Hay uno para cada punto de prédiga y obra diacónica de la IERP. Cómo hacer consultas, pedidos y pagos.
Ya llegaron los Calendarios de Diaconía 2026 para cada punto de prédiga y obra diacónica de las congregaciones de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. «La diaconía florece en lo cotidiano: en cada gesto fraterno, en cada mano tendida, en cada mesa compartida», expresó el director ejecutivo, Nicolás Rosenthal: «Con este calendario queremos transmitir ese espíritu que acompaña la Fundación Hora de Obrar».
El valor de cada ejemplar es de 15.000 pesos argentinos, 10 USD en Uruguay y 75.000 guaraníes y el 20% de lo recaudado se destina al fondo común del próximo Ierpino.
Cómo hacer para abonarlos
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El Encuentro de Diaconía 2025 reunió a más de 140 referentes comunitarios de Argentina, Uruguay y Paraguay en Misiones para celebrar la fe y renovar el compromiso de servir, cuidar y transformar la vida desde el amor al prójimo.
Del 10 al 12 de octubre, el Hogar San Juan de Eldorado fue sede del Tercer Encuentro de Diaconía de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, organizado junto a la Fundación Protestante Hora de Obrar y el Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi).
Bajo el lema “Frente al descuido de la Casa Común, seamos comunidades diacónicas de transformación desde la fe”, 140 personas se reunieron para reflexionar, compartir experiencias y fortalecer los lazos que sostienen la vida comunitaria.
“En este encuentro pudimos comprobar que el cambio es posible. Nos reunimos muchas personas que están haciendo cosas distintas, a veces sin saber una de otra. Descubrir que no estamos solos ni solas nos da una gran alegría y una fuerza enorme para seguir. Creemos en un Jesús que nos llama todo el tiempo a cambiar la realidad con amor, solidaridad y ternura. Y esa ternura, como iglesia y organizaciones comunitarias, la podemos dar.”, expresó Nicolás Rosenthal, director ejecutivo de la Fundación Hora de Obrar.
Durante el devocional de apertura las personas asistentes fueron ingresando al templo por un camino de recuerdos que narraba la historia de los encuentros de diaconía desde 2023, mientras se entonaba el canto “Entra a mi hogar”.
En torno de la mesa —símbolo central del encuentro— se recordó que compartir los frutos de cada territorio es un acto de amor, de hospitalidad y de fe. Cada alimento representó el trabajo, la esperanza y la generosidad de las comunidades de la región. “Que la mesa sea para todos y todas”, invitó el Pastor Javier Gross, presidente de la Fundación Protestante Hora de Obrar, “porque en ella celebramos la abundancia de la vida y el encuentro que Dios nos regala”.
Cuidar la Creación: la fe hecha acción
El primer panel, moderado por Romario Dohmann y Mateo Fischer de la Fundación Hora de Obrar, abordó el desafío de vivir una ecodiaconía que promueva la justicia climática. El pastor Jorge Weishein invitó a pensar la fe en relación con la Tierra: “No somos dueños del planeta, sino parte de él. Cada gesto de cuidado y cada comunidad que planta, recicla o recupera su río, está participando del Reino de Dios en la Tierra”.
Las experiencias compartidas por las comunidades de Montecarlo, Colonia Delicia y 25 de Mayo reflejaron ese compromiso cotidiano: huertas, reforestación con especies nativas, ferias agroecológicas, limpieza del Río Uruguay y procesos de soberanía alimentaria que unen a la fe y la acción concreta. “Queremos que las nuevas generaciones aprendan a cuidar la naturaleza con amor y alegría”, expresó Doris Bischoff, ingeniera forestal y directora del INTA en Misiones.
Cada testimonio mostró que el cuidado de la creación es una forma de celebrar la vida, un modo de agradecer a Dios por los dones recibidos y de restaurar los vínculos con la tierra y con las personas.
Una diaconía que cuida y resiste en red
El segundo día abrió con un devocional basado en la parábola de la semilla de mostaza, recordando que el Reino de Dios crece en lo pequeño, en lo invisible, en los gestos cotidianos de cuidado.
Desde Brasil, el Dr. Rodolfo Gaede Neto invitó a pensar en la “diaconía preventiva”: una forma de vivir la fe que actúa antes del daño, protegiendo la vida, la salud y el ambiente. “El cuidado del mundo es una forma de culto”, expresó, destacando que Dios se manifiesta en la creación.
El pastor presidente de la IERP, Leonardo Schindler, retomó esa idea, “las comunidades indígenas nos enseñan a vivir con la tierra y no sobre la tierra. Como iglesia tenemos la oportunidad de unir nuestra fe con su cosmovisión, y ese diálogo nos transforma”.
