Las Iglesias protestantes y organizaciones de fe reunidas en la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) y el Foro Argentina de la Alianza ACT lanzaron una declaración profética rumbo a la COP30, que se celebrará en 2025 en Belém do Pará, Brasil.
El documento busca sumar una voz ética y espiritual a las discusiones globales sobre la crisis ecológica, denunciando que “el modelo económico actual crucifica a los pueblos más vulnerables y devora los territorios que ellos y ellas habitan”.
Desde una mirada de fe, las Iglesias afirman que “la justicia climática es un acto de fidelidad al Dios de la vida” y que cuidar la Creación no es una tarea opcional, sino una expresión concreta de espiritualidad.
“Frente a una sociedad fragmentada, son fundamentales las acciones conjuntas que visibilicen la urgencia del cuidado y la necesidad de actuar desde nuestro compromiso como comunidades de fe”, expresó la pastora metodista Mariel Pons, destacando la fuerza del encuentro ecuménico como espacio de reflexión y acción sobre la Casa Común.
Una voz profética desde el sur
El texto difundido por FAIE y el Foro ACT reclama políticas urgentes en cinco ejes:
Transición real ya: abandonar el modelo extractivista y garantizar una transición energética justa.
Agua para la vida, no para el lucro: proteger el agua como bien común y derecho humano.
Reparación, no ayuda: transformar los fondos climáticos en mecanismos de restitución bajo el principio quien contamina paga.
Tierras para los custodios: asegurar la titulación de territorios indígenas, afrodescendientes y campesinos.
Protección profética: implementar el Acuerdo de Escazú y resguardar a quienes defienden la Creación.
“No hay salvación individual en un planeta quebrado. La tierra crucificada por el sistema económico clama por resurrección”, advierte la declaración, en un llamado que combina espiritualidad y compromiso político.
El cuidado como justicia
Las Iglesias alertan que los impactos de la crisis climática son especialmente duros para las mujeres, las niñas y los pueblos empobrecidos.
La directora del Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi), Pilar Cancelo, remarcó que “el cambio climático contribuye al aumento de la pobreza extrema en la región” y que las mujeres son las más afectadas por la desigualdad estructural:
“Muchas cargan solas con el cuidado de sus familias en medio de desastres ambientales y migraciones forzadas. Debemos levantar una voz profética porque si no lo hacemos nosotros, ¡hasta las piedras hablarían! El amor al dinero está poniendo en riesgo la Casa Común y con ella la vida de todas las especies. No hay más tiempo que perder”.
El mensaje interpela también al conjunto de la sociedad a asumir responsabilidades colectivas.
“El Evangelio nos llama a la transformación”, sostuvo Leonardo Schindler, presidente de la FAIE y de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
“No podemos separar nuestra espiritualidad del cuidado de la creación. La justicia climática no es una opción, es parte esencial de nuestra fe. Dios nos llama a construir paz, equidad y cuidado mutuo en un planeta que necesita sanar.”
Camino a la COP30
La Conferencia de las Partes (COP30) reunirá en 2025 a más de 190 países en Brasil para revisar los compromisos asumidos en el Acuerdo de París. Desde Argentina, las Iglesias evangélicas buscan incidir en ese proceso con una mirada espiritual que enlace la justicia climática con la justicia social y de género.
“La fe nos convoca a cuidar la vida en todas sus formas”, concluye el documento. “Las comunidades de fe no podemos callar mientras el planeta sufre. Cuidar la Creación es amar al prójimo.”
Educadoras cristianas de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata se capacitaron en educación sexual integral para fortalecer su tarea con 300 niñas, niños y adolescentes de la provincia.
Las congregaciones entrerrianas de la IERP invitaron a la Fundación Hora de Obrar a compartir perspectivas y herramientas de la ESI para enriquecer la labor catequética.
“Trabajamos desde la realidad de las familias en la iglesia en la actualidad”, contó la coordinadora Iris Bender: “Hubo espacios para el diálogo y la reflexión y también compartimos dinámicas y canciones”.
El taller, a cargo de la Lic. Pamela Peñin y el teólogo Jorge Weishein, reunió a 20 catequistas con el objetivo de conocer sobre educación en la sexualidad desde el derecho y desde la fe cristiana, promover el respeto por la diversidad y reflexionar sobre los desafíos de acompañar a las familias en la iglesia hoy.
“La mirada teológica y de derecho se complementan; no es una cosa o la otra”, explicó Peñin: “Estos diálogos están generando nuevos espacios de participación y nuevas posiciones y comprensiones sobre la ESI y la educación cristiana”, analizó Weishein tras la jornada compartida en el mes de septiembre en la localidad de Urdinarrain.
Alrededor de 60 educadoras cristianas sostienen la tarea de formación de 200 niños y niñas en los espacios de catequesis y 100 adolescentes en la confirmación. “Las evaluaciones fueron muy positivas y esperamos seguir profundizando el tema en próximos talleres”, señaló Bender.
Mirar para adentro: por qué la iglesia se ocupa de la ESI
La Iglesia Evangélica del Río de la Plata y su Fundación Hora de Obrar trabajan desde un marco de derechos y una teología evangélica liberadora. Esto significa compartir y anunciar el evangelio en clave de libertad, amor, aceptación, cuidado, respeto e inclusión de todos los hermanos y hermanas en Cristo.
