Sin cuidado avanza la política del desamparo

En los primeros seis meses de gestión el gobierno argentino desmanteló 24 políticas públicas de cuidado y otras 16 están en riesgo. Lo revela un informe intersectorial del CELS, organizaciones sociales, de derechos humanos, iglesias, sindicatos y fuerzas políticas. “La subejecución y el vaciamiento de los programas implican el retiro del Estado para quienes más lo necesitan”.
Fotografía: La Tinta. Feminismo y Olla Popular.
Fotografía: La Tinta. Feminismo y Olla Popular.

Por: Mariana Malgay

En junio se publicó el segundo informe de la mesa intersectorial “la cocina de los cuidados”, que da seguimiento y produce información sobre las medidas del gobierno en el campo de los cuidados.

Entre los principales emergentes del segundo trimestre de 2024 el estudio revela que, de 47 políticas de cuidados relevadas, se derogaron o desmantelaron 24, hay 16 en peligro y sólo 7 están vigentes. Las niñeces, personas mayores, personas con discapacidad, mujeres y diversidades son los grupos más desamparados ante el retiro del Estado.

Los gastos totales “acumulados a mayo cayeron 27%” en relación a 2023. Lo único que el gobierno de Milei no recorta es el pago de intereses de deuda que “creció 1,5% interanual”. Mientras tanto, las jubilaciones “disminuyeron 25,8% y explican 9 puntos de la reducción del gasto”. La caída del salario real y la recesión ya se sienten: “A los últimos datos oficiales de pobreza –que señalan 41% para el segundo semestre de 2023– puede proyectarse una suba en línea con lo observado por la UCA (del 44% al 55%)”, alerta el informe.

Por otro lado, indica que “el gobierno deja en pie sólo las políticas de transferencia de ingresos directa”, que “aunque son necesarias” “no resuelven las problemáticas, no mitigan los efectos de la recesión en el mundo laboral y no alcanzan para rebatir los efectos del retiro del Estado –y su apoyo a las organizaciones– en los territorios.” Entre estas políticas se encuentran la asignación universal por hijo, que se incrementó, y las asignaciones por la “ley de los 1000 días” que apunta a proteger la primera infancia, y está subejecutada.

El Estado se retira del territorio con el cierre de representaciones federales como “Centros de Desarrollo Territorial, los Centros de Acceso a la Justicia, las delegaciones del programa Acercar Derechos (Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género), ANDIS (Agencia Nacional de Discapacidad) y PAMI, los equipos del plan ENIA”.

El monitoreo destaca que “con el cierre del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, el desarme de las políticas contra la violencia de género y la propuesta de desandar la moratoria en la Ley Bases, el gobierno instaló un clima de negación de las probadas desigualdades sociales en razón del género”. Este informe pone el foco en las trabajadoras de casas particulares y las cuidadoras comunitarias: “Al contexto de falta de provisión de alimentos y subsidios de mantenimiento a comedores, se suma la pérdida del poder adquisitivo de la prestación del Potenciar”, el programa que brindaba medio salario mínimo a trabajadores y trabajadoras de la economía popular.

En este escenario de desampaño, las organizaciones y movimientos sociales están siendo atacadas “por varias vías –judicial, represivo, mediático, normativo y económico” y esto “obstaculiza” la primera respuesta en territorio porque son ellas las que proveen educación, alimento, acceso a la salud y protección a las personas más vulneradas.

Cada tres meses, la cocina elabora una base de información dinámica y colaborativa que registra y sistematiza el impacto de los cambios en las principales políticas que se habían logrado para avanzar hacia una organización social de los cuidados más justa e igualitaria.

Informe disponible en:
https://www.cels.org.ar/web/wp-content/uploads/2024/06/La-cocina-de-los-cuidados-2-24JUN.pdf

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1 femicidio cada 24 horas en Argentina: seguimos diciendo Ni Una Menos

Este 3 de junio las calles argentinas se llenan de voces que claman por justicia, igualdad y derechos para las mujeres y diversidades. A nueve años de la primera movilización contra los femicidios, la violencia de género y la falta de políticas públicas efectivas continúan afectando gravemente a las mujeres y diversidades en el país.

