El curso virtual llegó a 350 educadores y educadoras misioneras y se complementó con una jornada presencial en Ruiz de Montoya.
La Fundación Hora de Obrar cooperó con la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) en una nueva edición del curso de formación docente “Enseñar desde un enfoque integral de salud. Propuestas para pensar el aula”, que promueve una Educación Sexual Integral (ESI) con enfoque intercultural y territorial.
La capacitación, impulsada por el Área de Formación Docente Continua de la UNaM, contó con 350 docentes inscriptos e inscriptas de nivel primario y secundario, de modalidad común e intercultural bilingüe (EIB). La Dra.Guillermina Pascolini y el Mg. Juan Pablo Espinosa de la Fundación Hora de Obrar, tuvieron a su cargo el módulo de salud integral y la moderación y tutoría del espacio presencial respectivamente.
Como complemento Hora de Obrar organizó un encuentro presencial en Ruiz de Montoya, en el salón de la Reforma de la Iglesia Evangélica Suiza, que permitió profundizar los temas trabajados y promover el diálogo entre educadores y educadoras de distintas realidades.
“Cuando hablamos de interculturalidad no solamente hablamos del trabajo con el pueblo mbya, sino también con escuelas de frontera. Salió a la luz una gran necesidad de abordar estos temas desde nuestras propias vivencias, con nuestra propia historia en contextos completamente diferentes a los nuestros”, señaló Laura Gómez, codirectora del proyecto de Fortalecimiento mbya de la Fundación Hora de Obrar.
La Mg. Andrea Gauto, de la UNaM, valoró el trabajo de las y los participantes: “Construyen una red en territorio, en un contexto desfavorable, buscando puntos en común en las discusiones educativas, para llegar a aulas más seguras y discernir cómo trabajar con las familias y comunidades mbya guaraníes”
Las docentes demandan nuevos encuentros presenciales que permitan pensar en estrategias y generar nuevos contenidos donde la interculturalidad se trabaje de manera transversal.
Recursos para la ESI intercultural
«Jajeupi Jaguejy” (Subimos Bajamos): Juego bilingüe para abordar comunitariamente las diferentes formas de violencia. Subimos Bajamos busca abrir espacios de diálogo constructivo sobre emociones y conductas saludables y dañinas. Está dirigido a equipos docentes y de salud y fue codiseñado junto a comunidades Mbya-guaraní de Misiones.
OKAKUAA OVY Creciendo: Lámina bilingüe con ilustraciones originales para trabajar “los cambios que se ven y se sienten” con adolescentes y jóvenes mbya guaraní.
Las fronteras entre fe y poder político se vuelven difusas cuando el fundamentalismo gana terreno. Este artículo de ACT Alliance invita a reflexionar sobre los riesgos que implica el uso de la religión para justificar discursos de odio y políticas regresivas.
A lo largo del mundo, en los pasillos de los parlamentos y en las mesas de negociación internacionales, el fundamentalismo cristiano está ganando terreno, no solo como movimientos religiosos, sino como fuerzas políticas influyentes.
Enraizados en doctrinas teológicas rígidas y a menudo alineados con tendencias autoritarias, estos movimientos están remodelando el debate público, influyendo en las políticas domésticas y exteriores, y frenando o revirtiendo los avances sociales arduamente logrados, mientras se presentan como guardianes de la fe, la moral y la tradición.
Su ascenso ha alimentado la erosión de los valores democráticos y la marginación de comunidades ya vulnerables, mediante la justificación de la violencia en nombre de una lectura ultraconservadora y selectiva de las escrituras.
Este artículo se basa en dos potentes documentales:
Praying for Armageddon — que examina la influencia de líderes religiosos ultraconservadores en la decisión de Estados Unidos de apoyar las acciones de Israel contra los palestinos en Jerusalén.
Apocalypse in the Tropics (disponible en Netflix) que investiga el papel de las iglesias evangélicas conservadoras en la política brasileña durante las elecciones de 2023.
Para explorar los peligros políticos y sociales del fundamentalismo religioso, ambas películas muestran cómo las narrativas apocalípticas y el literalismo religioso se despliegan de forma estratégica para movilizar masas, consolidar el poder político y acallar la disidencia.
Como coalición mundial basada en la fe y comprometida con la justicia, la dignidad y la paz, ACT Alliance considera esencial exponer y contrarrestar estas dinámicas. Las voces de nuestros miembros, que atestiguan y desafían estas amenazas en sus propios contextos, muestran que existe otro camino: uno en el que la fe esté del lado de los derechos humanos, la inclusión y el bien común.
¿Qué es el fundamentalismo?
En mayo de 2024, ACT Alliance organizó diálogos regionales y nacionales en América Latina y el Caribe para comprender mejor cómo los fundamentalismos impactan las violaciones de derechos humanos en la región. Durante el evento de cierre, “Guatemala+5”, los participantes acordaron una definición de fundamentalismo:
“El fundamentalismo es una adhesión estricta, literal e intransigente a principios doctrinales que consideran los roles sociales de clase, género y etnia como naturales, sagrados e inamovibles. Debido a sus diversas fuentes (religiosas, económicas, políticas y culturales), es pertinente hablar de una convergencia de fundamentalismos.
Los fundamentalismos están asociados con una visión dogmática y absolutista de la realidad que promueve la exclusión, la discriminación y la negación de derechos a diversos grupos sociales.
Los fundamentalismos representan una amenaza para las democracias porque se traducen en discriminación y violación de los derechos de mujeres, pueblos indígenas, minorías sexuales y posiciones progresistas.
Los fundamentalismos obstaculizan la diaconía ecuménica orientada a abordar desafíos humanitarios, ambientales, de justicia de género y de seguridad humana.
Lejos de ser un efecto espontáneo, la convergencia de fundamentalismos obedece a una agenda planificada impulsada por la extrema derecha global que instrumentaliza la religión para justificar acciones exclusivas y discriminatorias, apoyándose en su poder económico y político.”
«El fundamentalismo se manifiesta en diferentes dimensiones. La dimensión religiosa asume la existencia de una única interpretación literal válida de los textos sagrados. El literalismo religioso afecta especialmente los derechos sexuales y reproductivos, la igualdad de género y la diversidad.
La segunda dimensión que se menciona con más frecuencia en los Diálogos es la política, que se manifiesta como una ideología autoritaria que promueve el nacionalismo, la exclusión de minorías y la erosión de normas democráticas. Se asocia con la represión de derechos y el control del aparato estatal.
La dimensión cultural, que también aparece con frecuencia en la narrativa de los Diálogos, se reduce a una visión monolítica de valores y normas sociales, justificando la exclusión de quienes no adhieren a esos valores, lo que conduce a la discriminación contra minorías raciales, étnicas y sexuales.
El fundamentalismo, según los Diálogos, también tiene una dimensión económica, es decir, la creencia de que el único modelo económico válido es el neoliberal y más recientemente el anarcocapitalista.”
El fundamentalismo se caracteriza por su literalismo bíblico, su doctrina cerrada y a menudo por su visión única de la historia. Con el paso de las décadas, los grupos fundamentalistas en EE. UU. y más allá concentraron gran parte de su energía en construir instituciones, como iglesias y colegios separatistas, que les permitieran evitar la influencia corruptora de la sociedad y formas competidoras de cristianismo. Estas instituciones también permitieron que los fundamentalistas se convirtieran en organizadores políticos eficaces para la reforma moral conservadora, como lo demostró la “Moral Majority” de Jerry Falwell en la década de 1970. (Harvard University – The Pluralism Project)
Esta ideología frecuentemente se fusiona con retórica nacionalista, valores patriarcales y pensamiento anticientífico. Prosperan en la polarización cultural y con frecuencia presentan la diferencia religiosa, la igualdad de género, los derechos LGBTQI+ y la protección ambiental como amenazas a lo que creen que son “verdades bíblicas”. En muchos países, esta fusión de teología fundamentalista y ambición política ha llevado a retrocesos en derechos humanos y restricciones del espacio cívico.