Cuando las injusticias nos atraviesan, la apuesta es no mirar para el costado, sino mirar para adentro y revisar nuestras propias prácticas, problematizar lo que ocurre y proponer respuestas que construyan comunidades seguras y amorosas.
En Argentina, las iglesias están llamadas a trabajar en el marco de la ley como cualquier otra institución de la sociedad. La Ley 26.150 de Educación Sexual integral y sus lineamientos curriculares aportan herramientas claves para el trabajo en educación cristiana.
La ESI es un derecho de las niñas, niños y adolescentes, pero también es una responsabilidad compartida del Estado, las instituciones educativas (incluidas las de formación religiosa) y las familias para cuidar integralmente a niñas y niños. Es también una herramienta para erradicar la violencia hacia las mujeres y promover el buen trato y el afecto entre las personas.
Ampliemos la conversación
Para seguir profundizando en estos temas Hora de Obrar lanzó un podcast que reune voces de expertas y expertos en politica pública, prevención y abordaje del abuso sexual en la infancia, masculinidades, educación evangélica y nuevos pactos digitales.
Los episodios, grabados durante la Mesa de Colegios Evangélicos por la ESI 2025, están disponibles para quienes deseen seguir aprendiendo y conversando sobre una educación que cuide la vida y la dignidad de todas las personas.
Hay uno para cada punto de prédica y obra diacónica de la IERP. Cómo hacer consultas, pedidos y pagos.
Ya llegaron los Calendarios de Diaconía 2026 para cada punto de prédiga y obra diacónica de las congregaciones de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. «La diaconía florece en lo cotidiano: en cada gesto fraterno, en cada mano tendida, en cada mesa compartida», expresó el director ejecutivo, Nicolás Rosenthal: «Con este calendario queremos transmitir ese espíritu que acompaña la Fundación Hora de Obrar».
El valor de cada ejemplar es de 15.000 pesos argentinos, 10 USD en Uruguay y 75.000 guaraníes y el 20% de lo recaudado se destina al fondo común del próximo Ierpino.
Cómo hacer para abonarlos
Cuenta en pesos: CBU 1910226755022600379300 | Alias: HORA.DE.OBRAR
Cuenta en dolares: CBU 1910226755022600379306 | Swift: BCOOARBA
Mariana Malgay recibe pedidos, consultas por faltantes y comprobantes de transferencia antes del 30/11en: comunicacion@horadeobrar.org.ar
Un nuevo informe del Colectivo de Juventudes por los Derechos Sexuales y Reproductivos —del que Fundación Hora de Obrar forma parte— releva las percepciones, preocupaciones y desafíos de adolescentes y jóvenes en Argentina.
¿Cómo viven las juventudes su participación social hoy? ¿Qué temas las movilizan y qué obstáculos enfrentan para involucrarse en espacios comunitarios o de transformación? Estas preguntas guiaron la encuesta nacional impulsada en 2025 por el Colectivo de Juventudes por los Derechos Sexuales y Reproductivos, integrado por organizaciones como Fundación Kaleidos, Amnistía Internacional, FUSA, Fundación Huésped, el Centro Ana Frank y la Fundación Hora de Obrar.
El relevamiento reunió 570 respuestas de adolescentes y jóvenes de 13 a 24 años de todo el país —con mayor presencia del AMBA— y muestra una generación crítica, consciente y comprometida con la realidad, aunque con baja participación sostenida: solo 4 de cada 10 afirmaron hacerlo en organizaciones o iniciativas sociales.
Qué preocupa hoy a las juventudes
Las principales preocupaciones identificadas fueron:
La crisis económica y política (57,3%)
Los discursos de odio (48,2%)
La salud mental (41,8%)
Las violencias y discriminación (40,1%)
Y la falta de actualización del sistema educativo (30,5%)
Estos datos evidencian que las juventudes están atentas al contexto social y demandan respuestas que contemplen su bienestar integral, desde el acceso al trabajo hasta la convivencia democrática y el cuidado de la salud mental.
Obstáculos que limitan la participación
El estudio señala que la falta de tiempo no es la principal causa de la baja participación. En cambio, surgen barreras de acceso y contexto:
Falta de información sobre cómo involucrarse (26%)
Redes sociales que dispersan o desmotivan (25,5%)
Ausencia de referentes jóvenes (21,5%)
Sensación de que los espacios de decisión no abordan temas relevantes (21%)
Esto indica que el desafío no pasa por la disponibilidad individual, sino por crear condiciones reales y accesibles que permitan a las juventudes involucrarse y sentirse parte.
ESI: un derecho aún pendiente
Uno de los ejes más críticos del informe es el acceso a la Educación Sexual Integral (ESI). El 70,8% de las personas encuestadas considera que la formación escolar fue insuficiente o inadecuada, y solo 39% pudo identificar más de cinco métodos anticonceptivos. Estos datos confirman la necesidad de fortalecer la implementación de la ESI como herramienta para garantizar derechos, prevenir violencias y promover vínculos más igualitarios y saludables.
Hacia una participación más inclusiva y acompañada
En conjunto, el informe muestra una juventud con voluntad de transformar, pero que necesita espacios acompañados, federales y diversos para ejercer su protagonismo. El desafío hacia adelante es construir oportunidades de participación reales, accesibles en todos los territorios, que reconozcan la pluralidad de las juventudes y potencien su capacidad de incidir y crear comunidad.
