones de sequía.
Claudio Dummel, docente universitario y responsable técnico de la Reserva Guaraní, enfatizó la importancia de la diversidad genética en este proceso, ya que las plantas provienen de varias fuentes, incluyendo viveros asociados y bancos de semillas locales de la universidad, para fortalecer la adaptabilidad del bosque. “Queremos que esta plantación armonice con el entorno y favorezca la regeneración de la estructura natural del bosque”, señaló Dummel.
En el transcurso de este trabajo articulado se han observado mejoras significativas en la regeneración natural del área. También ha aumentado la presencia de fauna silvestre, un indicador clave de que el ecosistema está recuperando su funcionalidad.Además, se ha fortalecido la capacidad del suelo para retener agua, favoreciendo la regulación hídrica y reduciendo los efectos de la erosión.
Pero la restauración no es solo una cuestión ambiental; también tiene un impacto social y económico. Un aspecto fundamental de este esfuerzo ha sido la participación activa de estudiantes y docentes de la universidad, quienes han adquirido experiencia práctica en reforestación, monitoreo ambiental y manejo de ecosistemas degradados. Gracias a este proyecto, se han generado investigaciones, publicaciones y tesis que aportan datos valiosos en la investigación académica sobre la regeneración forestal y la resiliencia del ecosistema frente al cambio climático.
Impacto en las comunidades guaraníes y la biodiversidad
Este proyecto tiene un impacto significativo en las comunidades guaraníes y en la población local, no solo en términos ambientales, sino también desde una perspectiva cultural y socioeconómica. La reforestación no solo busca recuperar la selva, sino también fortalecer el vínculo de las comunidades con su territorio; dentro de la Reserva Guaraní conviven tres comunidades mbya guaraní.
Desde el punto de vista ecológico, se espera que la reforestación contribuya a la recuperación del hábitat de especies clave, como el yaguareté (Panthera onca), el tapir (Tapirus terrestris) y el pecarí labiado (Tayassu pecari), todos ellos en situación de vulnerabilidad debido a la fragmentación del bosque. También se prevé una mejora en la calidad del suelo y en la regulación hídrica, beneficiando a las comunidades locales que dependen de los cursos de agua que nacen en la selva.
Huella de carbono
En términos de cambio climático, se estima que estos 4.000 árboles, al alcanzar su madurez, absorberán entre 40 y 80 toneladas de CO₂ por año, ayudando a mitigar los efectos del calentamiento global y fortaleciendo la resiliencia del ecosistema ante eventos climáticos extremos. De esta manera, la restauración no solo beneficia la biodiversidad, sino que también mejora la calidad de vida de las comunidades que dependen de la salud de la selva para su sustento y bienestar.
Con el Proyecto “Crece Selva Misionera”, la Fundación Hora de Obrar ha plantado más de 350 mil árboles en la provincia de Misiones, a través de un modelo de colaboración en el que diferentes organismos y donantes se unen para combatir la degradación ambiental. Esto es posible en gran medida gracias a las donaciones de instituciones y personas particulares. Vos también podés sumarte a este proyecto. Sumá tu donación acá para apoyar las tareas de reforestación.
La crisis climática exige transformaciones profundas en el modelo productivo y energético global. Sin embargo, estos cambios no pueden darse a costa de los derechos de las y los trabajadores ni de las comunidades que dependen de economías intensivas en carbono. Es aquí donde la transición justa se presenta como un principio clave para garantizar que la descarbonización sea socialmente equitativa y ambientalmente sostenible.
Hablar de una transición justa es hablar de empleo y justicia social. No basta con impulsar energías renovables o promover una economía baja en carbono si no se contemplan medidas que aseguren que quienes trabajan en sectores contaminantes puedan acceder a empleos dignos en nuevas áreas productivas. Este enfoque requiere políticas públicas que incluyan:
Formación y reconversión laboral para quienes hoy dependen de industrias extractivas o de alto impacto ambiental.
Inversión en empleos verdes, garantizando derechos laborales y condiciones justas.
Participación de los trabajadores y comunidades en la planificación de los procesos de cambio.
Enfoque de género y justicia territorial, asegurando oportunidades equitativas para mujeres y poblaciones vulnerables.
Además, las transiciones deben ir acompañadas de financiamiento internacional. Los países con mayores emisiones históricas de gases de efecto invernadero tienen la responsabilidad de proveer los recursos necesarios para que las naciones en desarrollo puedan mitigar el impacto del cambio climático y avanzar en su adaptación sin comprometer el bienestar de sus poblaciones.
La experiencia de Hora de Obrar
Con el apoyo de Hora de Obrar productores y productoras yerbateras de Misiones están incorporando árboles nativos a sus cultivos para el cultivo bajo sombra. Esta técnica no solo reduce la exposición de los cultivos a las olas de calor y mejora la calidad del suelo, sino que también genera beneficios ecosistémicos y económicos para las familias productoras.