En contraste, el enfoque ecuménico y diaconal de ACT Alliance considera que nuestro llamado es expresar el amor de Dios mediante la compasión, la justicia y la solidaridad. El fundamentalismo, en comparación, se caracteriza por el exclusivismo, el absolutismo moral y las reclamaciones de autoridad divina para remodelar instituciones sociales y políticas.
Con más del 80 % de la población mundial identificándose con una religión, no es ni sabio ni realista descartar estos movimientos como marginales. Como personas de fe comprometidas con los derechos humanos, la construcción de paz, el cuidado ecológico y la justicia económica, tenemos la responsabilidad de contrarrestar narrativas oscurantistas y promover una visión de transformación social arraigada en la dignidad, la convivencia pacífica y la inclusión.
“Los fundamentalismos representan una amenaza para las democracias porque se traducen en discriminación y violación de los derechos de mujeres, pueblos indígenas, minorías sexuales y posiciones progresistas.”
“Praying for Armageddon”: fe militarizada y política del Apocalipsis
Praying for Armageddon (Tonje Hessen Schei & Michael Rowley, 2023) es un documental de investigación que expone cómo segmentos del movimiento ultraconservador de EE. UU. trabajan activamente para moldear la política nacional y exterior según su cosmovisión apocalíptica. La película adentra al espectador en el mundo de pastores, lobistas políticos y líderes militares que interpretan los acontecimientos actuales a través del lente de la profecía bíblica —especialmente del Libro del Apocalipsis.
El documental sostiene que esta cosmovisión no es un fenómeno marginal, sino una fuerza política bien organizada y bien financiada que ha penetrado espacios clave de toma de decisiones.
La película muestra cómo los líderes fundamentalistas han desarrollado una alianza estratégica con actores políticos, particularmente dentro del Partido Republicano, para impulsar una agenda de nacionalismo religioso. Central a esta estrategia está el Mandato de las Siete Montañas, que llama a tomar el control del gobierno, los medios, la educación, las fuerzas armadas, los negocios, las artes y la religión para establecer una sociedad basada en su interpretación bíblica.
Los líderes ultraconservadores movilizan a sus congregaciones como un bloque de votación, influyen en nombramientos judiciales y aseguran acceso directo a legisladores, difuminando la línea entre iglesia y Estado. Esta alianza se presenta no como una influencia pasiva, sino como un plan intencional y de largo plazo para rehacer el paisaje político de EE. UU. a imagen de una teología específica.
La película destaca el impacto del fundamentalismo en la política exterior estadounidense en Oriente Medio. Algunos líderes creen abiertamente que fortalecer la posición geopolítica de Israel, incluso mediante apoyo militar y expansión de asentamientos, acelerará el cumplimiento de la profecía y desencadenará el fin de los tiempos. Este marco escatológico demuestra tener consecuencias reales, desde la decisión de EE. UU. de mover su embajada a Jerusalén hasta el respaldo incondicional a las acciones militares israelíes, incluidas las de Gaza hoy.
El documental argumenta que tales políticas están motivadas menos por intereses estratégicos o consideraciones de derechos humanos y más por convicciones religiosas, generando efectos potencialmente desestabilizadores para la región y para el derecho internacional.
El uso político del marco escatológico es evidente en una reciente declaración del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien describió los acontecimientos actuales en Gaza como una “misión histórica y espiritual” destinada a lograr el establecimiento de un “Gran Israel”.
“Como seguidores de Cristo, ahora más que nunca, los cristianos están llamados a desafiar cualquier interpretación fundamentalista de la religión que esté al servicio del ‘imperio’ con la actual convergencia impía de poder militar, económico, social y político y preguntarnos: ¿De qué maneras realmente estamos viviendo el mandamiento de Jesús de ‘amarse los unos a los otros como yo los he amado’?”
Wendy Gichuru, Iglesia Unida de Canadá
“Apocalypse in the Tropics”: del púlpito al Congreso
La ola religiosa ultraconservadora motivada políticamente no se limita a EE. UU. Apocalypse in the Tropics (Petra Costa, 2024) explora el ascenso del fundamentalismo religioso en Brasil y su profundo entrelazamiento con la transformación política del país bajo el expresidente Jair Bolsonaro.
Mediante extensas entrevistas y material de archivo, el documental revela cómo líderes religiosos, especialmente el pastor Silas Malafaia, han actuado como “formadores de reyes políticos”, utilizando púlpitos, televisión y redes sociales para influir en elecciones, moldear políticas y movilizar apoyo masivo hacia un gobierno con tendencias autoritarias. El tema central es claro: cuando la religión se convierte en una máquina política, la democracia misma está en riesgo.
Aunque la película se centra en Brasil, su historia forma parte de una tendencia regional más amplia. En toda América Latina, estos movimientos han adquirido una influencia política significativa, posicionándose como defensores de los “valores familiares” frente a lo que describen como las amenazas de la “ideología de género” y el secularismo.
En países como Guatemala, Costa Rica y Colombia, líderes religiosos ultraconservadores han movilizado votantes para bloquear reformas progresistas en temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo, los derechos al aborto y la educación integral en sexualidad. En El Salvador y Nicaragua, el conservadurismo con inspiración religiosa se ha entretejido en la política gubernamental, a veces en alianza con regímenes autoritarios.
Estos movimientos también han convertido la educación en un campo de batalla clave. En Brasil, políticos ultraconservadores se han opuesto a planes de estudio inclusivos y promovido enseñanzas creacionistas. En Colombia, actores religiosos han luchado contra campañas de prevención del acoso escolar que protegen a estudiantes LGBTQI+, presentándolas como intentos de “sexualizar” a los niños. El objetivo estratégico es moldear no solo leyes y políticas, sino también las normas culturales de la próxima generación.
“Lo que estamos presenciando en Brasil y en toda América Latina no es una expresión de fe en su sentido liberador y transformador, sino la instrumentalización de la religión como arma política. Cuando los líderes religiosos convierten púlpitos en plataformas para el poder partidista, distorsionan la vocación espiritual de la iglesia y ponen en riesgo la democracia. Esta tendencia ya ha resultado en la erosión de derechos para mujeres, pueblos indígenas y comunidades LGBTQI+, mientras legitima tendencias autoritarias.»
Rudelmar Bueno de Faria, Secretario General de ACT Alliance
En su documental, Costa presta especial atención a cómo esta fusión de fe y política perjudica de manera desproporcionada a mujeres, pueblos indígenas y otros grupos marginados. Legisladores ultraconservadores en Brasil han apoyado leyes restrictivas contra el aborto, resistido protecciones para sobrevivientes de violencia de género y socavado los derechos territoriales indígenas en la Amazonía, a menudo enmarcando tales posiciones como parte de un mandato divino.
El documental también conecta esta alianza religiosa-política con la erosión de instituciones democráticas, mostrando cómo el populismo basado en la fe contribuyó al asalto del 8 de enero de 2023 a los edificios gubernamentales de Brasil. Para Costa, el peligro no reside en la fe personal, sino en la manipulación política de la religión para consolidar el poder, suprimir la disidencia y revertir derechos arduamente conseguidos.
“Las redes regresivas, bien financiadas, se han convertido rápidamente en poderosas, revestidas de fundamentalismos, patriarcado y neoliberalismo —en religión— para erosionar derechos humanos, silenciar la diversidad y desmantelar la democracia”
Rachel Tavernor, Gerente Global de Incidencia y Desarrollo en ACT Alliance.
De Washington a Brasilia: un manual global de erosión de derechos
Aunque Praying for Armageddon y Apocalypse in the Tropics se centran en Estados Unidos y Brasil, las fuerzas que exponen forman parte de un movimiento transnacional más amplio. Los métodos que entretejen el moralismo religioso conservador con la movilización política se exportan, adaptan y legitiman más allá de fronteras.