“Las juventudes no son el futuro: son el presente que ya está marcando el rumbo hacia una sociedad más justa, diversa y solidaria.”
Indicó Nicolás Rosenthal, director ejecutivo de la Fundación Protestante Hora de Obrar.
El Encuentro de Diaconía 2025 reunió a más de 140 referentes comunitarios de Argentina, Uruguay y Paraguay en Misiones para celebrar la fe y renovar el compromiso de servir, cuidar y transformar la vida desde el amor al prójimo.
Del 10 al 12 de octubre, el Hogar San Juan de Eldorado fue sede del Tercer Encuentro de Diaconía de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, organizado junto a la Fundación Protestante Hora de Obrar y el Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi).
Bajo el lema “Frente al descuido de la Casa Común, seamos comunidades diacónicas de transformación desde la fe”, 140 personas se reunieron para reflexionar, compartir experiencias y fortalecer los lazos que sostienen la vida comunitaria.
“En este encuentro pudimos comprobar que el cambio es posible. Nos reunimos muchas personas que están haciendo cosas distintas, a veces sin saber una de otra. Descubrir que no estamos solos ni solas nos da una gran alegría y una fuerza enorme para seguir. Creemos en un Jesús que nos llama todo el tiempo a cambiar la realidad con amor, solidaridad y ternura. Y esa ternura, como iglesia y organizaciones comunitarias, la podemos dar.”, expresó Nicolás Rosenthal, director ejecutivo de la Fundación Hora de Obrar.
Durante el devocional de apertura las personas asistentes fueron ingresando al templo por un camino de recuerdos que narraba la historia de los encuentros de diaconía desde 2023, mientras se entonaba el canto “Entra a mi hogar”.
En torno de la mesa —símbolo central del encuentro— se recordó que compartir los frutos de cada territorio es un acto de amor, de hospitalidad y de fe. Cada alimento representó el trabajo, la esperanza y la generosidad de las comunidades de la región. “Que la mesa sea para todos y todas”, invitó el Pastor Javier Gross, presidente de la Fundación Protestante Hora de Obrar, “porque en ella celebramos la abundancia de la vida y el encuentro que Dios nos regala”.
Cuidar la Creación: la fe hecha acción
El primer panel, moderado por Romario Dohmann y Mateo Fischer de la Fundación Hora de Obrar, abordó el desafío de vivir una ecodiaconía que promueva la justicia climática. El pastor Jorge Weishein invitó a pensar la fe en relación con la Tierra: “No somos dueños del planeta, sino parte de él. Cada gesto de cuidado y cada comunidad que planta, recicla o recupera su río, está participando del Reino de Dios en la Tierra”.
Las experiencias compartidas por las comunidades de Montecarlo, Colonia Delicia y 25 de Mayo reflejaron ese compromiso cotidiano: huertas, reforestación con especies nativas, ferias agroecológicas, limpieza del Río Uruguay y procesos de soberanía alimentaria que unen a la fe y la acción concreta. “Queremos que las nuevas generaciones aprendan a cuidar la naturaleza con amor y alegría”, expresó Doris Bischoff, ingeniera forestal y directora del INTA en Misiones.
Cada testimonio mostró que el cuidado de la creación es una forma de celebrar la vida, un modo de agradecer a Dios por los dones recibidos y de restaurar los vínculos con la tierra y con las personas.
Una diaconía que cuida y resiste en red
El segundo día abrió con un devocional basado en la parábola de la semilla de mostaza, recordando que el Reino de Dios crece en lo pequeño, en lo invisible, en los gestos cotidianos de cuidado.
Desde Brasil, el Dr. Rodolfo Gaede Neto invitó a pensar en la “diaconía preventiva”: una forma de vivir la fe que actúa antes del daño, protegiendo la vida, la salud y el ambiente. “El cuidado del mundo es una forma de culto”, expresó, destacando que Dios se manifiesta en la creación.
El pastor presidente de la IERP, Leonardo Schindler, retomó esa idea, “las comunidades indígenas nos enseñan a vivir con la tierra y no sobre la tierra. Como iglesia tenemos la oportunidad de unir nuestra fe con su cosmovisión, y ese diálogo nos transforma”.
Desde Paraguay, el Comité de Mujeres de Raúl Peña y el Comité Central Guazú compartieron su camino de organización y empoderamiento. “Hoy sentimos que somos un ejemplo para nuestras hijas, de que es posible hacer más cosas y ser independientes”, expresó Claudelina Benítez, su primera presidenta.
A partir del trabajo en Raúl Peña nació en 2017 el Comité Guazú, que articula una red de más de 200 mujeres y familias en el norte paraguayo. Con el acompañamiento de SEDi, desarrollan proyectos de soberanía alimentaria, producción artesanal y liderazgo de mujeres, para promover el apoyo mutuo y la autonomía económica frente a las desigualdades y violencias de género. El testimonio de estas mujeres muestra cómo la diaconía se convierte en una fuerza transformadora cuando se hace desde la tierra y desde los vínculos solidarios.
Por su parte, la Congregación Evangélica Alemana de Rosario presentó su testimonio de servicio cotidiano: viandas, roperos, lavaderos solidarios, talleres, acompañamiento a personas en situación de calle y reciclaje comunitario. “Es una alegría descubrir que aún en contextos difíciles, la diaconía florece como una red que sostiene y transforma”, compartió una de sus integrantes.
