Hora de Obrar participó del Sínodo de la IERP con una emotiva celebración por sus 10 años junto al consejo de administración y el equipo de trabajo.
Este Sínodo de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, que tuvo lugar en Esperanza, Santa Fe, reunió a delegados y delegadas de la Iglesia bajo el lema “Espiritualidad para la misión”, subrayando sus cuatro dimensiones fundamentales: evangélica, profética, diacónica e inclusiva. Como cada año, Hora de Obrar estuvo presente; esta vez, para compartir su cumpleaños número 10.
El carácter diacónico de la misión, implica un compromiso activo en la ayuda a quienes más lo necesitan. Este enfoque ha sido central en la labor de la Fundación, que no solo busca brindar asistencia, sino también empoderar a las comunidades para construir un futuro más justo y digno con proyectos que dan espacio a todas las personas, sin importar su origen, condición social o identidad.
Así lo enfatizó el pastor Javier Gross, presidente del consejo de administración de Hora de Obrar en el informe a la Asamblea Sinodal: “La misión de Hora de Obrar es también una misión inclusiva. Nos esforzamos por ser una organización donde cada persona, sin importar su trasfondo, se sienta acogida y valorada”.
El Consejo profundizó en la dimensión del trabajo de Hora de Obrar y su impacto a lo largo de esta década. Fue un momento de reflexión y agradecimiento, en el que jóvenes y mujeres de diferentes distritos también tomaron la palabra para expresar sus experiencias, aportando un valioso testimonio sobre el sentido de pertenencia y compromiso que inspira Hora de Obrar.
“Cuando hacemos diaconía, cuando servimos, cuando nos solidarizamos con nuestros hermanos y hermanas en sus necesidades dentro y fuera de nuestras comunidades, estamos siendo también una iglesia profética, evangélica e inclusiva.”, expresó Gross.
A lo largo del recorrido propuesto por el consejo, se pudieron observar videos y oír diversos testimonios de las personas con quienes llevamos adelante esta tarea de servicio. “La Fundación como bien se ha visto y escuchado en estos testimonios es un instrumento, una herramienta o medio de la iglesia para la misión de Dios, y como tal debe estar al servicio de las comunidades e iglesia toda, para poder llevar adelante su tarea misionera la cual es irrenunciable.” agregó.
Por su parte, el director ejecutivo, Nicolás Rosenthal, presentó los resultados logrados a lo largo de una década de trabajo en comunidades y el compromiso continuo con la justicia social y ambiental. “Somos un equipo de diversas disciplinas que lleva adelante y acompaña proyectos que tienen un gran impacto en el desarrollo social y ambiental. Siempre dispuestos a acompañar a quienes están en el corazón de nuestro trabajo, que son las comunidades vulneradas en sus derechos y las congregaciones.”
Durante el encuentro, Hora de Obrar instaló un stand en la Feria de la Misión, que estuvo coordinada por el diácono Martín Elsseser y la pastora Annedore Held. Allí se expusieron materiales y recursos de sus programas y proyectos en temas como justicia de género, desarrollo comunitario, pueblos originarios, fortalecimiento diacónico y justicia climática. Allí se propuso un espacio interactivo y lúdico donde las personas pudieron participar en un divertido juego de preguntas y respuestas sobre la fundación, aprendiendo y recordando logros y desafíos a través de los años.
La celebración finalizó encendiendo las velas de la torta, símbolo de luz y esperanza, junto a SEDi, que también cumplió 10 años. Fue un momento emotivo que renovó la energía y la alegría de seguir adelante, con la comunidad como protagonista en este camino de transformación y fe.
Silvia y Enrique festejaron sus 60 y tomaron una decisión muy especial: invitaron a sus seres queridos a que, en lugar de comprarles un regalo, lo donen a la campaña de asistencia alimentaria de Hora de Obrar. El resultado fue extraordinario.
La pareja celebró su cumpleaños y decidió darle un destino solidario a sus regalos. Lograron recaudar cerca de 1 millón de pesos, equivalente a 351 kilos de alimentos, que hoy ayudan a 12 centros comunitarios y benefician a más de 1.000 personas. El aporte se recibió en el marco de la campaña de asistencia alimentaria que la Fundación Hora de Obrar impulsa desde el mes de mayo.
«Conocer el trabajo de Hora de Obrar, sus necesidades, y saber que la ayuda llega a quien realmente la necesita nos motivó a transformar nuestro cumpleaños en esta oportunidad solidaria«, compartieron.