Entre el 1° de enero y el 31 de mayo de este año hubo 127 víctimas de violencia machista, según el Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, que dirige La Casa del Encuentro. 56% de los agresores eran parejas y ex parejas. Como resultado, 124 niñas y niños quedaron sin madre. Tristemente, como se demuestra informe tras informe, el lugar más inseguro para las mujeres es su hogar.

Entre las víctimas se cuenta el crimen de odio cometido en Barracas contra Pamela, Mercedes y Andrea por ser lesbianas, y los ataques sistemáticos contra personas trans. Estos hechos evidencian la falta de políticas públicas efectivas para proteger a las personas más vulneradas de nuestra sociedad.

El contexto socioeconómico y las políticas públicas promovidas desde el estado también afectan gravemente los derechos de las mujeres. Estas normativas no solo buscan desmantelar derechos laborales, sino que también eliminan la moratoria para las jubilaciones de amas de casa, dejando a millones de mujeres que han trabajado toda su vida sin la posibilidad de una jubilación digna. Asimismo, la proliferación de discursos de odio, promovida desde las más altas esferas, no hace más que empeorar la situación.

Dos de cada tres personas en situación de pobreza son mujeres, que también son jefas de hogar y madres. Así, las mujeres son las más perjudicadas por la emergencia alimentaria que atraviesa el país. Las ollas populares y comedores comunitarios, gestionados en su mayoría por mujeres, están siendo desbordados por la demanda mientras enfrentan el desabastecimiento de alimentos.

En este contexto, los programas que educan y acompañan a niños, niñas y jóvenes en el marco de sus derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos, se encuentran desfinanciados. El Plan ENIA (Plan de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia), fundamental para la salud y el futuro de niñas y adolescentes, que demostró ser altamente efectivo en la reducción de la tasa de fecundidad adolescente, ha visto recortado su presupuesto y personal, poniendo en riesgo décadas de avances en salud sexual y reproductiva.

Lo mismo sucede con los programas de formación docente para la educación sexual integral. El 80% de los niños, niñas y adolescentes que denunciaron abusos lo hicieron después de tener una clase de ESI en la escuela, por lo que su retroceso en términos de aplicación y financiamiento plantea una amenaza para el pleno desarrollo de niños, niñas y adolescentes.

Desde la Fundación Protestante Hora de Obrar vemos estas señales con preocupación. El odio no cabe en la pedagogía de Jesús. Excluir y convertir al prójimo o la prójima en una abominación asesinable no es el plan de Dios. Por el contrario, Jesús nos convoca a la ternura, a la inclusión, al amor. La sociedad que somos llamados a construir cristianos y cristianas es una de relaciones equitativas, justas, horizontales, entre iguales, donde prime el amor y el respeto, sin ningún tipo de discriminación. Una sociedad donde el estado tiene un rol indelegable que cumplir como garante de derechos. Por eso, así como las mujeres fueron las primeras en dar testimonio de la fuerza de la vida del Jesús resucitado, así también nos unimos a miles y miles que reclaman nuevamente NI UNA MENOS.

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En la ONU, SEDi participó de la Comisión sobre Población y Desarrollo

Cuál fue el aporte junto a la delegación de ACT Alianza, a treinta años de la histórica Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, en que los liderazgos mundiales acordaron tomar medidas para poner los derechos humanos, incluidos los derechos y la salud sexual y reproductiva, en el centro del desarrollo sostenible.

Pilar Cancelo, Directora ejecutiva del Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi) integró la delegación de ACT Alianza que participó del 57° período de sesiones de la Comisión de Población y Desarrollo (CPD) entre el 29 de abril y el 3 de mayo en la ciudad de Nueva York.

Cancelo fue la encargada de dar lectura a la declaración de la Alianza que ratificó el papel transformador de las organizaciones basadas en la fe para eliminar toda forma de violencia contra mujeres y niñas.

En este periodo de sesiones se celebró el 30° aniversario de la adopción del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), celebrada en El Cairo (Egipto) en 1994. Fue una oportunidad para debatir cómo ha cambiado el mundo desde entonces con el cambio climático, las pandemias, la inestabilidad económica y la desigualdad, y delinear una agenda futura.

En la actualidad la humanidad es más sana y feliz, también la maternidad es más segura y las personas viven más. Sin embargo los avances se dieron de forma lenta y desigual: la vida de las personas con mejor acceso de recursos y derechos ha mejorado mientras que miles de personas que viven en la pobreza, sufren discriminación o violencia, quedaron excluídas.