Así las experiencias resaltan la capacidad de las congregaciones de tender redes y convertirse en comunidades resistenciales frente a las adversidades del contexto, donde los gestos de cuidado y apoyo se transforman en manifestaciones concretas de la diaconía convertida en acción.
El último día de los pueblos libres
Luego de las experiencias compartidas, el encuentro vivió uno de sus momentos más conmovedores: el devocional a cargo de las comunidades originarias de Renacer de Colonia Delicia y Mbya Guaraní de Perutí, en conmemoración del 11 de octubre, último día de los Pueblos Libres.
En una atmósfera de recogimiento y respeto, recordaron que esa fecha antecede a la colonización europea y simboliza la resistencia y la continuidad de sus culturas: “Nuestros antepasados nos enseñaron que todos somos iguales y que la naturaleza es parte de nosotros. Antes de usar una planta o un árbol, pedimos permiso a la tierra, porque allí vive Dios”, compartió un integrante de la comunidad.
El cacique Heriberto Villalba, de la aldea Perutí, guió un Padre Nuestro extendido, con palabras en guaraní y español, celebrando un país multilingüe y multicultural. La oración, acompañada por cánticos y guitarras, unió espiritualidades diversas en un mismo llamado a cuidar la vida. Ese momento de comunión y gratitud recordó que la creación es también una mesa compartida entre los pueblos.
Escuchar, participar, transformar
Por la tarde, la Magíster Carolina Wajnerman propuso repensar la participación en las obras diacónicas: “No se trata solo de habilitar la participación, sino de inspirarla. La diaconía sucede cuando todos y todas nos sentimos parte de la misión”.
Así, jóvenes del equipo de coordinación juvenil de la IERP (ECOJ) compartieron sus agenda y llamaron a los y las presentes a comprometerse y acompañar su tarea, recordando que la ternura también es una forma de militancia de fe.
Desde el proyecto de Fortalecimiento Mbya de la Fundación Protestante Hora de Obrar, Laura Gomez e Ingrid Cardozo compartieron la importancia de la escucha para crear espacios participativos que convoquen. Comentaron que fue a partir de la escucha activa de los y las jóvenes mbya que se repensaron las intervenciones del proyecto, realizando actividades recreativas donde ellos y ellas puedan expresar sus sentires, generando espacios recreativos que fortalezcan su autoestima y pertenencia.
Asimismo, representantes de al red de centros comunitarios MISUR contaron cómo acompañan la vida de niños, niñas, adolescentes y familias desde la educación, el arte y el deporte, como un modo concreto de vivir la diaconía en el conurbano bonaerense.
Con estas experiencias como inspiración para el debate, las mesas temáticas trabajaron sobre los temas de: salud, niñez, pueblos originarios, mujeres, soberanía alimentaria, economía social y cuidado de la creación. Desde sus distintas realidades, reflexionaron sobre los desafíos que enfrentan las comunidades y los pasos dados desde el primer encuentro en 2023.
Dar fruto: diaconía que transforma
El devocional del sábado por la tarde convocó nuevamente a la mesa, esta vez adornada con uvas: símbolo de una diaconía que da fruto. El pastor Javier Gross expresó: “La diaconía, para ser transformadora, primero debe transformarnos a nosotros y nosotras. Debemos dejarnos interpelar por las necesidades del prójimo. Somos llamados a dar fruto, a salir de nuestros espacios y encontrarnos con quienes más lo necesitan”.
“No puede haber comunidad sin diaconía. Nuestro llamado es construir una diaconía transformadora, que crea en las segundas oportunidades y en un futuro distinto para quienes más lo necesitan”, agregó el pastor distrital de Misiones, Carlos Kozel.
Celebrar la vida
El domingo amaneció con lluvia y espíritu de gratitud. El culto de cierre, guiado por las y los jóvenes del programa de voluntariado de la IERP, revivió los pasajes de Juan 4:13-14 y Juan 7:37-39, recordando que la fe se alimenta de la experiencia y del encuentro con el otro.
El pastor presidente Leonardo Schindler invitó a mirar el testimonio de Jesús desde la justicia y la ternura. “El pecado del egocentrismo nos ha llevado a romper nuestra relación con la tierra, con las mujeres y con los pueblos originarios. La respuesta debe ser espiritual y concreta: una fe que se traduzca en justicia y en paz”.
La pastora Sonia Skupch, secretaria regional de la Federación Luterana Mundial, fue homenajeada y compartió una reflexión que marcó el cierre: “La diaconía no nace sólo del compromiso social o político, sino de las entrañas, de lo más profundo del corazón. Es respuesta al amor gratuito de Dios y fidelidad al llamado de servir con alegría”.
También se entregó un reconocimiento a Vania Zanow, quien guió la Santa Cena, por la finalización de sus estudios como diacona.
Las mesas de trabajo presentaron sus reflexiones a través del arte, el canto y la palabra. Cada grupo compartió un gesto de comunión, mostrando que la fe se hace visible en la creatividad, la ternura y la esperanza.
Juventudes representó una escena en la que un grupo de jóvenes descubre que el verdadero encuentro ocurre cuando se sale a servir la mesa a quienes están afuera, buscando abrigo y escucha.