Al extender la invitación a amigos y familiares, la respuesta fue más que positiva. “Les facilitamos el tema de pensar en el regalo, y todos estuvieron felices de aportar a algo tan significativo,” comentaron. Hoy, Silvia y Enrique sienten la satisfacción de saber que su celebración dejó una huella en la vida de muchas personas.
Si estás considerando hacer lo mismo en tu próximo cumpleaños, Silvia te anima: “Es un regalo adicional a cualquier festejo saber que entre invitados y agasajado se puede lograr apoyar las causas de la Fundación”.
¿Te gustaría transformar tu cumpleaños en una celebración solidaria?
Sumate a esta iniciativa y convertí tu día especial en una oportunidad para ayudar. Escribinos a daiana.laguna@horadeobrar.org.ar y organizamos una celebración con propósito. ¡Sumate a transformar la realidad!
El emotivo evento, reunió a representantes de organizaciones amigas para reconocer el camino recorrido, renovar el compromiso con su misión y proyectar los próximos desafíos.
Nicolás Rosenthal, director ejecutivo de Hora de Obrar, agradeció a las organizaciones presentes y recordó que la Fundación nació con la misión de llevar adelante la línea de defensa de los derechos humanos y ambientales de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. “Creemos en las redes, en trabajar juntos y juntas, en promover la solidaridad y la empatía frente a un escenario de individualismo creciente. Este trabajo no podría ser posible sin el acompañamiento de todos y todas ustedes. Muchas gracias”, expresó Rosenthal con mucha emoción y alegría.
10 años de logros y expansión
Desde sus inicios, la Fundación Hora de Obrar ha desplegado un trabajo que impacta a miles de personas, abordando la complejidad de los problemas sociales y ambientales con un enfoque integral y multidisciplinario. A través de un equipo diverso en áreas como trabajo social, educación, comunicación, psicología y teología, entre muchas otras disciplinas, la fundación ha logrado desarrollar proyectos que buscan un cambio profundo en comunidades indígenas, familias en situación de vulnerabilidad, adolescentes, productores rurales, mujeres y comunidades de fe.
A lo largo de la década, estos son algunos de los logros alcanzados por la fundación:
El evento conducido por Mariana Malgay, coordinadora de comunicación de Hora de Obrar, también incluyó la presentación de un video institucional, que ilustró estos años de crecimiento y compromiso. La proyección emocionó a las personas presentes y sirvió para recordar que, si bien los retos continúan, el impacto del trabajo conjunto en función de la transformación de la realidad es visible y crece cada día.
El Pastor Presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, Pastor Leonardo Schindler, y Javier Gross, Presidente del Consejo de Administración de la Fundación, compartieron palabras en alusión al aniversario y la apuesta a generar cambios estructurales en comunidades de Argentina, Uruguay y Paraguay. En palabras de Javier Gross “la Fundación es un medio para un fin, y ese fin es el de transformar la vida de las personas.”
El evento cerró con música en vivo de la mano de la trovadora Carolina Wajnerman y su banda.
Este décimo aniversario es un recordatorio de lo logrado y una invitación a seguir expandiendo la misión de la Fundación. Los próximos años prometen ser de crecimiento y nuevos desafíos, con la convicción de que, gracias al esfuerzo conjunto, cada acción contribuye a una sociedad más justa, equitativa y solidaria para todas las personas.
Dos escuelas interculturales de la localidad misionera de El Soberbio participaron en una jornada educativa impulsada por la Fundación Hora de Obrar. La actividad forma parte del proyecto de reforestación de vertientes que busca preservar los recursos hídricos mediante el uso de especies autóctonas.
La Escuela Bilingüe Nº836 Tekoa Jejy y del Aula Satélite Yrapu reciben a más de 100 niños y niñas mbya guaraní del paraje La Flor. La semana pasada las comunidades plantaron 100 árboles nativos con acompañamiento de la Fundación Hora de Obrar, la municipalidad de El Soberbio y el INTA.
Para las comunidades mbya, la protección de las vertientes es vital. Mariela Fernández, agente sanitaria de la comunidad Yrapu, enfatizó que la escasez de agua es un problema creciente en la región: “hoy estamos muy agradecidos porque estos plantines ayudarán a mantener el agua potable, que es tan escasa en nuestras comunidades”.