Desde Paraguay, el Comité de Mujeres de Raúl Peña y el Comité Central Guazú compartieron su camino de organización y empoderamiento. “Hoy sentimos que somos un ejemplo para nuestras hijas, de que es posible hacer más cosas y ser independientes”, expresó Claudelina Benítez, su primera presidenta.
A partir del trabajo en Raúl Peña nació en 2017 el Comité Guazú, que articula una red de más de 200 mujeres y familias en el norte paraguayo. Con el acompañamiento de SEDi, desarrollan proyectos de soberanía alimentaria, producción artesanal y liderazgo de mujeres, para promover el apoyo mutuo y la autonomía económica frente a las desigualdades y violencias de género. El testimonio de estas mujeres muestra cómo la diaconía se convierte en una fuerza transformadora cuando se hace desde la tierra y desde los vínculos solidarios.
Por su parte, la Congregación Evangélica Alemana de Rosario presentó su testimonio de servicio cotidiano: viandas, roperos, lavaderos solidarios, talleres, acompañamiento a personas en situación de calle y reciclaje comunitario. “Es una alegría descubrir que aún en contextos difíciles, la diaconía florece como una red que sostiene y transforma”, compartió una de sus integrantes.
Así las experiencias resaltan la capacidad de las congregaciones de tender redes y convertirse en comunidades resistenciales frente a las adversidades del contexto, donde los gestos de cuidado y apoyo se transforman en manifestaciones concretas de la diaconía convertida en acción.
El último día de los pueblos libres
Luego de las experiencias compartidas, el encuentro vivió uno de sus momentos más conmovedores: el devocional a cargo de las comunidades originarias de Renacer de Colonia Delicia y Mbya Guaraní de Perutí, en conmemoración del 11 de octubre, último día de los Pueblos Libres.
En una atmósfera de recogimiento y respeto, recordaron que esa fecha antecede a la colonización europea y simboliza la resistencia y la continuidad de sus culturas: “Nuestros antepasados nos enseñaron que todos somos iguales y que la naturaleza es parte de nosotros. Antes de usar una planta o un árbol, pedimos permiso a la tierra, porque allí vive Dios”, compartió un integrante de la comunidad.
El cacique Heriberto Villalba, de la aldea Perutí, guió un Padre Nuestro extendido, con palabras en guaraní y español, celebrando un país multilingüe y multicultural. La oración, acompañada por cánticos y guitarras, unió espiritualidades diversas en un mismo llamado a cuidar la vida. Ese momento de comunión y gratitud recordó que la creación es también una mesa compartida entre los pueblos.
Escuchar, participar, transformar
Por la tarde, la Magíster Carolina Wajnerman propuso repensar la participación en las obras diacónicas: “No se trata solo de habilitar la participación, sino de inspirarla. La diaconía sucede cuando todos y todas nos sentimos parte de la misión”.
Así, jóvenes del equipo de coordinación juvenil de la IERP (ECOJ) compartieron sus agenda y llamaron a los y las presentes a comprometerse y acompañar su tarea, recordando que la ternura también es una forma de militancia de fe.
Desde el proyecto de Fortalecimiento Mbya de la Fundación Protestante Hora de Obrar, Laura Gomez e Ingrid Cardozo compartieron la importancia de la escucha para crear espacios participativos que convoquen. Comentaron que fue a partir de la escucha activa de los y las jóvenes mbya que se repensaron las intervenciones del proyecto, realizando actividades recreativas donde ellos y ellas puedan expresar sus sentires, generando espacios recreativos que fortalezcan su autoestima y pertenencia.
Asimismo, representantes de al red de centros comunitarios MISUR contaron cómo acompañan la vida de niños, niñas, adolescentes y familias desde la educación, el arte y el deporte, como un modo concreto de vivir la diaconía en el conurbano bonaerense.
Con estas experiencias como inspiración para el debate, las mesas temáticas trabajaron sobre los temas de: salud, niñez, pueblos originarios, mujeres, soberanía alimentaria, economía social y cuidado de la creación. Desde sus distintas realidades, reflexionaron sobre los desafíos que enfrentan las comunidades y los pasos dados desde el primer encuentro en 2023.
Dar fruto: diaconía que transforma
El devocional del sábado por la tarde convocó nuevamente a la mesa, esta vez adornada con uvas: símbolo de una diaconía que da fruto. El pastor Javier Gross expresó: “La diaconía, para ser transformadora, primero debe transformarnos a nosotros y nosotras. Debemos dejarnos interpelar por las necesidades del prójimo. Somos llamados a dar fruto, a salir de nuestros espacios y encontrarnos con quienes más lo necesitan”.
“No puede haber comunidad sin diaconía. Nuestro llamado es construir una diaconía transformadora, que crea en las segundas oportunidades y en un futuro distinto para quienes más lo necesitan”, agregó el pastor distrital de Misiones, Carlos Kozel.