La mesa de pueblos originarios compartió una canción sentida cuyo estribillo decía “lo nuestro más verdadero, lo nuestro es más verdadero. Es lo nuestro”, acompañada por palabras de reflexión sobre la identidad y el vínculo con la tierra.
La mesa de salud representó un cuerpo con cabeza, corazón, manos y pies: una metáfora del trabajo conjunto que requiere el cuidado integral.
La mesa de cuidado de la creación relató, desde las experiencias comunitarias, cómo la gracia de Dios se hace visible cuando la tierra descansa y vuelve a dar fruto, cuando acompañamos al prójimo, cuando plantamos e intercambiamos semillas, cuando compartimos lo que la tierra ofrece.
La mesa de mujeres expresó en ronda su compromiso: “Porque somos mujeres y cuidamos la tierra, damos segundas oportunidades, cuidamos y acompañamos, trabajamos y vivimos en la fe con esperanza.”
La mesa de niñeces propuso un juego de escaleras y serpientes para mostrar que la empatía y el amor son puentes hacia las infancias, mientras que el adultocentrismo y el descuido las alejan.
La mesa de desarrollo social sintetizó su trabajo en una frase colectiva: “La diaconía como hilo conductor. Compartir la vida, solidaria y circular, tierna y firme. Resistencia y cuidado. Privilegio de elegir cómo vivir.”
Así concluyó el Encuentro de Diaconía 2025: con la certeza de que sembrar esperanza, cuidar la vida y compartir la mesa son los caminos por donde Dios sigue caminando entre nosotros.
140 referentes sudamericanos se preguntaron cómo vivir la fe en tiempos de crisis climática y cómo la diaconía puede convertirse en una práctica concreta de justicia ecológica y social.
Hora de Obrar reunió a referentes comunitarios de Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay en la octava edición de la Consulta Internacional de la Pastoral para el Cuidado de la Creación en Eldorado Misiones.
Fe que transforma: “¿Vivimos la fe en sintonía con lo que Jesús esperaría de nosotros y nosotras?”
El pastor Jorge Weishein abrió la consulta con una reflexión que entrelazó teología, ética y medioambiente. Bajo el título “El arte de vivir con fe sin saber con fe en qué”, invitó a cuestionar las bases de nuestra relación con el planeta y con los otros seres que lo habitan.
“¿Vivimos la fe en sintonía con lo que Jesús esperaría de nosotros y nosotras?”, preguntó al iniciar, planteando un desafío espiritual frente al antropocentrismo que ha puesto al ser humano como dueño del mundo.
“La tierra no es una propiedad, es una hermana que gime. No debemos vivir de ella, sino con ella”, expresó Weishein, quien instó a mirar la creación no como un recurso, sino como una comunidad viva donde Dios se manifiesta.
El pastor relacionó la fe con la justicia climática y de género, recordando que ambas son expresiones de un mismo llamado: reparar las relaciones rotas entre personas, pueblos y naturaleza. “La vida plena que Dios promete no es solo para la humanidad, sino para todos los seres de la tierra”, subrayó.
Comunidades que cuidan y siembran futuro
Tras la reflexión inicial, se compartieron experiencias inspiradoras de comunidades de fe que viven la ecodiaconía en sus comunidades.
La Congregación Evangélica de Montecarlo presentó su proyecto de vivero comunitario, donde jóvenes, confirmandos y familias producen hortalizas y árboles nativos para chacras y espacios públicos. “Nosotros esto lo hicimos pensando no solo en nosotros, sino en fortalecer a toda la IERP y animar a otras comunidades a replicar el proyecto”, explicó Doris Bishoff, ingeniera forestal y directora del INTA en la región.
“Queremos rescatar los saberes de la tercera edad sobre el cuidado de la tierra, y vincularlos con sus nietos. Creemos firmemente que si enseñamos a los chicos desde pequeños, ellos cuidarán la naturaleza de grandes”, agregó.
En Entre Ríos, el grupo Caraguatá compartió su experiencia de transición agroecológica: “Desde 2021, unas quince familias nos reunimos alrededor de la mesa a conversar sobre nuestros procesos productivos. Empezamos a ver cómo vuelven los escarabajos, cómo el suelo se enriquece. No pasa de un día para el otro, pero el cambio se nota”, contó el productor Ricardo Godoy.
Por su parte, Luis Costa, productor y miembro de la comunidad de 25 de Mayo, relató que desde hace siete años la Congregación Evangélica del Alto Uruguay organiza jornadas de limpieza del Río Uruguay. “Hoy la gente puede disfrutar de un río limpio, con árboles que dan sombra a las familias. También cuidamos las vertientes en las chacras y construimos un reservorio rodeado de nativas”, explicó.
“Como iglesia de Cristo, el cuidado de la creación es parte de nuestra misión. Agradecemos a Hora de Obrar que desde el inicio nos acompaña y hace posibles estas acciones”, añadió el productor.
Cuidar la tierra es celebrar la vida
Las reflexiones finales retomaron una idea central: el cuidado de la creación como expresión concreta de la fe. “Hablar del suelo como ser vivo es algo que aprendimos acompañando a los productores y viendo cómo todo está conectado: el campo, el suelo, las especies, las personas”, resumió Weishein.
Una participante compartió su propia resonancia: “Pensé en cómo fuimos perdiendo la costumbre de celebrar la tierra, la vida, lo simple. Todo lo que nos rodea es bello y merece ser cuidado”.