“El rápido crecimiento demográfico sigue siendo un reto para nuestros países, que suelen carecer de recursos suficientes para invertir en salud, educación y empleo decente, avanzar hacia sistemas económicos sostenibles, disminuir desigualdades y garantizar todos los derechos.”, comentó Pilar: “Por otro lado, cada vez son más los países que tienen niveles avanzados de envejecimiento de la población y se crea la necesidad de sistemas sostenibles de cuidados a largo plazo y protección social”
Es por eso que se necesita una mayor voluntad política e inversión para que las vidas de mujeres, las niñas y personas pobres puedan ser más sanas y felices.

Declaración de ACT Alianza en la 57° CDP

ACT Alianza es una coalición de 150 actores religiosos que trabajan en más de 125 países. Estamos motivados por la fe, basados en los derechos humanos y liderados localmente, y estamos comprometidos a trabajar por la justicia de género, incluida la salud y los derechos sexuales y reproductivos.

La persistencia de las desigualdades de género y la discriminación contra las mujeres y las niñas, el escaso compromiso político, la insuficiencia de recursos y las normas patriarcales de género obstaculizan el progreso hacia el logro de la aplicación del Programa de Acción de la CIPD.

El 84% de la población mundial se identifica con un grupo religioso, y los actores religiosos siguen teniendo un poderoso alcance en la vida de las personas. En algunos países, los actores religiosos proporcionan una parte esencial de los servicios de salud de su país, a menudo en zonas rurales y remotas, donde el sistema público de atención de la salud a veces es inexistente o débil. A veces, los actores religiosos son los únicos proveedores de atención médica y, por lo tanto, son partes interesadas fundamentales para participar en el avance de la salud y los derechos sexuales y reproductivos.

La fe, en su dimensión de gracia, no puede ser instrumentalizada con fines de subordinación y reducción de la autonomía corporal, sino que es un don liberador de Dios que permite a las mujeres y a las niñas en toda su diversidad ejercer plenamente los derechos humanos.

En este 30º aniversario del Programa de Acción de la CIPD, lamentamos que el progreso hacia el logro de la implementación sea demasiado lento, desigual y carente de recursos.

Instamos a todos los Estados Miembros a que:

  1. Aplicar plenamente el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo y sus exámenes subsiguientes, sin regresión ni excepción.
  2. Cumplir los compromisos contraídos anteriormente en el Programa de Acción y en las declaraciones posteriores, incluidos los compromisos contraídos en la Cumbre de Nairobi. Esto incluye la no regresión en el lenguaje previamente acordado, incluida la referencia a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos.
  3. Establecer mecanismos sólidos de rendición de cuentas para supervisar y exigir a los Estados Miembros y a la sociedad civil, incluidos los agentes religiosos, la aplicación de las leyes, políticas y programas que garanticen la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
  4. Asociarse con actores religiosos, que afirman los derechos humanos, para promover la justicia de género y transformar las normas sociales, que a menudo actúan como una barrera para la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
  5. Invertir en la seguridad y protección de los defensores de los derechos humanos, incluidos los actores religiosos, que promueven la salud y los derechos sexuales y reproductivos en contextos a menudo difíciles.

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Hora de Obrar presente en la Conferencia de la Mujer de la ONU

Estados miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a reforzar la financiación para erradicar la pobreza de las mujeres y las niñas. Cómo fue la participación de la delegación de ACT Alianza que integró la fundación.

Luego de dos semanas intensas de negociaciones en las oficinas de Naciones Unidas en Nueva York, los estados miembros finalmente acordaron un documento que los compromete a acelerar el logro de la igualdad de género y terminar con la pobreza de mujeres y niñas.

“Fueron discusiones a contrarreloj con el riesgo cada vez más intenso de no llegar a un acuerdo”, detalló Mariana Malgay, coordinadora de comunicación de Hora de Obrar, que participó de la primera semana de la 68ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW68), como integrante de la comunidad de práctica para la justicia de género de América latina y el Caribe de ACT.

“En esta CSW para nosotras fue importante traer a la discusión el tema del financiamiento, particularmente, desde los países en desarrollo y demandar justicia y corresponsabilidad a los gobiernos más ricos, porque esa riqueza la generan con un modelo extractivista de nuestros recursos”, comentó Malgay.