José Bussiol, del INTA, explicó que “el objetivo es incorporar nativas para mejorar la captación de agua en zonas con vertientes que no tienen mucha cobertura de red”. Así se busca mejorar el acceso y calidad del agua en las comunidades mbya, que dependen directamente de las vertientes naturales. La reforestación también colabora en la regeneración de la biodiversidad local.
Hugo Torreblanca, docente del Aula Satélite Yrapu agradeció la iniciativa y destacó el compromiso de los y las estudiantes para cuidar los árboles plantados: “el trabajo no termina solo en la plantación. Ahora viene lo más difícil: cuidar estas plantas para que el día de mañana puedan contarle a sus hijos que esos árboles les brindan sombra y frutos”.
Por su parte Renato Sommer, director de Agro de la Municipalidad de El Soberbio, subrayó la importancia de esta iniciativa, afirmando que “el trabajo viene en conjunto desde hace meses. Hoy estamos plantando árboles en comunidades mbya y también en yerbales para proteger las vertientes”.
El rol de los árboles nativos en la protección de vertientes y la estrategia de reforestación de Hora de Obrar
Los árboles nativos desempeñan un papel fundamental en la protección de las vertientes y la conservación del agua. Gracias a sus profundas raíces, estos árboles mejoran la captación y almacenamiento de agua en el suelo, reducen la erosión y mantienen el equilibrio ecológico del entorno.
La entrega de plantines a productores y productoras locales, a escuelas y comunidades mbya forma parte de la estrategia de la Fundación para expandir la reforestación y concientizar sobre el rol clave de la reforestación de árboles nativos para la preservación del agua y mejorar la calidad del suelo.
Otro aspecto clave del proyecto Crece Selva Misionera es la articulación con diversas instituciones como el INTA, los municipios y también viveros locales que producen los plantines necesarios.
El proyecto, impulsado por la Fundación Hora de Obrar tiene como meta plantar 5.000 árboles nativos en la provincia de Misiones.
Cada año, personas cristianas de todo el mundo se unen para celebrar el Tiempo de la Creación, un período dedicado a reflexionar, orar y actuar por el cuidado de nuestra casa común. Se ofrecen actividades y recursos que invitan a las comunidades de fe a profundizar en su responsabilidad hacia la Creación.
El Tiempo de la Creación es una celebración ecuménica anual desde el 1 de septiembre (Día Mundial del Cuidado de la Creación) hasta el 4 de octubre (fiesta de San Francisco de Asís), y busca dirigir la atención sobre la necesidad de contemplar y actuar por nuestra Casa Común.
El símbolo para 2024 son “Las Primicias de la Esperanza”, un recordatorio de que la esperanza permite superar la decadencia y actuar con libertad y responsabilidad para hacer del mundo un lugar mejor, trabajando juntos con la Creación.
Este período de oración y acción pone de relieve la urgente necesidad de abandonar los combustibles fósiles y avanzar hacia un mundo más justo y sostenible. Este compromiso se refleja en la adhesión al Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles (TNPCF), una iniciativa internacional que propone eliminar progresivamente el carbón, el petróleo y el gas, al tiempo que garantiza una transición justa para las comunidades, trabajadores y trabajadoras afectadas.
¿Qué es el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles?
Surge de la necesidad de frenar la expansión de la industria de los combustibles fósiles, responsable de una parte significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero. Este tratado complementa acuerdos previos, como el Acuerdo de París, pero pone un énfasis claro en reducir la oferta de estos combustibles que dañan al planeta. No se trata solo de reducir el consumo, sino de garantizar que no se desarrollen nuevos proyectos que amplíen la producción de carbón, petróleo o gas.
El tratado se estructura en tres pilares fundamentales:
1- No proliferación: Detener nuevos proyectos de extracción de combustibles fósiles. 2- Retirada progresiva: Desarrollar un plan para reducir de manera justa y gradual la producción existente. 3- Transición justa: Asegurar que la transición hacia energías renovables se realice de manera equitativa, sin dejar atrás a los trabajadores y comunidades dependientes de la industria fósil.
El TNPCF no solo busca frenar el calentamiento global, sino también generar un cambio positivo en nuestras sociedades. Al abandonar la dependencia de los combustibles fósiles, promovemos un desarrollo más equitativo, apostando por tecnologías limpias y renovables que no solo cuidan el medioambiente, sino que también generan empleo y bienestar.