La jornada concluyó con la participación de Bianca Orqueda, artista nivaclé y cantautora, quien interpretó en su lengua materna “Ni más ni menos”, una canción que habla del pacto con la madre tierra y la alegría de vivir un día bajo el sol. Su voz fue cierre y oración: un recordatorio de que sin la Pachamama no somos nada.
Fe que se hace acción
En el marco del Tercer Encuentro de Diaconía De la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, la Consulta reafirmó que la ecodiaconía no es solo una línea de trabajo, sino una manera de vivir el evangelio: con las manos en la tierra, la mente en la justicia y el corazón en la esperanza. Porque cuidar la creación, cerró Weishein, “no es un mandato moral, sino una forma de creer con todo el cuerpo”.
Organizado por la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, Fundación Protestante Hora de Obrar y el Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi), el encuentro convocó a más de 140 participantes de distintos contextos y trayectorias que se reunieron para compartir experiencias, formarse y renovar su compromiso con una diaconía que transforma realidades desde la fe.
Durante tres días, el Hogar San Juan de la Congregación Evangélica de Eldorado fue lugar de encuentro, reflexión y celebración para hermanas y hermanos que sostienen obras, proyectos y servicios diacónicos en Argentina, Uruguay, y Paraguay.
Bajo el lema “Frente al descuido de la casa común, seamos comunidades diacónicas de transformación desde la fe”, el programa combinó devocionales, paneles temáticos y mesas de diálogo sobre justicia climática, soberanía alimentaria, educación, salud, derechos de las mujeres, juventudes y pueblos originarios.
La diversidad de voces y territorios reflejó la riqueza de la diaconía de la IERP y su vocación por vivir el evangelio en acción, allí donde la vida humana y la creación están amenazadas.
“Por el amor que se tengan reconocerán que son mis discípulas y discípulos” (Juan 13:35) fue el texto guía del encuentro, recordando que la transformación empieza en el amor que se hace servicio, comunidad y esperanza.
A lo largo de las jornadas se compartieron testimonios, cantos comunitarios y experiencias de fe que mostraron cómo la diaconía se renueva cada día en pequeñas acciones que sanan, acompañan y abren caminos. El equipo de mensajes fue el encargado de sintetizar en palabras los sentires y reflexiones de los y las asistentes.
Agradecemos especialmente a: Jorge Weishein, Iris Reckziegel, Norma Hermann, Sabino Ayala, Jerónimo Granados, Sofia Schenhals, Alicia Cutter, Irina Lorenz. Por la labor realizada.
Mensaje del Encuentro de Diaconía 2025
Hermanas y hermanos de obras diacónicas, proyectos y actividades de la iglesia y otras organizaciones, nos reunimos en el Encuentro de Diaconía 2025 llevado a cabo del 10 al 12 de octubre, en la ciudad de Eldorado, Provincia de Misiones en instalaciones de la Congregación Evangélica San Juan.
En un marco celebrativo y de alabanza, convocados por el tema “Frente al descuido de la casa común seamos comunidades diacónicas de transformación desde la fe”, fuimos desafiados a dialogar a la luz del lema “por el amor que se tengan reconocerán que son mis discípulas y discípulos” (Juan 13,35).
Durante el encuentro se trabajó sobre diversas problemáticas, que fueron abordadas en tres paneles y siete mesas. Los paneles y las mesas mostraron experiencias de trabajo diacónico con las cuales distintas comunidades responden a situaciones de profundo descuido ambiental y humano.
En estos espacios hemos intercambiado resultados del trabajo que hacemos y las convicciones que nos dan fuerzas para seguir adelante, aún en medio de sufrimientos, de violencias y reiteradas agresiones a la dignidad de la vida humana.
En relación a la soberanía alimentaria y cuidado de la creación llamamos a ser guardianes de la tierra, el agua y las semillas para preservar los campos y sus recursos. Esto significa romper la dependencia y el circuito mercantilista de la producción.
Afirmamos que otro mundo es posible, si la Economía Social se convierte en una alternativa a la economía neoliberal. Es un verdadero privilegio elegir cómo vivir, en vez de estar preso en el consumo ilimitado.
Los pueblos originarios nos exhortan a respetar su dignidad y dejar de visualizarlos como objeto de asistencialismo. Nos sumamos a su demanda de participar en las decisiones que los involucran, afectando su estilo de vida y su entorno. Nos invitan a escuchar su cosmovisión, preguntando en vez de interpretar la realidad por ellos.
Nos indignamos junto a las mujeres frente a las múltiples violencias y crueldades del contexto, y llamamos a transformarlas desde la fe con capacidad de escucha comunitaria, fuerza, valentía y amor.
Tomamos el pedido de las juventudes de abrir las puertas de la iglesia, hacerlas accesibles a todas y todos por igual, facilitando la creación de espacios de diaconía, grupos de ternura y contención con proyectos de vida seguros basados en la fe.
Invitamos a las comunidades a responder a la necesidad de capacitación para la intervención en las nuevas formas de injusticia y vulnerabilidad que afectan a las niñeces. Ante la coexistencia de modelos educativos antagónicos que tensionan la convivencia en las comunidades, exhortamos a crear espacios de abordajes sin violencias, centrados en Jesús y las infancias.
