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Este año, la Fundación Protestante Hora de Obrar celebra su décimo aniversario, marcando una década de dedicación al servicio de las comunidades más vulneradas en Argentina, Uruguay y Paraguay. Para conmemorar esta ocasión especial presenta su nuevo logo, un símbolo renovado de su compromiso de fe con los derechos humanos, la justicia social, el medioambiente, y la transformación.

Desde su fundación en 2014, la Fundación Protestante Hora de Obrar ha sido el brazo diacónico de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), continuando una rica tradición de servicio y compromiso que comenzó mucho antes de su formalización. Te contamos algo de su historia.

Un legado de compromiso y acción

La historia de la IERP está profundamente arraigada en la defensa de los derechos humanos y la diaconía. Desde el 1910, las congregaciones de la IERP comenzaron a crear escuelas, hogares e internados, respondiendo a las necesidades sociales que los estados no atendían. Por otra parte, desde la década del 60 se consolidó un valioso trabajo ecuménico con los pueblos originarios en el Chaco, estableciendo las bases de un compromiso que perdura hasta hoy.

En los años 70, en pleno contexto de dictaduras militares en el Cono Sur, la IERP se destacó por su valiente compromiso con los derechos humanos. Participó en la creación de la Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes (CAREF) y se integró al Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH). Además, formó parte del Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencia (CIPAE) en Paraguay y del Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana (SEDHU) en Uruguay, demostrando una profunda solidaridad con los perseguidos y refugiados.

La década de 1980 marcó un cambio hacia la diaconía promocional. En 1986, el Sínodo de la IERP definió la diaconía como “compartir el pan con los más pobres”, promoviendo la creación y fortalecimiento de centros de día en barrios populares. Estos centros ofrecieron comedores, apoyo escolar, contención a jóvenes en riesgo y huertas comunitarias, demostrando un compromiso práctico con la mejora de las condiciones de vida.

Durante los años 90, la IERP incorporó en sus estatutos el cumplimiento de la responsabilidad social inherente al cristianismo, enfocándose especialmente en la defensa y promoción de los derechos humanos y la preservación del medio ambiente. Este enfoque holístico sentó las bases para las futuras iniciativas de la Fundación Protestante Hora de Obrar.

La creación de la Fundación

En la década del 2000, se lanzó el Programa de Voluntariado IERP, que posteriormente se integró con el servicio alemán de voluntariado para el desarrollo weltwärts, ofreciendo oportunidades de intercambio y crecimiento personal a la juventud. A partir de 2007 la IERP inició la promoción de la Campaña Hora de Obrar y en el 2010 participó de la fundación de la red global ACT Alianza, delegando más tarde su membresía en la Fundación Hora de Obrar.

La necesidad de una estructura más robusta y especializada para enfrentar las crecientes demandas sociales llevó a la creación formal de la Fundación Protestante Hora de Obrar en 2014, tras una decisión sinodal en 2012. Esta fundación nació con el objetivo de proporcionar respuestas más eficaces a las situaciones de desigualdad e injusticia, acompañando a las comunidades en su compromiso social.

Nuestra misión y visión

La Fundación Protestante Hora de Obrar trabaja incansablemente por una sociedad más justa, equitativa y solidaria, en la que se respeten los derechos y la dignidad de todas las personas, sin discriminación. Nos inspiramos en valores de amor al prójimo, no violencia, democracia, diversidad y trabajo honesto y transparente.

Desarrollamos proyectos en cinco ejes clave:

  1. Desarrollo comunitario: Promovemos los derechos de niñas, niños, adolescentes y grupos de mujeres en comunidades vulnerables.
  2. Justicia climática: Fomentamos debates y actividades para promover la agroecología y el consumo saludable, capacitamos en prevención de emergencias e impulsamos la reforestación.
  3. Pueblos originarios: Fortalecemos las comunidades Mbya Guaraní en Misiones y Paraguay, y los pueblos Qom, Wichí y Moqoit en Chaco desde una perspectiva intercultural.
  4. Justicia de género: Impulsamos diálogos para promover el derecho a una vida libre de violencias y discriminación, y acceso a la salud integral.
  5. Fortalecimiento diacónico: Apoyamos la acción solidaria de las comunidades de fe.

Creemos firmemente que es posible cambiar la cara del mundo y, a lo largo de estos diez años, hemos demostrado que, con fe y trabajo conjunto, podemos hacer una diferencia significativa en la vida de las personas que nos rodean, respondiendo a nuestros valores cristianos de amor al prójimo.

¡Los y las invitamos a esta celebración!

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