“En este sentido, es clave descolonizar la cooperación internacional. ¿Qué quiere decir esto? Por ejemplo, que los criterios para armar un proyecto de desarrollo sean los de las comunidades locales, que se flexibilicen los niveles de burocracia y que se apoyen proyectos a largo plazo que permitan transformaciones más profundas”, explicó. Este aspecto también se reflejó en las recomendaciones acordadas: implicar y financiar a las organizaciones de mujeres para hacer frente a la pobreza.

El documento acordado reconoce que la arquitectura financiera internacional no es adecuada para un mundo en crisis y pide reformas que permitan a los países movilizar e invertir recursos para la igualdad de género: aliviar las deudas, regímenes fiscales progresivos y garantizar recursos públicos para las necesidades y los derechos de las mujeres y las niñas.

“Desde América latina se impulsa hace muchos años una agenda, con aportes de los movimientos de mujeres y feministas, para avanzar hacia una sociedad del cuidado. Esto quiere decir que empecemos a entender el cuidado como derecho, como necesidad y como trabajo. Y esto afecta principalmente los proyectos de vida de las mujeres y las niñas”, puntualizó.

“Por otro lado también como organizaciones de fe tenemos un rol que se vuelve cada vez más importante, que tiene que ver con visibilizar, argumentar y hacer incidencia desde una perspectiva de fe y de derechos, como dos dimensiones que no se contraponen. Esto es crucial porque hay Estados y coaliciones de Estados que instrumentalizan los textos sagrados, también en los ámbitos de la ONU, para impedir que las mujeres y las niñas tengan mejores posibilidades de desarrollo”, explicó.

En esta línea destacó el trabajo que viene haciendo Hora de Obrar junto a la comunidad de práctica de género de ACT: “Hay que trabajar en territorio junto a las más vulnerables primero y también hay que aprovechar este tipo de oportunidades como la CSW para dialogar con gobiernos, como nos tocó a nosotras, y llamar la atención a esos funcionarios y funcionarias que toman decisiones sobre nuestras vidas, muchas veces con comodidad y tranquilidad e incluso falta de evidencia y compromiso”, concluyó.

La CSW68 es el mayor encuentro de las Naciones Unidas sobre igualdad de género. Reunió a líderes mundiales -incluyendo dos jefaturas de Estado, tres figuras vicepresidenciales y más de 100 representantes ministeriales- y a 4.800 miembros de organizaciones de la sociedad civil, lo que supuso la segunda mayor asistencia de la historia de la CSW.

Organizaciones de fe de la Alianza ACT se han asociado con gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, expertas y defensoras de todo el mundo para amplificar llamados colectivos para avanzar en la justicia de género.

Más de 30 miembros de ACT asistieron y abogaron activamente en CSW68.

  • Coorganizaron 4 eventos paralelos sobre reacciones/revoluciones de financiamiento, justicia climática/de género, igualdad en la ley familiar y trabajo de cuidado no remunerado.
  • Coorganizaron 4 eventos en paralelo sobre el «Movable Middle» (el centro móvil), justicia fiscal, justicia económica feminista y mujeres en migración.
  • Coorganizaron 1 mesa redonda privada sobre fe, y género, paz y seguridad.
  • Se asociaron con 7 gobiernos y 2 agencias de la ONU en diferentes eventos paralelos.
  • Produjeron aportes escritos y análisis sobre 3 borradores de conclusiones acordadas.
  • Concretaron 4 reuniones bilaterales y contribuyeron a otras 4 reuniones bilaterales.
  • 4 miembros de ACT contribuyeron a sus delegaciones nacionales en CSW68.
  • Pronunciaron 2 declaraciones (orales y escritas) en CSW68.
  • Realizaron 1 taller presencial, 4 seminarios web virtuales y 2 círculos de conversación para preparar su participación colectiva basada en la fe para avanzar en la justicia de género y contrarrestar reacciones, en #ElCaminoHaciaLaIgualdad.

*ACT Alianza es una red global de más de 130 iglesias y organizaciones basadas en la fe que trabajan juntas en más de 120 países para crear cambios positivos y sostenibles en la vida de las personas pobres y marginadas, independientemente de su religión, política, género, orientación sexual, raza o nacionalidad.