Celebrar la vida
El domingo amaneció con lluvia y espíritu de gratitud. El culto de cierre, guiado por las y los jóvenes del programa de voluntariado de la IERP, revivió los pasajes de Juan 4:13-14 y Juan 7:37-39, recordando que la fe se alimenta de la experiencia y del encuentro con el otro.
El pastor presidente Leonardo Schindler invitó a mirar el testimonio de Jesús desde la justicia y la ternura. “El pecado del egocentrismo nos ha llevado a romper nuestra relación con la tierra, con las mujeres y con los pueblos originarios. La respuesta debe ser espiritual y concreta: una fe que se traduzca en justicia y en paz”.
La pastora Sonia Skupch, secretaria regional de la Federación Luterana Mundial, fue homenajeada y compartió una reflexión que marcó el cierre: “La diaconía no nace sólo del compromiso social o político, sino de las entrañas, de lo más profundo del corazón. Es respuesta al amor gratuito de Dios y fidelidad al llamado de servir con alegría”.
También se entregó un reconocimiento a Vania Zanow, quien guió la Santa Cena, por la finalización de sus estudios como diacona.
Las mesas de trabajo presentaron sus reflexiones a través del arte, el canto y la palabra. Cada grupo compartió un gesto de comunión, mostrando que la fe se hace visible en la creatividad, la ternura y la esperanza.
Juventudes representó una escena en la que un grupo de jóvenes descubre que el verdadero encuentro ocurre cuando se sale a servir la mesa a quienes están afuera, buscando abrigo y escucha.
La mesa de pueblos originarios compartió una canción sentida cuyo estribillo decía “lo nuestro más verdadero, lo nuestro es más verdadero. Es lo nuestro”, acompañada por palabras de reflexión sobre la identidad y el vínculo con la tierra.
La mesa de salud representó un cuerpo con cabeza, corazón, manos y pies: una metáfora del trabajo conjunto que requiere el cuidado integral.
La mesa de cuidado de la creación relató, desde las experiencias comunitarias, cómo la gracia de Dios se hace visible cuando la tierra descansa y vuelve a dar fruto, cuando acompañamos al prójimo, cuando plantamos e intercambiamos semillas, cuando compartimos lo que la tierra ofrece.
La mesa de mujeres expresó en ronda su compromiso: “Porque somos mujeres y cuidamos la tierra, damos segundas oportunidades, cuidamos y acompañamos, trabajamos y vivimos en la fe con esperanza.”
La mesa de niñeces propuso un juego de escaleras y serpientes para mostrar que la empatía y el amor son puentes hacia las infancias, mientras que el adultocentrismo y el descuido las alejan.
La mesa de desarrollo social sintetizó su trabajo en una frase colectiva: “La diaconía como hilo conductor. Compartir la vida, solidaria y circular, tierna y firme. Resistencia y cuidado. Privilegio de elegir cómo vivir.”
Así concluyó el Encuentro de Diaconía 2025: con la certeza de que sembrar esperanza, cuidar la vida y compartir la mesa son los caminos por donde Dios sigue caminando entre nosotros.
Organizado por la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, Fundación Protestante Hora de Obrar y el Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi), el encuentro convocó a más de 140 participantes de distintos contextos y trayectorias que se reunieron para compartir experiencias, formarse y renovar su compromiso con una diaconía que transforma realidades desde la fe.
Durante tres días, el Hogar San Juan de la Congregación Evangélica de Eldorado fue lugar de encuentro, reflexión y celebración para hermanas y hermanos que sostienen obras, proyectos y servicios diacónicos en Argentina, Uruguay, y Paraguay.
Bajo el lema “Frente al descuido de la casa común, seamos comunidades diacónicas de transformación desde la fe”, el programa combinó devocionales, paneles temáticos y mesas de diálogo sobre justicia climática, soberanía alimentaria, educación, salud, derechos de las mujeres, juventudes y pueblos originarios.
La diversidad de voces y territorios reflejó la riqueza de la diaconía de la IERP y su vocación por vivir el evangelio en acción, allí donde la vida humana y la creación están amenazadas.
“Por el amor que se tengan reconocerán que son mis discípulas y discípulos” (Juan 13:35) fue el texto guía del encuentro, recordando que la transformación empieza en el amor que se hace servicio, comunidad y esperanza.
A lo largo de las jornadas se compartieron testimonios, cantos comunitarios y experiencias de fe que mostraron cómo la diaconía se renueva cada día en pequeñas acciones que sanan, acompañan y abren caminos. El equipo de mensajes fue el encargado de sintetizar en palabras los sentires y reflexiones de los y las asistentes.
Agradecemos especialmente a: Jorge Weishein, Iris Reckziegel, Norma Hermann, Sabino Ayala, Jerónimo Granados, Sofia Schenhals, Alicia Cutter, Irina Lorenz. Por la labor realizada.