Proclamamos la salud como un concepto integral que se construye en un ida y vuelta de cuidados, diálogos, ayuda y diaconía basado en los derechos humanos. Sostenemos que las distintas problemáticas ambientales afectan directamente a la salud.
El encuentro nos movilizó con el canto comunitario, el intercambio intercultural e intergeneracional, vivencias de fe desde distintas prácticas diacónicas y perspectivas. Esto nos anima a multiplicar estos encuentros aprendiendo unos de otros, de sus diferentes testimonios.
Estos actos, pequeños e invalorables, se han convertido en señales de esperanza, apelando al compromiso y a la educación para fortalecer la comunión y la comunidad.
Así como los pueblos originarios que nos llaman a disfrutar de la naturaleza, las estrellas, las especies, para aprender a amar las distintas formas de vida, sigamos dando testimonio del amor de Dios.
Hora de Obrar presenta una nueva propuesta para impulsar el diálogo entre fe, educación y derechos. Ya se pueden escuchar los siete episodios con aportes a la ESI desde la política pública, la academia, colegios evangélicos y organizaciones de la sociedad civil.
La Mesa de Colegios Evangélicos por la ESI es un espacio de encuentro y formación, donde docentes y equipos directivos de colegios evangélicos de distintas regiones del país comparten experiencias, desafíos y herramientas en torno a la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral. Cada año, el encuentro busca fortalecer la mirada del cuidado y la inclusión desde la fe, brindando recursos para abordar la ESI en clave de derechos, respeto y acompañamiento.
Este año, con el objetivo de que más personas puedan ser parte de la conversación, la Fundación lanza una serie de episodios que recopilan los aportes de la quinta edición de la Mesa de Colegios con el objetivo de disparar conversaciones y seguir construyendo prácticas pedagógicas más justas y cuidadosas.
Con este podcast, la Fundación Protestante Hora de Obrar continúa acompañando a las comunidades educativas evangélicas en su compromiso por una educación integral, inclusiva y basada en el respeto mutuo.
📲 Escuchá el podcast completo en Spotify y Youtube, y compartilo con quienes puedan estar interesados/as en seguir reflexionando sobre fe, educación y derechos.
Mirta Marina, Directora Provincial del Área de ESI de la Provincia de Buenos Aires, compartió los avances y desafíos en la implementación de políticas públicas en articulación con las comunidades de fe.
“La ESI es una política de Estado que se construye con diálogo. Cuando las iglesias y las escuelas evangélicas se suman, amplían la mirada sobre los derechos y el cuidado.”💪❤️
Graciela Morgade, vicedecana y docente de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), invitó a repensar el lugar de la emocionalidad en la educación sexual integral.
🫂 “Hablar de emociones es también hablar de poder, de vínculos y de desigualdades. La ESI nos ayuda a ponerle nombre a lo que sentimos y a construir desde ahí una educación más humana.”
Andrea Fogel, Directora del Nivel Secundario del Instituto Evangélico Luis Siegel, relató cómo la ESI puede transformarse en una práctica institucional que promueva la participación y la escucha dentro de las escuelas.
💜 “La ESI no se enseña solo en el aula: se vive en la forma en que tomamos decisiones, en cómo escuchamos a las y los estudiantes, y en cómo nos cuidamos entre todos.”
Pilar Cancelo, Directora del Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi), nos propone nuevas miradas sobre los aportes desde la Fe a la justicia de género. El argumentario “Será de Dios” invita a mirar la fe desde otro lugar: como un espacio donde los textos sagrados pueden volver a leerse a la luz de la justicia, la igualdad y el diálogo.
✝️ “Durante mucho tiempo las iglesias hemos colaborado en la reproducción del orden patriarcal y de las violencias basadas en género. Este material busca disputar esos sentidos desde dentro de la fe.”
Nadia Polanco, licenciada en Trabajo Social y trabajadora del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, abordó el rol de las escuelas en la detección temprana y el acompañamiento de las víctimas.
💜 “Las instituciones educativas son muchas veces el primer lugar donde una niña o un niño se anima a hablar. La ESI nos da las herramientas para saber qué hacer con esa palabra.”
Carolina Di Palma, consultora sobre derechos de las infancias y cultura digital, reflexionó sobre los desafíos que plantea la vida en línea para la formación de las identidades y los vínculos.
📲 “Las pantallas son hoy un espacio de socialización. La tarea educativa también es construir pactos digitales comunitarios que promuevan el cuidado mutuo y la empatía.”
Marcelo Gutiérrez, coautor del libro De chicos a hombres, de Fundación Huésped, reflexionó sobre los desafíos que enfrentan los adolescentes varones y la necesidad de revisar los mandatos de género.
💭 “La ESI invita a los varones a hacerse preguntas incómodas pero necesarias: cómo aprendimos a ser hombres, qué modelos queremos dejar atrás y qué vínculos queremos construir.”
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La Fundación entregó 8.000 plantines de especies nativas a familias agricultoras e indígenas de Misiones, en una acción conjunta con la Secretaría de Asuntos Guaraníes.
La fundación protestante Hora de Obrar dio un nuevo paso en el camino de restaurar una de las regiones más biodiversas del país y fortalecer proyectos productivos sustentables junto a comunidades indígenas y familias agricultoras de Misiones, en el marco del programa Crece Selva Misionera.