En EE. UU., la fusión de la teología fundamentalista con el poder político se ha convertido en una fórmula estratégica: movilizar congregaciones como bloques de votación, insertar actores leales en instituciones claves, enmarcar las luchas políticas como batallas divinas y utilizar redes mediáticas bien financiadas e influencers para controlar la narrativa.
En Brasil, este manual se ha adaptado a realidades locales, con megaciudades e iglesias actuando como centros de poder político, influyendo en políticas educativas, nombramientos judiciales y movilización de votantes hacia una agenda que socava la igualdad de género, los derechos indígenas y las salvaguardas democráticas.
En América Latina, dinámicas similares están transformando la política. En Guatemala, legisladores ultraconservadores han promovido leyes reproductivas restrictivas y se han opuesto a derechos LGBTQI+ bajo la bandera de proteger los “valores familiares”. En Colombia, líderes religiosos han movilizado para bloquear medidas contra el acoso escolar que protegen estudiantes LGBTQI+, presentándolas como intentos de “sexualización” infantil.
En Costa Rica, coaliciones cristianas conservadoras han convertido elecciones en referendos sobre el matrimonio igualitario. En Perú, alianzas entre conservadores religiosos han resistido protecciones territoriales indígenas, a menudo en nombre del crecimiento económico. En El Salvador y Nicaragua, la retórica religiosa ha sido incorporada en la gobernanza autoritaria, reforzando políticas represivas y limitando el espacio democrático.
Estos movimientos comparten un enfoque estratégico en la educación y la política cultural, con el propósito de moldear las creencias y normas de la próxima generación. Las fuerzas ultraconservadoras apoyan el capitalismo mientras desconfían de la globalización. Por un lado, respaldan políticas proteccionistas para proteger a ciertos trabajadores; por otro, se alinean con intereses corporativos poderosos para socavar los derechos indígenas y las protecciones ambientales.
Por ejemplo, en Brasil, el agronegocio y legisladores conservadores impulsaron la controvertida ley del Marco Temporal, con el fin de restringir los reclamos territoriales indígenas y abrir paso a la producción masiva de soja y ganado. En Guatemala, el gobierno declaró un estado de sitio en El Estor para quebrar la resistencia q’eqchi’ frente a una mina de níquel de propiedad extranjera, desplegando fuerza policial y militar para asegurar operaciones corporativas. Estos ejemplos ilustran cómo la retórica religiosa, las narrativas nacionalistas y el poder estatal se movilizan al servicio de proyectos extractivos que enriquecen a las élites mientras profundizan el desplazamiento y la violencia contra comunidades indígenas.
“Existe una complicidad clara entre actores fundamentalistas y corporaciones que buscan apropiarse de los vastos recursos de la región, disfrazando el extractivismo como programas de desarrollo. Todo esto tiene un costo directo en vidas humanas —particularmente de mujeres y defensoras de derechos humanos en los territorios— y genera migración forzada de comunidades campesinas e indígenas, cuyas leyes de protección son derogadas o simplemente ignoradas.
Pilar Cancelo, SEDi, Argentina
Pero estas dinámicas no se limitan a las Américas. En el Reino Unido, The Guardian reportó que bibliotecarios están siendo presionados cada vez más para eliminar o restringir el acceso a ciertos libros, a menudo aquellos con temáticas LGBTQI+, contenido de justicia racial o narrativas de género progresistas. Muchas de estas campañas tienen raíces o inspiración en grupos de presión con base en EE. UU. Esta importación cultural refleja tácticas usadas en EE.UU. para remodelar planes de estudio escolares y el discurso público, señalando cómo ideas nacidas en un contexto político-religioso pueden cruzar rápidamente el Atlántico.
En Europa del Este, la retórica nacionalista cristiana ha sido usada como arma para retroceder derechos reproductivos y protecciones LGBTQI+ en Hungría y Polonia, con líderes políticos posicionándose como defensores de la “civilización cristiana”. En el África subsahariana, redes religiosas ultraconservadoras de EE. UU. han proporcionado tanto financiación como apoyo ideológico para legislaciones anti-LGBTQI+, recientemente en la Ley contra la Homosexualidad de Uganda.
Incluso en las islas del Pacífico, la acción climática ha sido socavada por el cabildeo basado en la fe que niega o minimiza la crisis climática, a menudo invocando teología del dominio para justificar la explotación ambiental.
Estos ejemplos revelan un ecosistema coordinado:
Exportación de ideología: redes religiosas fundamentalistas de EE. UU. envían no solo predicadores, sino estrategias políticas, materiales de capacitación y discursos al extranjero.
Flujos de financiación: iglesias, ONG y grupos de incidencia canalizan recursos financieros hacia movimientos alineados en el exterior.
Legitimación mediante historias de éxito: victorias en un país se exhiben globalmente para inspirar campañas similares en otros
“Estamos presenciando una oposición persistente y generalizada a los derechos humanos y la justicia de género en los foros multilaterales, junto con un aumento de agendas fundamentalistas y el encogimiento del espacio cívico. Las fuerzas religiosas conservadoras han desarrollado métodos y estrategias sofisticadas para influir en gobiernos y negociaciones en instituciones multilaterales: esto incluye manuales de cabildeo, estrategias comunicacionales poderosas e incluso el objetivo directo contra opositores.”
Caterina Tino, Representante de ACT Alliance ante la ONU
Las consecuencias globales son profundas. Ya sea en Washington, Brasilia, Londres, Budapest, Kampala o Suva, estas alianzas amenazan el pluralismo al intentar consagrar una cosmovisión religiosa en la ley y en la vida pública. Los derechos de las mujeres, la inclusión LGBTQI+ y la soberanía indígena son tratados como obstáculos para un orden social “bíblico”. La acción climática es presentada como “noticias falsas” o incluso contraria a la voluntad de Dios.
Vistos en conjunto, los dos documentales son más que retratos nacionales: son advertencias proféticas. Muestran que el fundamentalismo cristiano, cuando se aprovecha para manipular el poder político, se convierte en una fuerza bien financiada, estratégicamente astuta y con redes globales, capaz de desmantelar derechos y remodelar democracias.
Una respuesta basada en la fe
Mientras estos documentales exponen los peligros de un cristianismo politizado y excluyente, es vital recordar que la fe no es enemiga de la democracia, la igualdad ni la dignidad humana. En el mundo, las tradiciones de fe —cristianas y de otras religiones— son profundamente diversas, con diferentes historias, culturas y comprensiones teológicas. Muchas comunidades de fe están comprometidas con los principios que los movimientos fundamentalistas buscan erosionar: justicia, compasión, inclusión y cuidado de la creación.
Nuestro desafío colectivo es visibilizar estos valores, de modo que la teología no sea monopolizada por voces que la distorsionan para obtener poder. Dentro de ACT Alliance, somos testigos diariamente de cómo teologías liberadoras y la diaconía pueden inspirar la defensa de los derechos humanos y la protección del planeta. Iglesias miembros en América Latina han acompañado comunidades indígenas que resisten despojos territoriales y destrucción ambiental. Líderes de fe en África han hablado con valentía contra la violencia de género, por la autonomía corporal y han llamado a la plena inclusión de personas LGBTQI+ en la iglesia y la sociedad.
En Europa y Norteamérica, miembros de ACT han movilizado congregaciones para apoyar a refugiados, abogar por la justicia climática y confrontar el racismo. Estas voces teológicas alternativas —arraigadas en la escritura, pero abiertas al diálogo y al pluralismo— demuestran que la fe puede y debe ser fuente de liberación más que de opresión, de puentes más que de división.