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El 8 de marzo: Mujeres movilizadas por el derecho a una vida digna

Una oportunidad para denunciar las injusticias que aún enfrentan las mujeres: la violencia, la desigualdad salarial, la sobrecarga en tareas de cuidados, la falta de acceso a la tierra y las consecuencias del trabajo precario y el desempleo. Miles de mujeres, trabajadoras, madres, jubiladas, productoras de la tierra y cuidadoras, se movilizan por su derecho a una vida digna.

En la actualidad, la región enfrenta dificultades de diversa índole, con una fuerte agenda regresiva y fundamentalista que impacta directamente en los derechos humanos, y especialmente en los derechos de las mujeres. La creciente violencia y una realidad económica apremiante, marcada por la alta inflación y el aumento de la pobreza, afectan en mayor medida a mujeres y niñas en Argentina.

Un informe realizado en 2023 por el ex Ministerio de la Mujer en Argentina destaca que las mujeres ganan, en promedio, un 28,1 % menos que los varones; los sectores de menores ingresos están compuestos casi en un 64% por mujeres; y las mujeres están más expuestas a trabajos informales que vulneran sus derechos laborales. Esto sumado a una carga desproporcionada de responsabilidades domésticas y de cuidado tanto en sus familias como para con sus comunidades, siendo principalmente mujeres quienes llevan adelante las crecientes ollas populares en los barrios populares.

En este sentido, resulta crucial reconocer que la feminización de la pobreza es una característica estructural que en este contexto se ve exacerbada y que requiere un abordaje integral para su erradicación. En este contexto, es imperativo un esfuerzo conjunto de gobiernos, empresas, sociedad civil y organizaciones sociales y basadas en la fe para promover la igualdad de género y velar por un Estado que garantice los derechos para todas las personas.

La Alianza ACT destaca el papel crucial de los actores religiosos como agentes de cambio en esta lucha. “Los actores religiosos están arraigados en las comunidades que sirven y pueden desempeñar un papel fundamental en la promoción de la igualdad y la justicia de género” destacan en su declaración camino a la CSW68*. A través de alianzas estratégicas, pueden acelerar la acción por la justicia de género, transformando normas sociales y reformando leyes para promover la igualdad.

Por otra parte, la ONU Mujeres destaca este año en sus comunicados, la importancia de que los organismos de cooperación financien proyectos dirigidos específicamente a abordar las necesidades y desafíos que enfrentan las mujeres en América Latina. Estos proyectos deben enfocarse en mejorar el acceso de las mujeres a la educación, el empleo digno, la propiedad y los servicios financieros, así como en promover la igualdad de género en todos los aspectos de la vida.

El 8 de Marzo representa una oportunidad para denunciar las persistentes desigualdades y reafirmar el compromiso con la lucha por la igualdad y la justicia de género, trabajando incansablemente para transformar la sociedad en un lugar más equitativo y justo para todas las personas.


*La Alianza ACT es una coalición mundial basada en la fe y los derechos con más de 145 miembros que trabajan en 120 países. Promovemos un enfoque coordinado y dirigido localmente para la promoción, el desarrollo humanitario y sostenible, que incluye la promoción de la justicia de género en todos los niveles. Tenemos más de 30 miembros que participan colectivamente en #CSW68. Fundada en 1946, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, también conocida como CSW, es el mayor órgano para la formulación de políticas a nivel mundial dedicado exclusivamente a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. ONU Mujeres, como la Secretaría de la Comisión, respalda todos los aspectos del trabajo que ésta realiza.

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«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen» Lc 11,28

Un aspecto curioso de los evangelios es ver cómo a medida que se avanza en la lectura de los textos, van cambiando los roles de los varones y las mujeres.

A medida que Jesús va desarrollando el ministerio se va sumando todo un grupo de mujeres al movimiento. Estas mujeres organizan, gestionan y sostienen el ministerio de Jesús, incluso aún después de su muerte. A partir de la condena de Jesús el movimiento comienza a ser perseguido y se disgrega. Los evangelios cuentan que los varones se ocultan, desconocen y niegan a Jesús, se vuelven a sus pueblos. Jesús venía advirtiéndoles esto a los discípulos desde un principio. Sin embargo, las que van a seguir organizadas acompañando a Jesús son las mujeres, quizá incluso para sorpresa del propio Jesús.