Mensaje del Encuentro de Diaconía 2025
Hermanas y hermanos de obras diacónicas, proyectos y actividades de la iglesia y otras organizaciones, nos reunimos en el Encuentro de Diaconía 2025 llevado a cabo del 10 al 12 de octubre, en la ciudad de Eldorado, Provincia de Misiones en instalaciones de la Congregación Evangélica San Juan.
En un marco celebrativo y de alabanza, convocados por el tema “Frente al descuido de la casa común seamos comunidades diacónicas de transformación desde la fe”, fuimos desafiados a dialogar a la luz del lema “por el amor que se tengan reconocerán que son mis discípulas y discípulos” (Juan 13,35).
Durante el encuentro se trabajó sobre diversas problemáticas, que fueron abordadas en tres paneles y siete mesas. Los paneles y las mesas mostraron experiencias de trabajo diacónico con las cuales distintas comunidades responden a situaciones de profundo descuido ambiental y humano.
En estos espacios hemos intercambiado resultados del trabajo que hacemos y las convicciones que nos dan fuerzas para seguir adelante, aún en medio de sufrimientos, de violencias y reiteradas agresiones a la dignidad de la vida humana.
En relación a la soberanía alimentaria y cuidado de la creación llamamos a ser guardianes de la tierra, el agua y las semillas para preservar los campos y sus recursos. Esto significa romper la dependencia y el circuito mercantilista de la producción.
Afirmamos que otro mundo es posible, si la Economía Social se convierte en una alternativa a la economía neoliberal. Es un verdadero privilegio elegir cómo vivir, en vez de estar preso en el consumo ilimitado.
Los pueblos originarios nos exhortan a respetar su dignidad y dejar de visualizarlos como objeto de asistencialismo. Nos sumamos a su demanda de participar en las decisiones que los involucran, afectando su estilo de vida y su entorno. Nos invitan a escuchar su cosmovisión, preguntando en vez de interpretar la realidad por ellos.
Nos indignamos junto a las mujeres frente a las múltiples violencias y crueldades del contexto, y llamamos a transformarlas desde la fe con capacidad de escucha comunitaria, fuerza, valentía y amor.
Tomamos el pedido de las juventudes de abrir las puertas de la iglesia, hacerlas accesibles a todas y todos por igual, facilitando la creación de espacios de diaconía, grupos de ternura y contención con proyectos de vida seguros basados en la fe.
Invitamos a las comunidades a responder a la necesidad de capacitación para la intervención en las nuevas formas de injusticia y vulnerabilidad que afectan a las niñeces. Ante la coexistencia de modelos educativos antagónicos que tensionan la convivencia en las comunidades, exhortamos a crear espacios de abordajes sin violencias, centrados en Jesús y las infancias.
Proclamamos la salud como un concepto integral que se construye en un ida y vuelta de cuidados, diálogos, ayuda y diaconía basado en los derechos humanos. Sostenemos que las distintas problemáticas ambientales afectan directamente a la salud.
El encuentro nos movilizó con el canto comunitario, el intercambio intercultural e intergeneracional, vivencias de fe desde distintas prácticas diacónicas y perspectivas. Esto nos anima a multiplicar estos encuentros aprendiendo unos de otros, de sus diferentes testimonios.
Estos actos, pequeños e invalorables, se han convertido en señales de esperanza, apelando al compromiso y a la educación para fortalecer la comunión y la comunidad.
Así como los pueblos originarios que nos llaman a disfrutar de la naturaleza, las estrellas, las especies, para aprender a amar las distintas formas de vida, sigamos dando testimonio del amor de Dios.
Hora de Obrar presenta una nueva propuesta para impulsar el diálogo entre fe, educación y derechos. Ya se pueden escuchar los siete episodios con aportes a la ESI desde la política pública, la academia, colegios evangélicos y organizaciones de la sociedad civil.
La Mesa de Colegios Evangélicos por la ESI es un espacio de encuentro y formación, donde docentes y equipos directivos de colegios evangélicos de distintas regiones del país comparten experiencias, desafíos y herramientas en torno a la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral. Cada año, el encuentro busca fortalecer la mirada del cuidado y la inclusión desde la fe, brindando recursos para abordar la ESI en clave de derechos, respeto y acompañamiento.
Este año, con el objetivo de que más personas puedan ser parte de la conversación, la Fundación lanza una serie de episodios que recopilan los aportes de la quinta edición de la Mesa de Colegios con el objetivo de disparar conversaciones y seguir construyendo prácticas pedagógicas más justas y cuidadosas.
Con este podcast, la Fundación Protestante Hora de Obrar continúa acompañando a las comunidades educativas evangélicas en su compromiso por una educación integral, inclusiva y basada en el respeto mutuo.