Recuperando nuestra fe del extremismo
Como personas de fe comprometidas con la justicia, no podemos permanecer en silencio frente a esta ola global de agendas regresivas. Las mismas redes que erosiona los derechos de las mujeres en un país, censura libros en otro y socaba acción climática en un tercero están interconectadas: comparten estrategias, flujos de financiación y retórica.
Nuestra responsabilidad moral es conectar estos puntos, nombrar las fuerzas en juego y hablar claramente sobre cómo contradicen los valores centrales de dignidad, igualdad y cuidado por la creación que muchas de nuestras tradiciones de fe sostienen.
El silencio o la neutralidad en este momento corre el riesgo de permitir que las voces más fuertes y excluyentes definan lo que significa ser persona de fe.Al confrontar directamente las narrativas fundamentalistas —en nuestros púlpitos, declaraciones públicas, incidencia y trabajo comunitario— no solo defendemos los derechos en ataque, sino que recuperamos el espacio para una visión de la fe inclusiva, afirmadora de la vida y comprometida con el bien común. Esto no es un lujo político; es un imperativo espiritual y ético.
Para los miembros y socios de ACT Alliance, este es un momento para pasar de la convicción silenciosa a la acción visible y coordinada. Debemos equipar a nuestras comunidades para reconocer las señales de advertencia de agendas regresivas y anti-derechos —y responder con incidencia, solidaridad y testimonio público. Esto implica comprometerse con los tomadores de decisiones, desafiar la desinformación, apoyar a los más afectados por leyes discriminatorias y fortalecer alianzas entre comunidades de fe y la sociedad civil.
“No podemos contrarrestar un movimiento transnacional poderoso con una respuesta fragmentada. La fuerza de ACT Alliance radica en su alcance global, su enfoque interreligioso y su arraigo en comunidades locales. Al amplificar voces teológicas diversas dentro de nuestra membresía, y al estar hombro con hombro entre regiones y tradiciones, podemos asegurar que la fe no sea usada como arma para dividir y excluir, sino movilizada para proteger derechos, defender la democracia y cuidar la creación.”
Rudelmar Bueno de Faria, Secretario General de ACT Alliance
Líderes de derechos humanos, incluyendo gobiernos, deben trabajar de la mano con organizaciones basadas en la fe, como ACT Alliance, para contrarrestar narrativas que marginan y erosionan el debate democrático, y proteger aquellas voces valientes que arriesgan sus vidas para promover una idea de fe basada en el amor más que en la sospecha y el odio.
“Este es el desafío de nuestro tiempo —y enfrentarlo requerirá nada menos que coraje y resolución colectiva.”
Las Iglesias protestantes y organizaciones de fe reunidas en la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) y el Foro Argentina de la Alianza ACT lanzaron una declaración profética rumbo a la COP30, que se celebrará en 2025 en Belém do Pará, Brasil.
El documento busca sumar una voz ética y espiritual a las discusiones globales sobre la crisis ecológica, denunciando que “el modelo económico actual crucifica a los pueblos más vulnerables y devora los territorios que ellos y ellas habitan”.
Desde una mirada de fe, las Iglesias afirman que “la justicia climática es un acto de fidelidad al Dios de la vida” y que cuidar la Creación no es una tarea opcional, sino una expresión concreta de espiritualidad.
“Frente a una sociedad fragmentada, son fundamentales las acciones conjuntas que visibilicen la urgencia del cuidado y la necesidad de actuar desde nuestro compromiso como comunidades de fe”, expresó la pastora metodista Mariel Pons, destacando la fuerza del encuentro ecuménico como espacio de reflexión y acción sobre la Casa Común.
Una voz profética desde el sur
El texto difundido por FAIE y el Foro ACT reclama políticas urgentes en cinco ejes:
Transición real ya: abandonar el modelo extractivista y garantizar una transición energética justa.
Agua para la vida, no para el lucro: proteger el agua como bien común y derecho humano.
Reparación, no ayuda: transformar los fondos climáticos en mecanismos de restitución bajo el principio quien contamina paga.
Tierras para los custodios: asegurar la titulación de territorios indígenas, afrodescendientes y campesinos.
Protección profética: implementar el Acuerdo de Escazú y resguardar a quienes defienden la Creación.
“No hay salvación individual en un planeta quebrado. La tierra crucificada por el sistema económico clama por resurrección”, advierte la declaración, en un llamado que combina espiritualidad y compromiso político.
El cuidado como justicia
Las Iglesias alertan que los impactos de la crisis climática son especialmente duros para las mujeres, las niñas y los pueblos empobrecidos.
La directora del Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi), Pilar Cancelo, remarcó que “el cambio climático contribuye al aumento de la pobreza extrema en la región” y que las mujeres son las más afectadas por la desigualdad estructural:
“Muchas cargan solas con el cuidado de sus familias en medio de desastres ambientales y migraciones forzadas. Debemos levantar una voz profética porque si no lo hacemos nosotros, ¡hasta las piedras hablarían! El amor al dinero está poniendo en riesgo la Casa Común y con ella la vida de todas las especies. No hay más tiempo que perder”.
El mensaje interpela también al conjunto de la sociedad a asumir responsabilidades colectivas.
“El Evangelio nos llama a la transformación”, sostuvo Leonardo Schindler, presidente de la FAIE y de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
“No podemos separar nuestra espiritualidad del cuidado de la creación. La justicia climática no es una opción, es parte esencial de nuestra fe. Dios nos llama a construir paz, equidad y cuidado mutuo en un planeta que necesita sanar.”
Camino a la COP30
La Conferencia de las Partes (COP30) reunirá en 2025 a más de 190 países en Brasil para revisar los compromisos asumidos en el Acuerdo de París. Desde Argentina, las Iglesias evangélicas buscan incidir en ese proceso con una mirada espiritual que enlace la justicia climática con la justicia social y de género.
“La fe nos convoca a cuidar la vida en todas sus formas”, concluye el documento. “Las comunidades de fe no podemos callar mientras el planeta sufre. Cuidar la Creación es amar al prójimo.”
Educadoras cristianas de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata se capacitaron en educación sexual integral para fortalecer su tarea con 300 niñas, niños y adolescentes de la provincia.
Las congregaciones entrerrianas de la IERP invitaron a la Fundación Hora de Obrar a compartir perspectivas y herramientas de la ESI para enriquecer la labor catequética.
“Trabajamos desde la realidad de las familias en la iglesia en la actualidad”, contó la coordinadora Iris Bender: “Hubo espacios para el diálogo y la reflexión y también compartimos dinámicas y canciones”.
El taller, a cargo de la Lic. Pamela Peñin y el teólogo Jorge Weishein, reunió a 20 catequistas con el objetivo de conocer sobre educación en la sexualidad desde el derecho y desde la fe cristiana, promover el respeto por la diversidad y reflexionar sobre los desafíos de acompañar a las familias en la iglesia hoy.
“La mirada teológica y de derecho se complementan; no es una cosa o la otra”, explicó Peñin: “Estos diálogos están generando nuevos espacios de participación y nuevas posiciones y comprensiones sobre la ESI y la educación cristiana”, analizó Weishein tras la jornada compartida en el mes de septiembre en la localidad de Urdinarrain.
Alrededor de 60 educadoras cristianas sostienen la tarea de formación de 200 niños y niñas en los espacios de catequesis y 100 adolescentes en la confirmación. “Las evaluaciones fueron muy positivas y esperamos seguir profundizando el tema en próximos talleres”, señaló Bender.
Mirar para adentro: por qué la iglesia se ocupa de la ESI
La Iglesia Evangélica del Río de la Plata y su Fundación Hora de Obrar trabajan desde un marco de derechos y una teología evangélica liberadora. Esto significa compartir y anunciar el evangelio en clave de libertad, amor, aceptación, cuidado, respeto e inclusión de todos los hermanos y hermanas en Cristo.