Los evangelios no mencionan por igual a mujeres y hombres. Las mujeres generalmente están incluidas en lo que los textos llaman la gente o el pueblo. El contexto patriarcal y algunas de nuestras traducciones no ayudan mucho en este sentido. Sin embargo, los textos hablan de un gran acompañamiento del pueblo en apoyo a Jesús, y esto le va a llamar la atención de las autoridades. Esta movilización pública de las mujeres, incluso vitoreando a viva voz a Jesús, contrasta fuertemente con el miedo e incluso la traición de los varones del movimiento. Jesús les reconoce su compromiso e insiste que bienaventuradas son aquellas personas que escuchan su palabra y la ponen en práctica (Lucas 11,27-28).

En este contexto, no debiera ser motivo de sorpresa que las primeras en ser testigos y voceras privilegiadas de Jesús resucitado sean las mujeres. Ellas están desde un principio hasta el final, incluso después también. Las mujeres van a estar siempre organizadas y movilizadas en las casas, en las plazas y en las calles defendiendo este evangelio de la igualdad y del cuidado de toda la creación por igual, sobre todo, apoyando a las personas más vulnerables, entre ellas, muchas mujeres e infancias.

En tiempos de cuaresma, y próximos a semana santa, estos aspectos de los evangelios nos llaman a la reflexión. Es interesante ver el protagonismo y la incidencia de los varones compañeros de Jesús al comienzo de los evangelios y cómo esto se diluye hacia el final en los relatos de la pasión, en los momentos más duros, mientras ganan voz y protagonismo las mujeres. Según el libro de los hechos, la diaconía va a comenzar con las mujeres y entre mujeres, por demanda y necesidad de las mujeres. Pablo mismo reconoce el rol fundamental de las mujeres para la organización de las comunidades de fe y para el trabajo de toda la iglesia en sus comienzos.

En diferentes países del mundo actualmente las organizaciones de mujeres son los pocos colectivos que están revitalizando las democracias y la participación social en defensa de los derechos de todas las personas. Los liderazgos de los varones están debilitados, en la mayoría de los casos por gestiones públicas fuertemente cuestionadas. En nuestros contextos, nuevamente son las mujeres las que están dejando en evidencia los límites del patriarcado y la necesidad evidente de nuevos sueños y nuevas esperanzas para nuestras sociedades.

Este 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, es una oportunidad para que los hombres nos cuestionemos sobre nuestra responsabilidad en la lucha por la igualdad de género y la búsqueda del bien común. ¿Por qué nos resulta tan difícil pensar y actuar de manera colectiva y equitativa? El evangelio de Jesús nos confronta con nuestras propias contradicciones y resistencias, pero también nos ofrece la posibilidad de transformación y redención.

En última instancia, el mensaje de Jesús desafía nuestras percepciones de género, nuestras identidades arraigadas y nuestras estructuras de poder. Su llamado a la inclusión, la justicia y el amor nos impulsa a superar nuestras limitaciones y a trabajar juntos por un mundo más justo y compasivo. En este sentido, las mujeres, desde los tiempos de Jesús hasta nuestros días, continúan siendo líderes y modelos de fe, inspirándonos a seguir adelante en la construcción de una sociedad justa, equitativa y solidaria.

Jorge Weishein

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Inversión para las mujeres: la agenda de las organizaciones de fe en la 68 CSW

La Alianza ACT y la Federación Luterana Mundial aportaron una declaración a los Estados miembro de Naciones Unidas de cara a la Conferencia del Estatus Jurídico de la Mujer. Allí se definen los estándares globales para alcanzar la igualdad de género y Hora de Obrar estará presente.

Imagen: ONU Mujeres

Qué es la CSW

La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW por sus siglas en inglés) es el principal órgano intergubernamental de la ONU para la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Cada año, la CSW documenta la realidad que viven las mujeres en todo el mundo y se acuerdan estándares para lograr la igualdad de género. Durante las sesiones participan los Estados miembro de la ONU, organizaciones de la sociedad civil (entre ellas organizaciones basadas en la fe acreditadas, como ACT Alianza*y entidades de Naciones Unidas.

El tema prioritario de 2024 es “Acelerar el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas abordando la pobreza y fortaleciendo las instituciones y la financiación con perspectiva de género”.

Por qué y para qué participa ACT (y la Fundación Hora de Obrar) en la CSW

ACT participa de la CSW para facilitar la participación de actores religiosos en negociaciones con una perspectiva basada en fe y derechos y conectar el ámbito local con el global. 