📲 Escuchá el podcast completo en Spotify y Youtube, y compartilo con quienes puedan estar interesados/as en seguir reflexionando sobre fe, educación y derechos.
Mirta Marina, Directora Provincial del Área de ESI de la Provincia de Buenos Aires, compartió los avances y desafíos en la implementación de políticas públicas en articulación con las comunidades de fe.
“La ESI es una política de Estado que se construye con diálogo. Cuando las iglesias y las escuelas evangélicas se suman, amplían la mirada sobre los derechos y el cuidado.”💪❤️
Graciela Morgade, vicedecana y docente de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), invitó a repensar el lugar de la emocionalidad en la educación sexual integral.
🫂 “Hablar de emociones es también hablar de poder, de vínculos y de desigualdades. La ESI nos ayuda a ponerle nombre a lo que sentimos y a construir desde ahí una educación más humana.”
Andrea Fogel, Directora del Nivel Secundario del Instituto Evangélico Luis Siegel, relató cómo la ESI puede transformarse en una práctica institucional que promueva la participación y la escucha dentro de las escuelas.
💜 “La ESI no se enseña solo en el aula: se vive en la forma en que tomamos decisiones, en cómo escuchamos a las y los estudiantes, y en cómo nos cuidamos entre todos.”
Pilar Cancelo, Directora del Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi), nos propone nuevas miradas sobre los aportes desde la Fe a la justicia de género. El argumentario “Será de Dios” invita a mirar la fe desde otro lugar: como un espacio donde los textos sagrados pueden volver a leerse a la luz de la justicia, la igualdad y el diálogo.
✝️ “Durante mucho tiempo las iglesias hemos colaborado en la reproducción del orden patriarcal y de las violencias basadas en género. Este material busca disputar esos sentidos desde dentro de la fe.”
Nadia Polanco, licenciada en Trabajo Social y trabajadora del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, abordó el rol de las escuelas en la detección temprana y el acompañamiento de las víctimas.
💜 “Las instituciones educativas son muchas veces el primer lugar donde una niña o un niño se anima a hablar. La ESI nos da las herramientas para saber qué hacer con esa palabra.”
Carolina Di Palma, consultora sobre derechos de las infancias y cultura digital, reflexionó sobre los desafíos que plantea la vida en línea para la formación de las identidades y los vínculos.
📲 “Las pantallas son hoy un espacio de socialización. La tarea educativa también es construir pactos digitales comunitarios que promuevan el cuidado mutuo y la empatía.”
Marcelo Gutiérrez, coautor del libro De chicos a hombres, de Fundación Huésped, reflexionó sobre los desafíos que enfrentan los adolescentes varones y la necesidad de revisar los mandatos de género.
💭 “La ESI invita a los varones a hacerse preguntas incómodas pero necesarias: cómo aprendimos a ser hombres, qué modelos queremos dejar atrás y qué vínculos queremos construir.”
¿Dónde se puede escuchar cada episodio?
Encontrá todos los episodios completos en este link. Disponible en Spotify.
Con el apoyo de la Fundación Hora de Obrar y el INTA, niños, niñas y jóvenes de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata cultivan árboles nativos, alimentos orgánicos y, sobre todo, el compromiso ambiental. En 2025, el proceso dio un paso más: los árboles germinados fueron plantados en el predio recreativo de los Bomberos Voluntarios de Montecarlo.
Un invernadero, construido a principios de 2024, marcó el inicio de talleres y capacitaciones orientadas a la producción de árboles nativos, alimentos orgánicos y al fortalecimiento de la conciencia ambiental.
El proyecto “Cuidemos la Creación” nació como un sueño compartido por la congregación de Montecarlo de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata en Misiones. El impulso inicial vino con el acompañamiento técnico del INTA y el apoyo del Programa de Promoción para el Cuidado de la Creación de la Fundación Hora de Obrar.
La ingeniera forestal Doris Bischop, referente del INTA, fue una de las impulsoras de esta propuesta: “queríamos combinar el cuidado del medioambiente con la producción de alimentos saludables, involucrando a las familias y, sobre todo, a los y las jóvenes. Este vivero es la materialización de ese sueño”, señala.
Durante el proceso, niñas, niños y adolescentes participaron activamente en todas las etapas: germinaron los plantines, los regaron, los trasplantaron y cuidaron en el vivero de la iglesia, donde también se mantiene una huerta comunitaria.
Un año después, quienes forman parte del grupo de confirmación realizaron una jornada de plantación de esos árboles en el complejo de los Bomberos Voluntarios de Montecarlo, con el compromiso de regresar para regarlos y seguir su crecimiento.