Desde Hora de Obrar creemos que nuestras acciones, tanto individuales como colectivas, pueden hacer una diferencia. Desde nuestra fe proclamamos la necesidad de cuidar la creación y actuar en consecuencia, buscando siempre promover la justicia social y ambiental, construyendo hoy un futuro donde nuestras economías no dependan de la destrucción de la naturaleza, sino que estén alineadas con el respeto y el cuidado de nuestra casa común.
Te invitamos a sumarte al evento de cierre del Tiempo de la Creación este 4 de octubre, donde reflexionaremos sobre los desafíos que enfrentamos y las acciones necesarias para proteger el planeta. Será una oportunidad para unirnos en oración y compromiso, renovando nuestra esperanza y determinación de construir un mundo más justo y sostenible.
Los derechos humanos y la perspectiva de género son blanco de descalificación y noticias falsas. ¿Por qué defendemos educación sexual integral y qué tiene que ver con la democracia en Argentina?
Por Fabián Dinamarca Coordinador de Programas y proyectos de la Fundación Hora de Obrar
Consensos básicos cuestionados
El pasado 30 de agosto volvimos a encontrarnos con docentes, equipos de orientación escolar y capellanías de 15 instituciones educativas de la ecumene protestante en la cuarta edición de la Mesa de Colegios Evangélicos por la Educación Sexual Integral (ESI). Entre las preocupaciones y temáticas que abordamos, hablamos de la necesidad de “volver a lo básico”. ¿Qué quiere decir esto?
Las diversas comunidades educativas identifican una debilidad y una necesidad de reforzar aspectos que deberían ser un consenso consolidado pero que lamentablemente no lo son, o por lo menos, están en algún nivel de crisis o tensión en esta etapa de nuestra sociedad. Y no se trata de aspectos menores, sino de definiciones que son cimientos, base y punto de apoyo de nuestro trabajo no sólo en el plano educativo sino en todas las expresiones en lo social, de la diaconía basada en derechos.
Nos referimos específicamente a dos grandes definiciones: los derechos humanos y la perspectiva de género vienen siendo el centro de discursos de desprestigio, descalificación y noticias falsas que han logrado calar en el sentido común de parte de nuestra sociedad amenazando, no sólo al trabajo sobre ESI, sino los consensos básicos de esta etapa de la democracia en Argentina.
La dignidad y el respeto como valores fundamentales
Repasemos estos conceptos en términos históricos y pongamoslos en relación con el sistema educativo.
El contexto de surgimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el año 1948, estaba atravesado por el impacto de la segunda guerra mundial. La crueldad y vulneraciones de la dignidad humana ocurridos en esta guerra incidieron en la construcción de un consenso internacional sobre lo que los países debían proteger y no volver a permitir, expresado a través de las Naciones Unidas.
Así surge este marco ético internacional que reconoce la dignidad de todas las personas. La Argentina suscribió la Declaración Universal en 1948, y en 1994 la incorporó a la Constitución Nacional en el artículo 75 inciso 22, con el conjunto de Declaraciones, Tratados y Pactos Internacionales sobre derechos humanos.
Es interesante detenerse en la lectura del preámbulo, los fundamentos y otras secciones de este breve documento compuesto por 30 artículos. En uno de los apartados de la Declaración Universal de DDHH hay un llamado a la difusión en el sistema educativo de los países, invitando a que el texto sea “distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de enseñanza”.
Saltemos ahora tres décadas en el tiempo, cuando el concepto de derechos humanos es resignificado y apropiado por la sociedad argentina post-dictadura en el inicio de la etapa democrática de 1983 bajo un principio y un consenso: el “Nunca Más” al terrorismo de Estado y el jucio a las juntas militares fue la forma en que nuestra sociedad procesó la etapa dictatorial finalizada y estableció límites y marcos al accionar del Estado.
En uno y otro caso, la Asamblea de las naciones en 1948 y la sociedad argentina en 1983, plantean un ideal social de dignidad y respeto de la persona humana con fuertes bases éticas y valores subyacentes, que debían a su vez ser transmitidos y plasmados en la formación de las personas, en los sistemas educativos, en las ideas que generaciones adultas debían transmitir a las nuevas.
No está de más recordar que la promoción de los DDHH es parte de las definiciones y principios plasmados en el estatuto de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), y que esto fue trasladado a su vez a los objetivos de su organización diacónica: la Fundación Protestante Hora de Obrar.