Cuando las injusticias nos atraviesan, la apuesta es no mirar para el costado, sino mirar para adentro y revisar nuestras propias prácticas, problematizar lo que ocurre y proponer respuestas que construyan comunidades seguras y amorosas.
En Argentina, las iglesias están llamadas a trabajar en el marco de la ley como cualquier otra institución de la sociedad. La Ley 26.150 de Educación Sexual integral y sus lineamientos curriculares aportan herramientas claves para el trabajo en educación cristiana.
La ESI es un derecho de las niñas, niños y adolescentes, pero también es una responsabilidad compartida del Estado, las instituciones educativas (incluidas las de formación religiosa) y las familias para cuidar integralmente a niñas y niños. Es también una herramienta para erradicar la violencia hacia las mujeres y promover el buen trato y el afecto entre las personas.
Ampliemos la conversación
Para seguir profundizando en estos temas Hora de Obrar lanzó un podcast que reune voces de expertas y expertos en politica pública, prevención y abordaje del abuso sexual en la infancia, masculinidades, educación evangélica y nuevos pactos digitales.
Los episodios, grabados durante la Mesa de Colegios Evangélicos por la ESI 2025, están disponibles para quienes deseen seguir aprendiendo y conversando sobre una educación que cuide la vida y la dignidad de todas las personas.
Hay uno para cada punto de prédica y obra diacónica de la IERP. Cómo hacer consultas, pedidos y pagos.
Ya llegaron los Calendarios de Diaconía 2026 para cada punto de prédiga y obra diacónica de las congregaciones de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. «La diaconía florece en lo cotidiano: en cada gesto fraterno, en cada mano tendida, en cada mesa compartida», expresó el director ejecutivo, Nicolás Rosenthal: «Con este calendario queremos transmitir ese espíritu que acompaña la Fundación Hora de Obrar».
El valor de cada ejemplar es de 15.000 pesos argentinos, 10 USD en Uruguay y 75.000 guaraníes y el 20% de lo recaudado se destina al fondo común del próximo Ierpino.
Cómo hacer para abonarlos
Cuenta en pesos: CBU 1910226755022600379300 | Alias: HORA.DE.OBRAR
Cuenta en dolares: CBU 1910226755022600379306 | Swift: BCOOARBA
Mariana Malgay recibe pedidos, consultas por faltantes y comprobantes de transferencia antes del 30/11en: comunicacion@horadeobrar.org.ar
Un nuevo informe del Colectivo de Juventudes por los Derechos Sexuales y Reproductivos —del que Fundación Hora de Obrar forma parte— releva las percepciones, preocupaciones y desafíos de adolescentes y jóvenes en Argentina.
¿Cómo viven las juventudes su participación social hoy? ¿Qué temas las movilizan y qué obstáculos enfrentan para involucrarse en espacios comunitarios o de transformación? Estas preguntas guiaron la encuesta nacional impulsada en 2025 por el Colectivo de Juventudes por los Derechos Sexuales y Reproductivos, integrado por organizaciones como Fundación Kaleidos, Amnistía Internacional, FUSA, Fundación Huésped, el Centro Ana Frank y la Fundación Hora de Obrar.
El relevamiento reunió 570 respuestas de adolescentes y jóvenes de 13 a 24 años de todo el país —con mayor presencia del AMBA— y muestra una generación crítica, consciente y comprometida con la realidad, aunque con baja participación sostenida: solo 4 de cada 10 afirmaron hacerlo en organizaciones o iniciativas sociales.
Qué preocupa hoy a las juventudes
Las principales preocupaciones identificadas fueron:
La crisis económica y política (57,3%)
Los discursos de odio (48,2%)
La salud mental (41,8%)
Las violencias y discriminación (40,1%)
Y la falta de actualización del sistema educativo (30,5%)
Estos datos evidencian que las juventudes están atentas al contexto social y demandan respuestas que contemplen su bienestar integral, desde el acceso al trabajo hasta la convivencia democrática y el cuidado de la salud mental.
Obstáculos que limitan la participación
El estudio señala que la falta de tiempo no es la principal causa de la baja participación. En cambio, surgen barreras de acceso y contexto:
Falta de información sobre cómo involucrarse (26%)
Redes sociales que dispersan o desmotivan (25,5%)
Ausencia de referentes jóvenes (21,5%)
Sensación de que los espacios de decisión no abordan temas relevantes (21%)
Esto indica que el desafío no pasa por la disponibilidad individual, sino por crear condiciones reales y accesibles que permitan a las juventudes involucrarse y sentirse parte.
ESI: un derecho aún pendiente
Uno de los ejes más críticos del informe es el acceso a la Educación Sexual Integral (ESI). El 70,8% de las personas encuestadas considera que la formación escolar fue insuficiente o inadecuada, y solo 39% pudo identificar más de cinco métodos anticonceptivos. Estos datos confirman la necesidad de fortalecer la implementación de la ESI como herramienta para garantizar derechos, prevenir violencias y promover vínculos más igualitarios y saludables.
Hacia una participación más inclusiva y acompañada
En conjunto, el informe muestra una juventud con voluntad de transformar, pero que necesita espacios acompañados, federales y diversos para ejercer su protagonismo. El desafío hacia adelante es construir oportunidades de participación reales, accesibles en todos los territorios, que reconozcan la pluralidad de las juventudes y potencien su capacidad de incidir y crear comunidad.
“Las juventudes no son el futuro: son el presente que ya está marcando el rumbo hacia una sociedad más justa, diversa y solidaria.”
Indicó Nicolás Rosenthal, director ejecutivo de la Fundación Protestante Hora de Obrar.
El Encuentro de Diaconía 2025 reunió a más de 140 referentes comunitarios de Argentina, Uruguay y Paraguay en Misiones para celebrar la fe y renovar el compromiso de servir, cuidar y transformar la vida desde el amor al prójimo.
Del 10 al 12 de octubre, el Hogar San Juan de Eldorado fue sede del Tercer Encuentro de Diaconía de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, organizado junto a la Fundación Protestante Hora de Obrar y el Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi).
Bajo el lema “Frente al descuido de la Casa Común, seamos comunidades diacónicas de transformación desde la fe”, 140 personas se reunieron para reflexionar, compartir experiencias y fortalecer los lazos que sostienen la vida comunitaria.
“En este encuentro pudimos comprobar que el cambio es posible. Nos reunimos muchas personas que están haciendo cosas distintas, a veces sin saber una de otra. Descubrir que no estamos solos ni solas nos da una gran alegría y una fuerza enorme para seguir. Creemos en un Jesús que nos llama todo el tiempo a cambiar la realidad con amor, solidaridad y ternura. Y esa ternura, como iglesia y organizaciones comunitarias, la podemos dar.”, expresó Nicolás Rosenthal, director ejecutivo de la Fundación Hora de Obrar.
Durante el devocional de apertura las personas asistentes fueron ingresando al templo por un camino de recuerdos que narraba la historia de los encuentros de diaconía desde 2023, mientras se entonaba el canto “Entra a mi hogar”.
En torno de la mesa —símbolo central del encuentro— se recordó que compartir los frutos de cada territorio es un acto de amor, de hospitalidad y de fe. Cada alimento representó el trabajo, la esperanza y la generosidad de las comunidades de la región. “Que la mesa sea para todos y todas”, invitó el Pastor Javier Gross, presidente de la Fundación Protestante Hora de Obrar, “porque en ella celebramos la abundancia de la vida y el encuentro que Dios nos regala”.
Cuidar la Creación: la fe hecha acción
El primer panel, moderado por Romario Dohmann y Mateo Fischer de la Fundación Hora de Obrar, abordó el desafío de vivir una ecodiaconía que promueva la justicia climática. El pastor Jorge Weishein invitó a pensar la fe en relación con la Tierra: “No somos dueños del planeta, sino parte de él. Cada gesto de cuidado y cada comunidad que planta, recicla o recupera su río, está participando del Reino de Dios en la Tierra”.