“Cada chico eligió el árbol que quería plantar, investigó sus propiedades y preparó un cartel con su nombre y el del árbol. Hoy los plantaron, colocaron los carteles y se comprometieron a volver para cuidarlos. Para ellos, es una experiencia transformadora”, relata Doris.
Entre las especies plantadas se encuentran frutales nativos como pitanga, guavirá, cañafístola, siete capotes y también ejemplares de palo rosa. “Queremos que los chicos reconozcan los árboles nativos, valoren su aporte y comprendan los tiempos de la naturaleza. Hay árboles que tardarán años en dar frutos, pero ellos ya saben que cuidar la vida es un compromiso a largo plazo”, agrega.
Jorge Buschiazzo, pastor de la congregación, destaca el valor pedagógico y espiritual de esta propuesta: “desde la catequesis con los más pequeños hasta los talleres de confirmación con adolescentes, todos participan de este programa. Germinan, trasplantan, cultivan, aprenden sobre las plantas y también motivan a sus familias. Estamos educando desde los hijos a los padres: son los chicos quienes hoy contagian a sus familias el compromiso con el cuidado de nuestra casa común”.
El proyecto ha demostrado ser mucho más que una iniciativa ambiental. Las familias han replicado las prácticas en sus hogares, y la comunidad local se ha sumado a las actividades. “El objetivo es que este vivero no solo beneficie a nuestra congregación, sino que sea un recurso para toda la comunidad de Montecarlo”, señala Mateo Fischer, referente de proyectos ambientales de la Fundación Hora de Obrar.
La espiritualidad también tiene un espacio en este proceso. Una de las tradiciones que más conmueve a la comunidad es la entrega de un árbol a cada joven que se confirma. A partir de ahora, esos árboles serán producidos en el vivero de la iglesia: “es un símbolo hermoso. El árbol crece junto con su fe y es una manera de recordarnos el vínculo con la creación”, explica Irina Lorenz, joven referente del grupo.
Los resultados ya son visibles: plantines de especies nativas, flores ornamentales, huertas comunitarias y ahora también árboles creciendo en un espacio público, cuidados por sus propios sembradores. Más aún, se trata de un modelo de educación ecológica, basado en la experiencia, la espiritualidad y la participación intergeneracional.
Para Doris Bischop, el impacto va más allá de lo técnico: “este proyecto nos ha unido como comunidad. Vemos a los chicos más comprometidos, a las familias involucradas y a una iglesia que transmite con acciones el mensaje de que la creación es un regalo que debemos cuidar entre todos”.
Una joven mochilera llega al pueblo de Humboldt y observa los vínculos, las costumbres y las conversaciones de sus habitantes para evocar aquello que parece haber quedado en el tiempo.
La Fundación Hora de Obrar, junto a la productora Bardo del Bueno, llevó adelante un taller intensivo de cine comunitario orientado a trabajar la salud mental con la juventud en la Comunidad Evangélica de Humboldt.
Tras intensas jornadas de trabajo colaborativo lideradas por Martín Elsesser, coordinador del proyecto de diaconía comunitaria de la Fundación Hora de Obrar, los y las jóvenes santafesinas planificaron, guionaron y produjeron “Miradas”.
“Me gustó compartir recuerdos y memorias, aunque después me dio vergüenza verme en el corto”, comentó uno de sus protagonistas.
La experiencia artística permitió explorar aspectos afectivos de su vida cotidiana y, al mismo tiempo, adquirir herramientas técnicas que favorecen la alfabetización audiovisual.
La propuesta metodológica busca transformar inquietudes y emociones en relatos visibles a través del arte. El cine comunitario invita así a construir historias colectivas para expresar lo que sienten y viven las comunidades en sus territorios y poner en el centro la voz juvenil.
De esta manera la producción de un corto logró abrir un espacio de confianza, pertenencia, aprendizaje y creación colectiva, en el que las juventudes encontraron nuevas formas de hablar de sí mismas y de su comunidad.
Más de 240 personas reunidas en Katueté para compartir la alegría de volver a encontrarse como comunidad viva. Hora de Obrar dijo presente en esta jornada marcada por la alegría y esperanza.
Bajo el lema «Por eso, el más insignificante entre todos ustedes, ése es el más importante» (Lucas 9:48b), las doce congregaciones que integran la Federación de Iglesias del Paraguay (FEDIPA) se reunieron el pasado 20 de julio en la Congregación Evangélica de Katueté, anfitriona del evento, para celebrar juntas su fe y su caminar comunitario.
La jornada comenzó con un culto con Santa Cena presidido por el cuerpo ministerial del distrito. Martín Elsesser, referente de diaconía comunitaria de la Fundación Protestante Hora de Obrar, coordinó la dinámica central, en la que los lazos entre las comunidades fueron representados con cintas que convergían en una cruz, como signo de unidad y misión compartida. Así, se tejió una red que recordó que la Iglesia es un cuerpo diverso, sostenido por la solidaridad y la colaboración.