El papel de la educación en la construcción de ciudadanía en cada época
Esto nos lleva a otro de los conceptos que nos interesa trabajar, y es que el sistema educativo tiene una relación intrínseca y necesaria con la transmisión de valores, ideas predominantes y necesidades de una época.
Pensemos en el momento fundacional del sistema educativo argentino a fines del siglo XIX y las necesidades a las buscaba dar respuesta. Estamos hablando de la llamada Generación del 80 en cuanto al liderazgo político, el proceso de construcción de una nación tras décadas de guerras civiles y delimitación territorial de un todavía muy joven país, la necesidad de insertar a ese país en el concierto internacional, mientras la mayor parte de la población provenía de procesos migratorios masivos. El sistema educativo diseñado en ese contexto debía aportar a la formación de personas desde una concepción de ciudadanía relacionada a proyecto y a esa etapa de la sociedad.
En la actualidad, la Ley de Educación Nacional 26.206 vigente, establece, en el artículo 3, que la educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades fundamentales y fortalecer el desarrollo económico-social de la Nación.
Qué tiene que ver la educación con los géneros
Todo proceso formativo de personas, y por lo tanto el sistema educativo, tiene intencionalidades, valoraciones, contenidos que exceden la mera transmisión de conocimientos “objetivos”. La educación aporta a determinada construcción de ciudadanía, a formar personas con determinados atributos y valores. Algo más que evidente en las instituciones educativas de origen confesional, como las que nos reunimos en la Mesa de Colegios Evangélicos por la ESI.
Y en estos procesos de formación de personas, la educación juega un rol fundamental en términos de géneros. Es decir, en la producción y reproducción de determinadas formas de ser varones y mujeres, de modelos e ideales de familia y de expectativas y roles a cumplir en la sociedad.
Si se analizan como ejemplo materiales escolares de la España de 1939, en plena dictadura franquista, se evidencia su marcado autoritarismo y su integrismo católico. Desde la temprana infancia se enseñaba a las niñas a respetar su “tradicional rol de madre, hija y esposa”, y un modelo familiar centrado en el varón/esposo, autoridad, proveedor y al que esposa e hijos/as debían servir.
Este ejemplo histórico es muy gráfico sobre cómo el sistema educativo tiene un rol fundamental en reproducir determinados estereotipos y roles de género. En tiempos en que se habla tanto de “ideología de género”, si hay algo que aplica a una definición semejante es imponer roles fijos, estereotipados y que violentan la libertad de las personas, transmitidos por canales doctrinarios, autoritarios, castigando toda forma de transgresión de ese mandato presentado como “natural” o “mandato divino”, como ocurría en esa educación del contexto de la dictadura franquista.
¿Ideología es mala palabra?
La idea de este recorrido histórico, entre muchos otros posibles, tiene que ver con aportarnos insumos para pensar la actualidad de nuestra sociedad argentina y los ataques a la Educación Sexual Integral y a todo lo que involucre una perspectiva de género bajo la acusación de que es una “ideología”.
Acusación que, además de provenir desde sectores que claramente tienen una visión y una posición ideológica ante las políticas de derechos humanos y de ampliación de derechos de las mujeres y diversidades (es decir, que claramente tienen su propia “ideología), es algo que, como se dice coloquialmente: “embarra la cancha”.
Y esto porque partimos desde la tesis de que SIEMPRE los objetivos, lineamientos curriculares, el sistema educativo en su conjunto está atravesado por valores, idearios, ética. Es decir: de algunas de las dimensiones de lo que llamamos ideología.
El punto es que hay diferencias cualitativas entre las propuestas democráticas, liberadoras, que aportan a una vida plena para todas las personas, y las propuestas que imponen, violentan, reducen las posibilidades y reproducen los cimientos de las opresiones.
No es lo mismo reproducir estereotipos de género que cuestionarlos, problematizarlos, preguntarnos de dónde vienen y si son la única posibilidad para nuestra vida.
No es lo mismo imponer roles, formas de ser y de vivir el cuerpo, la identidad, las elecciones sexuales y afectivas, que respetar, alojar, acompañar la diversidad de realidades y posibilidades.
No es lo mismo reconocer la dignidad e integridad de toda persona que rechazar, reproducir discursos de odio y reprimir lo que “salga de la norma”.