Las experiencias compartidas por las comunidades de Montecarlo, Colonia Delicia y 25 de Mayo reflejaron ese compromiso cotidiano: huertas, reforestación con especies nativas, ferias agroecológicas, limpieza del Río Uruguay y procesos de soberanía alimentaria que unen a la fe y la acción concreta. “Queremos que las nuevas generaciones aprendan a cuidar la naturaleza con amor y alegría”, expresó Doris Bischoff, ingeniera forestal y directora del INTA en Misiones.
Cada testimonio mostró que el cuidado de la creación es una forma de celebrar la vida, un modo de agradecer a Dios por los dones recibidos y de restaurar los vínculos con la tierra y con las personas.
Una diaconía que cuida y resiste en red
El segundo día abrió con un devocional basado en la parábola de la semilla de mostaza, recordando que el Reino de Dios crece en lo pequeño, en lo invisible, en los gestos cotidianos de cuidado.
Desde Brasil, el Dr. Rodolfo Gaede Neto invitó a pensar en la “diaconía preventiva”: una forma de vivir la fe que actúa antes del daño, protegiendo la vida, la salud y el ambiente. “El cuidado del mundo es una forma de culto”, expresó, destacando que Dios se manifiesta en la creación.
El pastor presidente de la IERP, Leonardo Schindler, retomó esa idea, “las comunidades indígenas nos enseñan a vivir con la tierra y no sobre la tierra. Como iglesia tenemos la oportunidad de unir nuestra fe con su cosmovisión, y ese diálogo nos transforma”.
Desde Paraguay, el Comité de Mujeres de Raúl Peña y el Comité Central Guazú compartieron su camino de organización y empoderamiento. “Hoy sentimos que somos un ejemplo para nuestras hijas, de que es posible hacer más cosas y ser independientes”, expresó Claudelina Benítez, su primera presidenta.
A partir del trabajo en Raúl Peña nació en 2017 el Comité Guazú, que articula una red de más de 200 mujeres y familias en el norte paraguayo. Con el acompañamiento de SEDi, desarrollan proyectos de soberanía alimentaria, producción artesanal y liderazgo de mujeres, para promover el apoyo mutuo y la autonomía económica frente a las desigualdades y violencias de género. El testimonio de estas mujeres muestra cómo la diaconía se convierte en una fuerza transformadora cuando se hace desde la tierra y desde los vínculos solidarios.
Por su parte, la Congregación Evangélica Alemana de Rosario presentó su testimonio de servicio cotidiano: viandas, roperos, lavaderos solidarios, talleres, acompañamiento a personas en situación de calle y reciclaje comunitario. “Es una alegría descubrir que aún en contextos difíciles, la diaconía florece como una red que sostiene y transforma”, compartió una de sus integrantes.
Así las experiencias resaltan la capacidad de las congregaciones de tender redes y convertirse en comunidades resistenciales frente a las adversidades del contexto, donde los gestos de cuidado y apoyo se transforman en manifestaciones concretas de la diaconía convertida en acción.
El último día de los pueblos libres
Luego de las experiencias compartidas, el encuentro vivió uno de sus momentos más conmovedores: el devocional a cargo de las comunidades originarias de Renacer de Colonia Delicia y Mbya Guaraní de Perutí, en conmemoración del 11 de octubre, último día de los Pueblos Libres.
En una atmósfera de recogimiento y respeto, recordaron que esa fecha antecede a la colonización europea y simboliza la resistencia y la continuidad de sus culturas: “Nuestros antepasados nos enseñaron que todos somos iguales y que la naturaleza es parte de nosotros. Antes de usar una planta o un árbol, pedimos permiso a la tierra, porque allí vive Dios”, compartió un integrante de la comunidad.
El cacique Heriberto Villalba, de la aldea Perutí, guió un Padre Nuestro extendido, con palabras en guaraní y español, celebrando un país multilingüe y multicultural. La oración, acompañada por cánticos y guitarras, unió espiritualidades diversas en un mismo llamado a cuidar la vida. Ese momento de comunión y gratitud recordó que la creación es también una mesa compartida entre los pueblos.
Escuchar, participar, transformar
Por la tarde, la Magíster Carolina Wajnerman propuso repensar la participación en las obras diacónicas: “No se trata solo de habilitar la participación, sino de inspirarla. La diaconía sucede cuando todos y todas nos sentimos parte de la misión”.
Así, jóvenes del equipo de coordinación juvenil de la IERP (ECOJ) compartieron sus agenda y llamaron a los y las presentes a comprometerse y acompañar su tarea, recordando que la ternura también es una forma de militancia de fe.
Desde el proyecto de Fortalecimiento Mbya de la Fundación Protestante Hora de Obrar, Laura Gomez e Ingrid Cardozo compartieron la importancia de la escucha para crear espacios participativos que convoquen. Comentaron que fue a partir de la escucha activa de los y las jóvenes mbya que se repensaron las intervenciones del proyecto, realizando actividades recreativas donde ellos y ellas puedan expresar sus sentires, generando espacios recreativos que fortalezcan su autoestima y pertenencia.
Asimismo, representantes de al red de centros comunitarios MISUR contaron cómo acompañan la vida de niños, niñas, adolescentes y familias desde la educación, el arte y el deporte, como un modo concreto de vivir la diaconía en el conurbano bonaerense.
Con estas experiencias como inspiración para el debate, las mesas temáticas trabajaron sobre los temas de: salud, niñez, pueblos originarios, mujeres, soberanía alimentaria, economía social y cuidado de la creación. Desde sus distintas realidades, reflexionaron sobre los desafíos que enfrentan las comunidades y los pasos dados desde el primer encuentro en 2023.
Dar fruto: diaconía que transforma
El devocional del sábado por la tarde convocó nuevamente a la mesa, esta vez adornada con uvas: símbolo de una diaconía que da fruto. El pastor Javier Gross expresó: “La diaconía, para ser transformadora, primero debe transformarnos a nosotros y nosotras. Debemos dejarnos interpelar por las necesidades del prójimo. Somos llamados a dar fruto, a salir de nuestros espacios y encontrarnos con quienes más lo necesitan”.
“No puede haber comunidad sin diaconía. Nuestro llamado es construir una diaconía transformadora, que crea en las segundas oportunidades y en un futuro distinto para quienes más lo necesitan”, agregó el pastor distrital de Misiones, Carlos Kozel.
Celebrar la vida
El domingo amaneció con lluvia y espíritu de gratitud. El culto de cierre, guiado por las y los jóvenes del programa de voluntariado de la IERP, revivió los pasajes de Juan 4:13-14 y Juan 7:37-39, recordando que la fe se alimenta de la experiencia y del encuentro con el otro.
El pastor presidente Leonardo Schindler invitó a mirar el testimonio de Jesús desde la justicia y la ternura. “El pecado del egocentrismo nos ha llevado a romper nuestra relación con la tierra, con las mujeres y con los pueblos originarios. La respuesta debe ser espiritual y concreta: una fe que se traduzca en justicia y en paz”.
La pastora Sonia Skupch, secretaria regional de la Federación Luterana Mundial, fue homenajeada y compartió una reflexión que marcó el cierre: “La diaconía no nace sólo del compromiso social o político, sino de las entrañas, de lo más profundo del corazón. Es respuesta al amor gratuito de Dios y fidelidad al llamado de servir con alegría”.
También se entregó un reconocimiento a Vania Zanow, quien guió la Santa Cena, por la finalización de sus estudios como diacona.
Las mesas de trabajo presentaron sus reflexiones a través del arte, el canto y la palabra. Cada grupo compartió un gesto de comunión, mostrando que la fe se hace visible en la creatividad, la ternura y la esperanza.
Juventudes representó una escena en la que un grupo de jóvenes descubre que el verdadero encuentro ocurre cuando se sale a servir la mesa a quienes están afuera, buscando abrigo y escucha.