Durante un operativo logístico de gran envergadura, el 26 de septiembre se entregaron 8000 ejemplares de especies nativas para interplantar en yerbales. La entrega fue posible gracias al apoyo de la Secretaría de Asuntos Guaraníes, que colaboró con la logística y al trabajo del Vivero 2 de Mayo, que proveyó parte de los plantines para el proyecto.
Producción indígena agroecológica
180 familias indígenas de la Comunidad Mbyá Guaraní Perutí recibieron 2.000 plantines. Las especies nativas se plantarán en los yerbales de las familias productoras de la cooperativa Kaá Porá Perutí, para promover la producción sustentable, la soberanía alimentaria y la recuperación de especies clave para la fauna local.
“Es muy importante ver cómo podemos incluir árboles nativos en nuestra producción y devolverle a la selva lo que es de la selva”, expresó Cristian Cabrera, cacique mburuvichá de la comunidad, ubicada en el municipio de El Alcázar, departamento de Montecarlo, en la zona centro-norte de Misiones.
Con el acompañamiento del Servicio Evangélico de Diaconía (SEDI), la comunidad Perutí avanza hacia la construcción de su propio secadero, tras haber concretado sus primeras ventas de yerba mate agroecológica con identidad comunitaria: 90 paquetes de 250 gramos producidos, secados y empaquetados en alianza con la empresa Moringa Fidel.
Productores rurales hacen crecer el monte
El mismo día Hora de Obrar distribuyó 6.000 plantines en Colonia Delicia, en el departamento de Eldorado, en el noreste de Misiones. Allí, la Cooperativa Colonia Delicia reúne a familias agricultoras que resisten desde hace más de una década por el derecho a la tierra y por un modelo productivo basado en la agroecología y la soberanía alimentaria.
“Es una alegría tener estos plantines nativos, porque ya no existe más monte. Es como volver a la infancia, cuando podíamos salir a comer la fruta de algún árbol”, compartió Mario Durán, uno de los productores y miembro de la Unión de Trabajadores de la Tierra.
Con el acompañamiento de SEDi, la cooperativa ha logrado fortalecer su trabajo colectivo, mejorar sus condiciones de producción y concretar espacios comunitarios como la “Casa de la Semilla”, dedicada al resguardo de variedades nativas y criollas. Hoy, en un contexto desafiante para la agricultura familiar, la cooperativa sigue apostando por prácticas sostenibles —como la reforestación de yerbales con especies nativas— que regeneran el suelo, cuidan la selva misionera y sostienen el arraigo de las familias en el territorio.
Crece Selva Misionera: restaurar el monte, cuidar la vida
Con esta acción el programa Crece Selva Misionera sigue promoviendo técnicas agroforestales, restauración ecológica y educación ambiental para proteger los ecosistemas de la Selva Paranaense, uno de los más biodiversos y amenazados del planeta.
“Cada plantín representa un gesto de esperanza, pero también de justicia. Reforestar no solo es cuidar la naturaleza, sino cuidar las vidas que dependen de ella: las familias rurales, los pueblos indígenas, los animales, el agua”, expresó Romario Dohmann, responsable de proyectos de Justicia Climática en Hora de Obrar.
Hora de Obrar reafirma su compromiso con el cuidado de la Casa Común y con un modelo de desarrollo que une la justicia ambiental con la justicia social.
Desde el año 2020 se han plantado más de 380.000 árboles nativos con el proyecto Crece Selva Misionera. Esta iniciativa, reconocida por su impacto ambiental y social, continúa creciendo gracias al compromiso de nuevas empresas que eligen retribuir lo que la naturaleza les brinda.
Para lograr mejores resultados Hora de Obrar colabora con universidades, instituciones públicas y organizaciones de la sociedad civil y también busca sumar a empresas comprometidas con la sostenibilidad y el cuidado del ambiente, para generar alianzas que transformen la responsabilidad corporativa en acciones concretas.
Un ejemplo inspirador es el de El Mueble S.R.L., una pyme bonaerense dedicada a la fabricación de muebles de madera, que desde agosto de 2025 se comprometió a donar un árbol por cada mueble vendido. Gracias a este aporte, se plantarán 439 árboles nativos en los yerbales de pequeños productores de Colonia Delicia, Eldorado (Misiones).
Hora de Obrar acompaña este proceso brindando a las empresas informes georreferenciados, fotografías de las plantaciones y certificados de donación, que además pueden ser utilizados para deducción impositiva.
Entre muchos otros beneficios:
Se capturan 175 toneladas de CO₂ a lo largo del ciclo de vida de los árboles.
Se fortalece el arraigo rural y la transmisión de saberes tradicionales entre las familias participantes.
Se protege la biodiversidad local y los cursos de agua de la región.
Se promueven sistemas productivos agroforestales y agroecológicos más sostenibles.
“Queremos ser canal del compromiso ambiental de las empresas y transformar ese compromiso en una acción concreta: más árboles nativos plantados en Misiones”, expresó Guido Forsthuber, responsable de Desarrollo Institucional de la Fundación. “Cada alianza amplía el impacto, multiplica el mensaje y nos acerca a un futuro más justo y sostenible para todas las personas”.
Desde Hora de Obrar invitamos a más empresas a sumarse a Crece Selva Misionera y convertirse en aliadas de la restauración de uno de los ecosistemas más biodiversos del continente.