La ESI contribuye a hacer la diferencia, y que es una ley -entre otras herramientas, políticas públicas y procesos de movilización social- que busca desandar y desarticular los mandatos, los estereotipos y las formas de relación que promueven violencias naturalizadas durante siglos en nuestras sociedades y en nuestras vidas. Pensar con perspectiva de género es fundamental para conocer, identificar, problematizar cómo funcionan -cómo funcionamos- esos mecanismos y buscar su transformación.
Lo “básico” que estuvimos recorriendo brevemente en este artículo, que fue preocupación y necesidad de conversaciones con los colegios de las iglesias, sigue siendo imprescindible para una vida libre de violencias, que es un derecho, un valor, un principio que en tiempos en los que la violencia ocupa vez más espacio en las relaciones humanas, es fundamental seguir defendiendo.
La Fundación Hora de Obrar lanza “Jajeupi Jaguejy” (Subimos Bajamos), un juego bilingüe dirigido a equipos docentes y de salud codiseñado junto a comunidades Mbya-guaraní de Misiones.
La Fundación Hora de Obrar presenta un nuevo recurso didáctico para trabajar junto a comunidades indígenas. En este caso el objetivo del material es abordar comunitariamente las diferentes formas de violencia. De esta manera “Jajeupi Jaguejy” (Subimos Bajamos) busca abrir espacios de diálogo constructivo sobre emociones y conductas saludables y dañinas.
La creación es fruto del esfuerzo conjunto de un equipo profesional interdisciplinario y el asesoramiento comunitario de líderes locales, garantizando que el juego sea relevante y accesible para las comunidades a las que se dirige.
Recoge la experiencia del trabajo de abordaje de la violencias en comunidades indígenas, de un equipo interdisciplinario e interinstitucional de la UNaM, SeNNAF, Dirección de Niñez y Adolescencia del Municipio de Ruiz de Montoya y el Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS Ruiz de Montoya) y la Fundación Hora de Obrar. En el proceso se trabajó en diálogo constante con el Aty Mburuvicha durante más de un año.
“Jajeupi Jaguejy” incluye un tablero ilustrado que muestra un recorrido que pasa por diferentes ámbitos cotidianos de las aldeas mbya: la escuela, la cancha de fútbol, el monte y el opi. Las tarjetas proponen diferentes consignas y preguntas lúdicas e informativas sobre salud sexual, prevención de las violencias y abusos, roles y estereotipos de género. Este enfoque permite a los y las participantes reflexionar sin temor a respuestas correctas o incorrectas, promoviendo así un ambiente de confianza y aprendizaje compartido. La guía bilingüe que acompaña el juego facilita su implementación en talleres comunitarios.
El recurso se desarrolló en el marco del proyecto Tape Pora cofinanciado por la Unión Europea y Pan para el Mundo, en colaboración con las comunidades indígenas Takuapí, Yvytu Porã y Ambay Poty.
Está inspirado en el juego Escaleras y Toboganes de “Experiencias para Armar. Manual para talleres en salud sexual y salud reproductiva”, de la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación.
«Nosotros cuidamos la creación» es una iniciativa que busca educar a las nuevas generaciones sobre la importancia de cuidar la creación, en sinergia con Hora de Obrar y el INTA.
El proyecto tiene como eje principal la creación de un vivero y una huerta que no solo abastece a la congregación, sino que también involucra activamente a los niños, niñas y jóvenes, que llevan los plantines a sus hogares, aprendiendo sobre la importancia de la producción de alimentos orgánicos y la autoproducción responsable.
El pastor de la congregación, Jorge Buschiazzo comenta: «Este proyecto surge de la necesidad de generar consciencia acerca del cuidado que debemos tener como personas de fe para con la creación de Dios. Esto debe darse desde la cuestión teórica y profética, pero también desde la práctica, y es por eso que desarrollamos este proyecto con niños y niñas desde muy temprana edad».
Niños y niñas participan en la recolección de semillas y el cultivo de estos árboles nativos, que cuidan durante todo el proceso. Al momento de su confirmación, cada joven recibe el árbol que ha cultivado, para simbolizar tanto su compromiso con la fe como con el cuidado del medio ambiente. Así se busca fortalecer el vínculo de los y las jóvenes con la creación, a la vez que les prepara para llevar adelante los cambios necesarios para lograr un futuro más sostenible.