La mesa de pueblos originarios compartió una canción sentida cuyo estribillo decía “lo nuestro más verdadero, lo nuestro es más verdadero. Es lo nuestro”, acompañada por palabras de reflexión sobre la identidad y el vínculo con la tierra.
La mesa de salud representó un cuerpo con cabeza, corazón, manos y pies: una metáfora del trabajo conjunto que requiere el cuidado integral.
La mesa de cuidado de la creación relató, desde las experiencias comunitarias, cómo la gracia de Dios se hace visible cuando la tierra descansa y vuelve a dar fruto, cuando acompañamos al prójimo, cuando plantamos e intercambiamos semillas, cuando compartimos lo que la tierra ofrece.
La mesa de mujeres expresó en ronda su compromiso: “Porque somos mujeres y cuidamos la tierra, damos segundas oportunidades, cuidamos y acompañamos, trabajamos y vivimos en la fe con esperanza.”
La mesa de niñeces propuso un juego de escaleras y serpientes para mostrar que la empatía y el amor son puentes hacia las infancias, mientras que el adultocentrismo y el descuido las alejan.
La mesa de desarrollo social sintetizó su trabajo en una frase colectiva: “La diaconía como hilo conductor. Compartir la vida, solidaria y circular, tierna y firme. Resistencia y cuidado. Privilegio de elegir cómo vivir.”
Así concluyó el Encuentro de Diaconía 2025: con la certeza de que sembrar esperanza, cuidar la vida y compartir la mesa son los caminos por donde Dios sigue caminando entre nosotros.
140 referentes sudamericanos se preguntaron cómo vivir la fe en tiempos de crisis climática y cómo la diaconía puede convertirse en una práctica concreta de justicia ecológica y social.
Hora de Obrar reunió a referentes comunitarios de Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay en la octava edición de la Consulta Internacional de la Pastoral para el Cuidado de la Creación en Eldorado Misiones.
Fe que transforma: “¿Vivimos la fe en sintonía con lo que Jesús esperaría de nosotros y nosotras?”
El pastor Jorge Weishein abrió la consulta con una reflexión que entrelazó teología, ética y medioambiente. Bajo el título “El arte de vivir con fe sin saber con fe en qué”, invitó a cuestionar las bases de nuestra relación con el planeta y con los otros seres que lo habitan.
“¿Vivimos la fe en sintonía con lo que Jesús esperaría de nosotros y nosotras?”, preguntó al iniciar, planteando un desafío espiritual frente al antropocentrismo que ha puesto al ser humano como dueño del mundo.
“La tierra no es una propiedad, es una hermana que gime. No debemos vivir de ella, sino con ella”, expresó Weishein, quien instó a mirar la creación no como un recurso, sino como una comunidad viva donde Dios se manifiesta.
El pastor relacionó la fe con la justicia climática y de género, recordando que ambas son expresiones de un mismo llamado: reparar las relaciones rotas entre personas, pueblos y naturaleza. “La vida plena que Dios promete no es solo para la humanidad, sino para todos los seres de la tierra”, subrayó.
Comunidades que cuidan y siembran futuro
Tras la reflexión inicial, se compartieron experiencias inspiradoras de comunidades de fe que viven la ecodiaconía en sus comunidades.
La Congregación Evangélica de Montecarlo presentó su proyecto de vivero comunitario, donde jóvenes, confirmandos y familias producen hortalizas y árboles nativos para chacras y espacios públicos. “Nosotros esto lo hicimos pensando no solo en nosotros, sino en fortalecer a toda la IERP y animar a otras comunidades a replicar el proyecto”, explicó Doris Bishoff, ingeniera forestal y directora del INTA en la región.
“Queremos rescatar los saberes de la tercera edad sobre el cuidado de la tierra, y vincularlos con sus nietos. Creemos firmemente que si enseñamos a los chicos desde pequeños, ellos cuidarán la naturaleza de grandes”, agregó.
En Entre Ríos, el grupo Caraguatá compartió su experiencia de transición agroecológica: “Desde 2021, unas quince familias nos reunimos alrededor de la mesa a conversar sobre nuestros procesos productivos. Empezamos a ver cómo vuelven los escarabajos, cómo el suelo se enriquece. No pasa de un día para el otro, pero el cambio se nota”, contó el productor Ricardo Godoy.
Por su parte, Luis Costa, productor y miembro de la comunidad de 25 de Mayo, relató que desde hace siete años la Congregación Evangélica del Alto Uruguay organiza jornadas de limpieza del Río Uruguay. “Hoy la gente puede disfrutar de un río limpio, con árboles que dan sombra a las familias. También cuidamos las vertientes en las chacras y construimos un reservorio rodeado de nativas”, explicó.
“Como iglesia de Cristo, el cuidado de la creación es parte de nuestra misión. Agradecemos a Hora de Obrar que desde el inicio nos acompaña y hace posibles estas acciones”, añadió el productor.
Cuidar la tierra es celebrar la vida
Las reflexiones finales retomaron una idea central: el cuidado de la creación como expresión concreta de la fe. “Hablar del suelo como ser vivo es algo que aprendimos acompañando a los productores y viendo cómo todo está conectado: el campo, el suelo, las especies, las personas”, resumió Weishein.
Una participante compartió su propia resonancia: “Pensé en cómo fuimos perdiendo la costumbre de celebrar la tierra, la vida, lo simple. Todo lo que nos rodea es bello y merece ser cuidado”.
La jornada concluyó con la participación de Bianca Orqueda, artista nivaclé y cantautora, quien interpretó en su lengua materna “Ni más ni menos”, una canción que habla del pacto con la madre tierra y la alegría de vivir un día bajo el sol. Su voz fue cierre y oración: un recordatorio de que sin la Pachamama no somos nada.
Fe que se hace acción
En el marco del Tercer Encuentro de Diaconía De la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, la Consulta reafirmó que la ecodiaconía no es solo una línea de trabajo, sino una manera de vivir el evangelio: con las manos en la tierra, la mente en la justicia y el corazón en la esperanza. Porque cuidar la creación, cerró Weishein, “no es un mandato moral, sino una forma de creer con todo el cuerpo”.
Organizado por la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, Fundación Protestante Hora de Obrar y el Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi), el encuentro convocó a más de 140 participantes de distintos contextos y trayectorias que se reunieron para compartir experiencias, formarse y renovar su compromiso con una diaconía que transforma realidades desde la fe.
Durante tres días, el Hogar San Juan de la Congregación Evangélica de Eldorado fue lugar de encuentro, reflexión y celebración para hermanas y hermanos que sostienen obras, proyectos y servicios diacónicos en Argentina, Uruguay, y Paraguay.
Bajo el lema “Frente al descuido de la casa común, seamos comunidades diacónicas de transformación desde la fe”, el programa combinó devocionales, paneles temáticos y mesas de diálogo sobre justicia climática, soberanía alimentaria, educación, salud, derechos de las mujeres, juventudes y pueblos originarios.
La diversidad de voces y territorios reflejó la riqueza de la diaconía de la IERP y su vocación por vivir el evangelio en acción, allí donde la vida humana y la creación están amenazadas.
“Por el amor que se tengan reconocerán que son mis discípulas y discípulos” (Juan 13:35) fue el texto guía del encuentro, recordando que la transformación empieza en el amor que se hace servicio, comunidad y esperanza.
A lo largo de las jornadas se compartieron testimonios, cantos comunitarios y experiencias de fe que mostraron cómo la diaconía se renueva cada día en pequeñas acciones que sanan, acompañan y abren caminos. El equipo de mensajes fue el encargado de sintetizar en palabras los sentires y reflexiones de los y las asistentes.