Durante la colecta se recaudó el equivalente a 30 kilos de alimentos para la campaña de emergencia alimentaria de la Fundación. El director de Hora de Obrar, Nicolás Rosenthal agradeció el gesto y expresó: “Es testimonio de la gran solidaridad de circula en estas comunidades comprometidas”.
Tras el culto, la comunidad se trasladó en procesión al salón de actos, donde cada congregación y organización invitada presentó su propio stand: espacios llenos de historia, fotos, símbolos, comidas típicas y actividades que muestran la vida activa y comprometida de las iglesias.
El almuerzo ofreció un delicioso cerdo con mandioca, que fue compartido con entusiasmo por todas las personas presentes. La tarde continuó con juegos, dinámicas grupales y un espacio de reflexión sobre los ejes fundamentales de la IERP: ser una iglesia evangélica, profética, diacónica e inclusiva.
Esta celebración fue especialmente significativa, ya que se trató del primer gran encuentro distrital desde la conmemoración de los 500 años de la Reforma. Un reencuentro esperado, necesario y profundamente emotivo.
La Fundación Hora de Obrar finalizó una nueva etapa del acompañamiento a las familias afectadas por las inundaciones ocurridas en marzo. Muchas aún cocinan a leña, no cuentan con acceso a agua potable y enfrentan condiciones habitacionales precarias.
Durante los días 18 y 19 de julio se entregaron 230 frazadas de una y dos plazas , beneficiando directamente a 115 familias, gracias a las donaciones recibidas para la campaña de emergencia impulsada por Hora de Obrar y la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
Nicolás Rosenthal, director de Hora de Obrar reiteró el agradecimiento a todas las personas y organizaciones involucradas en esta acción solidaria: “Desde los voluntarios y voluntarias de las iglesias locales en Bahía, que hicieron un trabajo fundamental con la logística y la comunicación, las personas en la iglesia que hicieron su donación y difundieron la campaña, hasta el equipo técnico liderado por el experto en gestión de riesgos y desastres, Lic Jorge Fernández, vaya nuestro más sentido agradecimiento”.
La acción tuvo lugar en el Centro Comunitario Villa Talleres, un espacio que fue central en el acompañamiento de las familias desde el inicio de la emergencia. Allí se concentró la entrega de frazadas y el encuentro con vecinas y vecinos, en una jornada marcada por la escucha. Es que la situación en el barrio sigue siendo crítica: muchas familias aún cocinan a leña, no cuentan con acceso a agua potable y enfrentan condiciones habitacionales precarias que se agravaron tras las inundaciones. En ese contexto, el abrigo entregado no fue solo un recurso material, sino también un gesto de cuidado y contención en medio de una realidad que todavía duele y exige respuestas integrales.
Con esta acción termina la etapa de distribución de elementos básicos iniciada en abril, cuando, con el apoyo del Foro ACT Alianza Argentina, la Fundación Hora de Obrar y CREAS entregaron 300 kits de limpieza, materiales eléctricos y de purificación de agua, alcanzando a 946 personas en cuatro barrios bahienses. También se realizaron talleres psicosociales para voluntarios y voluntarias durante la Semana Santa.
Pero el acompañamiento no concluye aún: en los próximos meses se llevarán a cabo nuevos encuentros de apoyo psicosocial con las familias del barrio Villa Talleres, para seguir fortaleciendo desde la escucha, la fe y el cuidado emocional.
Este trabajo sigue siendo posible gracias a una red articulada de iglesias locales, organizaciones aliadas y personas que sostienen este compromiso con sus donaciones.
En la apertura del Segundo Encuentro Sinodal, más de 120 mujeres de Argentina, Uruguay y Paraguay alzaron su voz contra las violencias que persisten en la sociedad y también dentro de las comunidades de fe. Un llamado a sanar, transformar y no callar.
El Instituto Línea Cuchilla en Ruiz de Montoya, se llenó de voces y abrazos al ritmo del reencuentro. Desde los siete distritos de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, más de 120 mujeres de Argentina, Uruguay y Paraguay comenzaron a llegar desde temprano para dar inicio al Segundo Encuentro Sinodal de Mujeres de la IERP, un espacio de espiritualidad y compromiso con la justicia de género.
Laprimera jornada cerró con un devocional en el que se conmemoró el Jueves de Negro, una campaña global del Consejo Mundial de Iglesias que denuncia la violencia sexual y de género y convoca a resistir desde la fe, la memoria y el compromiso activo.
La coordinadora de la CoProMu, Eduvigen Schebela, abrió el devocional con palabras de aliento: “Nos reunimos como hijas de Dios para reafirmar nuestro compromiso y esperanza en la construcción de un mundo más justo, seguro y libre de violencia”.