Colaboración con el INTA y la Fundación Hora de Obrar
Este proyecto es posible gracias al apoyo de instituciones como el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) que ofrecieron capacitaciones abiertas a la comunidad sobre la colocación de plásticos y sistemas de riego eficientes, y que continuará brindando soporte técnico y educativo, lo que permitirá que más personas se sumen a esta iniciativa y adquieran conocimientos sobre prácticas agrícolas sostenibles.
Por otro lado, la Fundación Hora de Obrar acompañó el financiamiento de la construcción del vivero, a través de la Pastoral de Promoción para el Cuidado de la Creación, así como en las tareas de armado del mismo, acompañando a la congregación en sus proyectos. «Nosotros cuidamos la creación» no es solo un proyecto ambiental; es una apuesta por un futuro donde la comunidad, en especial niños, niñas y jóvenes, asumen un rol activo en la protección del medio ambiente y la producción de alimentos saludables.
La Congregación Evangélica de Nueva Helvecia fue sede de un encuentro distrital marcado por la reflexión, el servicio y la esperanza. Hora de Obrar y SEDi acompañaron la jornada.
El pasado 1 de septiembre, la Congregación Nueva Helvecia de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata reunió a comunidades de fe y obras diacónicas para reafirmar el compromiso con el cuidado de la creación y un mundo más justo bajo el lema «Los escuchamos hablar en nuestra propia lengua de las maravillas de Dios» (Hechos 2:11).
La jornada, que se desarrolló en el marco de la fiesta de la diaconía, incluyó momentos de culto, talleres artísticos y actividades comunitarias que llenaron a todas las personas presentes de esperanza y energía para continuar sus labores comunitarias.
“Me sirvió para volver a entender por qué soy protestante, por qué soy evangélica”, comentó Marina Rodríguez, de la Obra Ecuménica Barrio Borro: “La fe se materializa en hechos y acciones y un mundo mejor es posible. No podemos quedarnos quietos y decir: ‘Bueno, ya está’. Hay que seguir adelante y mostrar que hay otra forma de relacionarse desde el amor y la esperanza”.
Entre las actividades destacadas, se organizó una feria de stands donde diversas obras diacónicas compartieron sus experiencias y proyectos. Los y las jóvenes del distrito fueron claves en la organización: desde la logística del evento hasta la preparación del buffet comunitario. En palabras del pastor Jhonatan Schubert, de Paysandú: «La gente se llevó un poco de conocimiento de lo que hacemos, el reconocimiento de que lo que hacemos es diaconía, es servicio, tiene un sentido. Le dimos un sentido».
Uno de los momentos más emotivos fue el taller artístico inspirado en los ejes del próximo sínodo de la IERP, en el que las personas presentes reflexionaron sobre la interrelación de todos los seres en la naturaleza. Andrea, del Centro Emmanuel, compartió: “La idea que traíamos era que la gente entendiera a la naturaleza como sujeto y no como un objeto, y entendernos desde la interrelación con la creación que somos todos y construimos entre todos y de formas diversas”.
El día concluyó con un acto de agradecimiento y entrega de piezas artísticas creadas por las propias obras diacónicas, como símbolo de comunión en la fe y el servicio diacónico en el Distrito Uruguay. A pesar del clima nublado, el encuentro brilló por la participación activa y el sentido de comunidad que se vivió en cada momento, recordándonos que, aunque a veces parezca que somos pocos, cada mano y cada acción suma en la construcción de un mundo más justo y en el cuidado de nuestra casa común.
En medio de un contexto socioeconómico cada vez más desafiante, la declaración pública expresa un profundo malestar frente a las políticas económicas y represivas que, bajo el pretexto del «déficit cero» o el «equilibrio fiscal», agravan la situación de pobreza y desigualdad.
Citando el proverbio bíblico «El que para enriquecerse oprime al pobre o le da al rico, terminará en la pobreza» (Proverbios 22:16), las organizaciones denuncian que las medidas de ajuste y transferencias de recursos actuales solo benefician a los más ricos, mientras que un millón de niños y niñas en Argentina se van a dormir sin comer. Asimismo, señalan que estas políticas se sustentan en una creciente represión, poniendo en riesgo la vida y los derechos fundamentales de todas las personas.
Frente a esta realidad la Fundación Protestante Hora de Obrar, junto a las organizaciones religiosas, sociales y de derechos humanos firmantes, reafirman su compromiso con la justicia social y demandan al gobierno nacional que adopte medidas que garanticen la dignidad y los derechos de todas las personas.