Construir una transición justa requiere de voluntad política, articulación intersectorial y el compromiso de toda la sociedad. Hora de Obrar continúa trabajando para que las comunidades tengan oportunidades reales de adaptación y desarrollo sostenible.
Si querés conocer más sobre nuestras iniciativas o sumarte a este trabajo, escribinos a desarrollo@horadeobrar.org.ar
El taller reunió a 70 participantes, entre docentes, equipos directivos y miembros del equipo de orientación escolar de los tres niveles educativos del colegio.
Los días 12 y 13 de febrero de 2025 se llevó a cabo en el Colegio Holandés de Tres Arroyos un taller de capacitación docente orientado a la enseñanza ecológica a través del Ciclo de Indagación.
La actividad fue organizada por el Centro de Educación Ambiental para Docentes (CEAD) de la Asociación Civil Nuestra Tierra, con el apoyo de la Fundación Protestante Hora de Obrar.
Durante las dos jornadas de capacitación, los y las docentes exploraron estrategias pedagógicas para integrar la enseñanza ecológica en el patio escolar y su extrapolación a contextos más amplios. La metodología del Ciclo de Indagación permite que estudiantes y docentes interactúen con su entorno desde la observación, la formulación de preguntas y la experimentación, promoviendo un aprendizaje interdisciplinario que vincula ciencias naturales, matemáticas, ciencias sociales, prácticas del lenguaje, arte, educación física y música.
Uno de los ejes centrales del taller fue el desarrollo de experiencias de aula abiertas, que favorecen el contacto directo con la naturaleza y el análisis crítico del impacto humano en el medio ambiente. Además, se abordó el concepto de ecofobia y la importancia de promover un vínculo positivo con la naturaleza en el alumnado, evitando discursos paralizantes sobre las problemáticas ambientales.
El programa del taller incluyó sesiones teóricas y prácticas, con actividades grupales y dos «Congresos Científicos» donde los participantes expusieron los procesos de indagación desarrollados. Como cierre, cada equipo elaboró un proyecto de indagación adaptado a su nivel educativo, que será evaluado y retroalimentado por las facilitadoras en los próximos meses.
“Desde la Fundación Protestante Hora de Obrar, seguimos comprometidos con la educación ambiental y el fortalecimiento de prácticas pedagógicas innovadoras. Confiamos en que esta experiencia enriquezca la enseñanza y el aprendizaje en el Colegio Holandés Tres Arroyos.” Cerró Fabián Dinamarca, coordinador de Programas y Proyectos de Hora de Obrar.
Formadores y formadoras en ecoteología de América Latina, el Caribe y comunidades latinas en EE.UU. se reunieron en la Universidad Bíblica Latinoamericana de San José de Costa Rica para fortalecer la formación en justicia ambiental y climática. En este marco nació el Colectivo Bambú, una red de trabajo colaborativo donde participa la Fundación Hora de Obrar.
Otros Cruces y la Universidad Bíblica Latinoamericana junto a la Red de Fe por la Justicia Climática en Abya Yala, Latinoamérica y el Caribe convocaron el encuentro “Ecoteología en Acción” entre el 29 de enero y el 1 de febrero, a San José de Costa Rica,, a escasos kilómetros de la ciudad de Escazú, donde en 2018 se firmó el primer acuerdo sobre ambiente entre países de América Latina y el Caribe. Este espacio de diálogo ecuménico reunió a 23 personas de 12 países y 14 tradiciones cristianas para generar redes de cooperación y formación en un contexto de crisis socioambiental.
Estos intercambios permitieron también identificar aspectos pedagógicos, bíblicos, epistemológicos y políticos transversales al trabajo ecoteológico en el continente. Además, se ofrecieron talleres de huerta, comunicación, incidencia y pedagogía donde se compartieron experiencias y herramientas prácticas para el trabajo en ecoteología.
Fruto del encuentro nació el Colectivo Bambú, un espacio que buscará promover la formación en ecoteología en comunidades cristianas y acompañará los procesos de incidencia de organizaciones de fe y movimientos sociales en toda América.
Entre las personas que integran este nuevo colectivo se encuentran Andrea Roa Almeida, del Centro Emmanuel, y Jorge Weishein, de la Fundación Hora de Obrar y representante de la Red Ecuménica de Educación Teológica (REET).
Este proceso de articulación generado por la Red de Fe por la Justicia Climática cobra especial relevancia en la antesala de la COP30 sobre Cambio Climático, que se realizará en noviembre de 2025 en Belém do Pará, en la Amazonía brasileña.
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