El Salmo 65 fue proclamado como una afirmación de fe en un Dios que responde “con prodigios de justicia”. Así, la pastora Cristina La Motte compartió la reflexión sobre un Dios que no se desentiende del clamor del pueblo, que escucha la oración y riega la tierra con abundancia: “Las colinas se adornan de alegría; las praderas se visten de rebaños y los valles se cubren de trigales entre gritos de júbilo, y canciones”.
A continuación, la pastora Estela Andersen compartió la reflexión central del devocional: la historia de Tamar, narrada en 2 Samuel 13. El relato crudo de la violación de Tamar por parte de su hermano Amnón abrió un espacio de silencio denso, de esos que hablan por sí mismos. “La violencia contra la mujer ha permanecido en silencio por siglos”. Pero en el relato bíblico, como en la vida, el silencio no es sinónimo de olvido. “Ella se fue gritando”, se remarcó. Tamar rompe el vestido y se cubre con ceniza.
Su dolor hizo público lo que se pretendía encerrar con llaves. A lo largo del análisis, surgieron preguntas inquietantes: ¿cuántas mujeres, como Tamar, son obligadas al silencio? ¿Cuántas veces el sistema, la familia o incluso nuestras iglesias han cerrado la puerta tras ellas? “No digas nada”, le dijo Absalón a su hermana. David, el rey, “a pesar de enojarse mucho, no actuó”. La indiferencia de los poderosos también es violencia.
Loriane Pereyra fue la encargada de guiar la oración comunitaria y sus palabras resonaron con fuerza en el corazón del auditorio: “Clamamos por la erradicación de todo tipo de violencia contra las mujeres en nuestras iglesias y en nuestra sociedad”, y también: “Danos la valentía para alzar nuestras voces contra la injusticia y para trabajar incansablemente por un mundo donde todas las personas, sin importar su género, puedan vivir con dignidad, respeto y oportunidades iguales.”
La campaña Jueves de Negro, impulsada por el Consejo Mundial de Iglesias, bebe de múltiples fuentes de resistencia: las Madres de Plaza de Mayo en Argentina, las Mujeres de Negro en Medio Oriente, las luchas de mujeres en Bosnia, Ruanda y Sudáfrica. Y ahora también, de las mariposas que volaron este jueves en Ruiz de Montoya.
El gesto litúrgico fue tan sencillo como poderoso: cada mujer fue invitada a depositar simbólicamente en un capullo sus dolores, experiencias o duelos, y a prenderse una mariposa negra, símbolo de resiliencia, libertad y transformación. En este acto, el dolor no quedó encerrado: se transformó en memoria visible, en fuerza compartida.
La bendición franciscana, leída por Deborah Cirigliano Heffel, cerró el devocional con palabras que conmueven y empujan a actuar: “Que Dios te bendiga con la ira frente a la injusticia, la opresión y la explotación de la gente, para que puedas trabajar por la justicia, la libertad y la paz (…) Y que Dios te bendiga con suficiente locura, para creer que tú puedes hacer una diferencia en este mundo, para que tú puedas hacer lo que otros proclaman que es imposible.”
Así terminó la primera noche del encuentro: con las mariposas revoloteando en el pecho, la Palabra latiendo en el cuerpo y el compromiso renovado en cada paso. La jornada siguiente traería talleres, más devocionales y aprendizajes colectivos. El espíritu está encendido y como decía el canto que acompañó el final: “Yo soy quien te manda: no temas, camina conmigo.”
Leonardo Schindler, pastor presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, llama a sumarse a la campaña de emergencia alimentaria.
Durante su reciente visita al Centro de Día Arcángel Gabriel, de la Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires (CEABA), el pastor presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), Leonardo Schindler, invitó a los hermanos y hermanas de la iglesia a ser parte de una acción concreta: la campaña de emergencia alimentaria impulsada por la Fundación Hora de Obrar.
“´Cristo dijo ´yo soy el pan que da vida´”, expresó el pastor Schindler y agregó: “Que esté faltando el pan en las mesas de los hogares es una señal del pecado de este mundo.”
En este sentido se refirió a las causas estructurales de esta injusticia: “Necesitamos de una transformación a nivel espiritual, pero también transformaciones sociales: justicia social, otras condiciones económicas, más trabajo y una mayor redistribución de la riqueza” .
Con estas palabras, el pastor presidente recordó que la fe se vive también en el compromiso con la justicia. Por eso, hizo un llamado urgente: “Hay una realidad que no puede esperar, que es el hambre”.
Con esta acción la Fundación Hora de Obrar busca brindar alimentación a más de 1000 personas de 14 centros de día. “Damos de las muchas cosas que el Señor nos da cada día a cada uno de nosotros y de nosotras”, invitó Schindler.