Agradecemos especialmente a: Jorge Weishein, Iris Reckziegel, Norma Hermann, Sabino Ayala, Jerónimo Granados, Sofia Schenhals, Alicia Cutter, Irina Lorenz. Por la labor realizada.
Mensaje del Encuentro de Diaconía 2025
Hermanas y hermanos de obras diacónicas, proyectos y actividades de la iglesia y otras organizaciones, nos reunimos en el Encuentro de Diaconía 2025 llevado a cabo del 10 al 12 de octubre, en la ciudad de Eldorado, Provincia de Misiones en instalaciones de la Congregación Evangélica San Juan.
En un marco celebrativo y de alabanza, convocados por el tema “Frente al descuido de la casa común seamos comunidades diacónicas de transformación desde la fe”, fuimos desafiados a dialogar a la luz del lema “por el amor que se tengan reconocerán que son mis discípulas y discípulos” (Juan 13,35).
Durante el encuentro se trabajó sobre diversas problemáticas, que fueron abordadas en tres paneles y siete mesas. Los paneles y las mesas mostraron experiencias de trabajo diacónico con las cuales distintas comunidades responden a situaciones de profundo descuido ambiental y humano.
En estos espacios hemos intercambiado resultados del trabajo que hacemos y las convicciones que nos dan fuerzas para seguir adelante, aún en medio de sufrimientos, de violencias y reiteradas agresiones a la dignidad de la vida humana.
En relación a la soberanía alimentaria y cuidado de la creación llamamos a ser guardianes de la tierra, el agua y las semillas para preservar los campos y sus recursos. Esto significa romper la dependencia y el circuito mercantilista de la producción.
Afirmamos que otro mundo es posible, si la Economía Social se convierte en una alternativa a la economía neoliberal. Es un verdadero privilegio elegir cómo vivir, en vez de estar preso en el consumo ilimitado.
Los pueblos originarios nos exhortan a respetar su dignidad y dejar de visualizarlos como objeto de asistencialismo. Nos sumamos a su demanda de participar en las decisiones que los involucran, afectando su estilo de vida y su entorno. Nos invitan a escuchar su cosmovisión, preguntando en vez de interpretar la realidad por ellos.
Nos indignamos junto a las mujeres frente a las múltiples violencias y crueldades del contexto, y llamamos a transformarlas desde la fe con capacidad de escucha comunitaria, fuerza, valentía y amor.
Tomamos el pedido de las juventudes de abrir las puertas de la iglesia, hacerlas accesibles a todas y todos por igual, facilitando la creación de espacios de diaconía, grupos de ternura y contención con proyectos de vida seguros basados en la fe.
Invitamos a las comunidades a responder a la necesidad de capacitación para la intervención en las nuevas formas de injusticia y vulnerabilidad que afectan a las niñeces. Ante la coexistencia de modelos educativos antagónicos que tensionan la convivencia en las comunidades, exhortamos a crear espacios de abordajes sin violencias, centrados en Jesús y las infancias.
Proclamamos la salud como un concepto integral que se construye en un ida y vuelta de cuidados, diálogos, ayuda y diaconía basado en los derechos humanos. Sostenemos que las distintas problemáticas ambientales afectan directamente a la salud.
El encuentro nos movilizó con el canto comunitario, el intercambio intercultural e intergeneracional, vivencias de fe desde distintas prácticas diacónicas y perspectivas. Esto nos anima a multiplicar estos encuentros aprendiendo unos de otros, de sus diferentes testimonios.
Estos actos, pequeños e invalorables, se han convertido en señales de esperanza, apelando al compromiso y a la educación para fortalecer la comunión y la comunidad.
Así como los pueblos originarios que nos llaman a disfrutar de la naturaleza, las estrellas, las especies, para aprender a amar las distintas formas de vida, sigamos dando testimonio del amor de Dios.
Hora de Obrar presenta una nueva propuesta para impulsar el diálogo entre fe, educación y derechos. Ya se pueden escuchar los siete episodios con aportes a la ESI desde la política pública, la academia, colegios evangélicos y organizaciones de la sociedad civil.
La Mesa de Colegios Evangélicos por la ESI es un espacio de encuentro y formación, donde docentes y equipos directivos de colegios evangélicos de distintas regiones del país comparten experiencias, desafíos y herramientas en torno a la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral. Cada año, el encuentro busca fortalecer la mirada del cuidado y la inclusión desde la fe, brindando recursos para abordar la ESI en clave de derechos, respeto y acompañamiento.
Este año, con el objetivo de que más personas puedan ser parte de la conversación, la Fundación lanza una serie de episodios que recopilan los aportes de la quinta edición de la Mesa de Colegios con el objetivo de disparar conversaciones y seguir construyendo prácticas pedagógicas más justas y cuidadosas.
Con este podcast, la Fundación Protestante Hora de Obrar continúa acompañando a las comunidades educativas evangélicas en su compromiso por una educación integral, inclusiva y basada en el respeto mutuo.
📲 Escuchá el podcast completo en Spotify y Youtube, y compartilo con quienes puedan estar interesados/as en seguir reflexionando sobre fe, educación y derechos.
Mirta Marina, Directora Provincial del Área de ESI de la Provincia de Buenos Aires, compartió los avances y desafíos en la implementación de políticas públicas en articulación con las comunidades de fe.
“La ESI es una política de Estado que se construye con diálogo. Cuando las iglesias y las escuelas evangélicas se suman, amplían la mirada sobre los derechos y el cuidado.”💪❤️
Graciela Morgade, vicedecana y docente de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), invitó a repensar el lugar de la emocionalidad en la educación sexual integral.
🫂 “Hablar de emociones es también hablar de poder, de vínculos y de desigualdades. La ESI nos ayuda a ponerle nombre a lo que sentimos y a construir desde ahí una educación más humana.”
Andrea Fogel, Directora del Nivel Secundario del Instituto Evangélico Luis Siegel, relató cómo la ESI puede transformarse en una práctica institucional que promueva la participación y la escucha dentro de las escuelas.
💜 “La ESI no se enseña solo en el aula: se vive en la forma en que tomamos decisiones, en cómo escuchamos a las y los estudiantes, y en cómo nos cuidamos entre todos.”
Pilar Cancelo, Directora del Servicio Evangélico de Diaconía (SEDi), nos propone nuevas miradas sobre los aportes desde la Fe a la justicia de género. El argumentario “Será de Dios” invita a mirar la fe desde otro lugar: como un espacio donde los textos sagrados pueden volver a leerse a la luz de la justicia, la igualdad y el diálogo.
✝️ “Durante mucho tiempo las iglesias hemos colaborado en la reproducción del orden patriarcal y de las violencias basadas en género. Este material busca disputar esos sentidos desde dentro de la fe.”
Nadia Polanco, licenciada en Trabajo Social y trabajadora del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, abordó el rol de las escuelas en la detección temprana y el acompañamiento de las víctimas.
💜 “Las instituciones educativas son muchas veces el primer lugar donde una niña o un niño se anima a hablar. La ESI nos da las herramientas para saber qué hacer con esa palabra.”
Carolina Di Palma, consultora sobre derechos de las infancias y cultura digital, reflexionó sobre los desafíos que plantea la vida en línea para la formación de las identidades y los vínculos.
📲 “Las pantallas son hoy un espacio de socialización. La tarea educativa también es construir pactos digitales comunitarios que promuevan el cuidado mutuo y la empatía.”
Marcelo Gutiérrez, coautor del libro De chicos a hombres, de Fundación Huésped, reflexionó sobre los desafíos que enfrentan los adolescentes varones y la necesidad de revisar los mandatos de género.
💭 “La ESI invita a los varones a hacerse preguntas incómodas pero necesarias: cómo aprendimos a ser hombres, qué modelos queremos dejar atrás y qué vínculos queremos construir.”
¿Dónde se puede escuchar cada episodio?
Encontrá todos los episodios completos en este link. Disponible en Spotify.