Así busca influir en las organizaciones responsables (estatales y religiosas) para acelerar el empoderamiento de mujeres y niñas y el financiamiento con perspectiva de género, señalando éxitos y desafíos. 

Esta agenda busca fortalecer alianzas entre actores religiosos y seculares, promover una mirada donde religión e igualdad de género son compatibles y contrarrestar los retrocesos en materia de justicia de género.

Por su parte, Hora de Obrar, como miembro de la Alianza participa de la comunidad de práctica para la justicia de género de América latina y el Caribe en estrecha colaboración con el Programa Global de Género de ACT. Es por eso que integrará la delegación sumamente diversa junto a personas de iglesias y organizaciones de fe de otros continentes.

Qué piden las organizaciones de fe a los Estados

ACT, la FLM y otras iglesias y organizaciones de fe llaman a los Estados a que “transformen los modelos económicos, refuercen los marcos políticos y amplíen la financiación para la igualdad de género”. 

También asumen la responsabilidad de “establecer y modelos justos, y cambiar las narrativas y las normas” en las comunidades religiosas, dado que “reconocemos que los discursos religiosos se han utilizado para justificar las desigualdades de género y la violencia económica, y para promover sistemas patriarcales y normas de género.”

Por último la declaración cierra con recomendaciones a los Estados, entre ellas:

  • diversificar y ampliar el financiamiento, que sea a largo plazo, flexible y liderado localmente
  • integrar explícitamente el abordaje de las desigualdades de género en el financiamiento para el desarrollo sostenible, y
  • promover políticas que aborden normas discriminatorias y estereotipos de género.

El posicionamiento original es público en este enlace (inglés)

*ACT Alianza es una red global de más de 130 iglesias y organizaciones basadas en la fe que trabajan juntas en más de 120 países para crear cambios positivos y sostenibles en la vida de las personas pobres y marginadas, independientemente de su religión, política, género, orientación sexual, raza o nacionalidad.

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Experiencias para armar: Manual para talleres en salud sexual y reproductiva (2018)

Este Manual de herramientas lúdicas y didácticas para la realización de talleres en salud sexual y salud reproductiva está pensando para el trabajo con población adolescente en escuelas, instituciones de salud y organizaciones de la sociedad civil. También puede ser utilizado con población adulta en distintos contextos. El mismo tiene como objetivo el desarrollo de acciones de promoción de la salud para garantizar el ejercicio de los derechos sexuales y de los derechos reproductivos de todas las personas. Autoría: Dirección de Salud Sexual y Reproductiva. Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación.

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38 mujeres rurales capacitadas en gestión de riesgos y emergencias en Paraguay

Los comités de mujeres de Raúl Peña concluyeron el año 2023 con una celebración en la que presentaron las actividades impulsadas junto a SEDi y Hora de Obrar. Se entregaron certificados luego de los talleres comunitarios de análisis de riesgos y plantines para reforestar.

Más de 75 mujeres de 14 comités se reunieron a celebrar el trabajo colectivo el pasado 16 de diciembre en la localidad paraguaya de Raúl Peña. Durante el encuentro la Fundación Hora de Obrar, SEDi y las mujeres presentaron las actividades y procesos de capacitación en los que participaron a lo largo del año.

Entre ellos se llevaron a cabo dos talleres sobre análisis de riesgos a nivel comunitario donde las participantes identificaron amenazas, vulnerabilidades y elaboraron mapas de riesgos de sus barrios. El objetivo es fortalecer las capacidades de prevención y respuesta frente a emergencias climáticas.

Los trabajos fueron exhibidos durante el evento, donde además se entregaron 38 certificados a las mujeres que participaron de los talleres, destacando su compromiso con la seguridad y el bienestar de sus comunidades.

También se compartió información sobre el programa de reforestación de Hora de Obrar, y se distribuyeron 110 plantines, reflejando el compromiso de la fundación con la sostenibilidad ambiental y la promoción de prácticas ecológicas.

El intendente de Raúl Peña, bomberos, una concejala y miembros de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, incluyendo al presidente de la Congregación evangélica Ñacunday Sur, y el lector Sebaldt Dietze, compartieron el compromiso con la comunidad con las obras realizadas junto a las mujeres.

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